La pretensión del presidente republicano de convertir la isla danesa en “parte de EE UU” es otro desprecio más al derecho internacional
Esa democracia y esa libertad del trumpismo, incompatibles con el orden europeo basado en reglas, son divisivas y excluyentes, mera fachada que en poco se diferencian de los conceptos bolcheviques
La imagen que desde el sexenio anterior se quiso instalar de que la “revolución” no puede parar ni un día es, además de falaz, contraproducente
Seguro que García Albiol y Orriols dedican un pensamiento a los inmigrantes que han dejado a la intemperie mientras descorchan el cava