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Donald Trump
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Las “honduras” de Trump

La nueva estrategia de Estados Unidos revela las afinidades que tiene su presidente con otros “señores imperiales” como Putin, Netanyahu o Xi Jin Ping

La nueva Estrategia de Seguridad Nacional de los Estados Unidos con su narcisista “corolario Trump” ha dejado al descubierto, en forma explícita y patética, las honduras de la decadencia de MAGA y el delirio de su mago imperial, que parece ignorar que ya no vivimos en el siglo XIX. También revela sus afinidades personales con Putin y las similitudes de sus mandatos, pues son un par de autócratas y megalómanos extraviados en el sueño de restaurar el ocaso de sus respectivos imperios. En ese empeño han convertido en un infierno la vida de millones de seres humanos y juegan como aprendices de brujos con desatar fuerzas incontrolables, que se les pueden devolver como un bumerán y transformar sus delirios de grandeza en catástrofes imperiales. Todo, porque el poder nuclear y militar más mortífero en la historia de la humanidad está en manos de un conglomerado de cacócratas y tecnócratas obsesionados con una imposible restauración de sus imperios y una ilimitada ambición de expoliación económica.

Cacócratas y mafiosos nucleares

Con ese poder amenazan, como auténticos mafiosos nucleares, a quienes desafían sus pretensiones de dominio y control geopolítico. Desde la Unión Europea, a quien Trump no cesa de humillar y extorsionar para que le compre más armas y se responsabilice de su propia seguridad, pues Estados Unidos ya fija toda su atención en el control y la expoliación del que siempre ha llamado su “hemisferio Occidental” desde la doctrina Monroe con su “América para los americanos”, hoy transformada en “Doctrina Donroe” de Donald o quizá de “Don Vito” Corleone de la política internacional. Por eso sus únicos “argumentos” son las amenazas, los aranceles, las mentiras y la perfidia, esa capacidad artera de engañar, esgrimiendo la bandera de la paz para ganar la guerra. Esa es la estratagema principal, pero la ajustan Trump y Putin según las circunstancias y los lugares. Trump con su supuesta cruzada contra el “narcoterrorismo” en Venezuela y Putin en Ucrania contra la criminalidad de los neonazis promotores del Euromaidán en el 2013. Y cuando las anteriores estratagemas propias de la llamada “guerra híbrida” no funcionan, entonces despliegan sus armadas, accionan sus drones y misiles, amenazan con la utilización de armas nucleares tácticas y arrasan con todo el Derecho Internacional y la Carta de las Naciones Unidas[iv] en nombre de la seguridad de sus ciudadanos y la soberanía de sus Estados.

Criminales de guerra intocables e impunes

Trump ordena disparar contra supuestas lanchas “narcoterroristas” que amenazan peligrosamente con cargamentos de cocaína la “indefensa y frágil seguridad nacional” de MAGA y Putin lanza a diestra y siniestra ataques contra edificios, viviendas y la infraestructura energética de Ucrania. En fin, lo propio de criminales de guerra, revestidos de la impunidad que les confiere su poder de mafiosos nucleares, situados por encima de todo ordenamiento legal y principio de humanidad. Sin duda, con Netanyahu, forman una banda letal, una especie de trinidad del mal empeñada en reconfigurar el orden geopolítico regional y mundial al tamaño de sus ambiciones y aspiraciones de gloria personal, pues saben bien que esa es la única forma de continuar gobernando impunemente. Así va emergiendo un orden geopolítico multipolar cuya configuración parece ser la de un neofeudalismo bajo la égida de poderes imperiales criminales que reclaman un control absoluto y hegemónico en sus respectivas regiones. La politología con eufemismo aséptico las llama “áreas de influencia”, pero en realidad parecen más feudos neocoloniales objeto de disputa de los actuales señores imperiales: Trump, Putin, Netanyahu y Xi Jin Ping, respaldados con sus correspondientes arsenales nucleares.

¿Del orden geopolítico multipolar a un imperialismo neofeudal?

Trump se reclama el señor del “hemisferio occidental”, rememorado a Monroe; Putin reclama la Europa del este, conteniendo el avance amenazante de la OTAN; Netanyahu el Oriente Medio en nombre de un sionista Estado genocida y, para completar esa neofeudalización planetaria, Xi Jinping desde China teje su influencia con la Ruta de la Seda sobre Asia, África, incluso Latinoamérica con el megapuerto de Chancay en Perú, el Metro en Bogotá y su poderosa diplomacia comercial, ya en el patio trasero de MAGA. Europa pertenece al pasado, es una venerable anciana atropellada y acosada por un imperioso y lujurioso Trump. Obviamente que estos grandes señores neofeudales y sus respectivos delirios imperiales demandan y cuentan, como siempre ha sucedido, con frondosos relatos y hermosas narrativas para coronar sus pretensiones. No basta con la fuerza bruta. Ayer fue la democracia y sus consignas de Libertad, Igualdad y Fraternidad. Pero hoy ya no precisan de tales metarrelatos épicos, pues cuentan con una tecnología capaz de crear realidades y mundos paralelos alternativos.

Virtualmente felices

Por eso vivimos atrapados en “neofeudalismos virtuales” que fragmentan la realidad y la vida a tal punto que nos parece imposible compartir un mundo común. Entonces para todos es cada día más difícil discernir en qué mundo vivimos, si lo que vemos sucede en la realidad o solo es la proyección de algoritmos y la IA. Si acaso sospechamos que estamos siendo manipulados por el respectivo señor o príncipe neofeudal para consolidar su imperio y someternos a su voluntad, pues ya conoce y controla de sobra nuestros deseos y fantasías. Incluso nos hacen dudar de la existencia de una tal lista Epstein. ¡No vaya a ser usted tan ingenuo de creer en semejante lista y su club de pederastas ilustres! Eso no puede haber sucedido en la puritana sociedad estadounidense. Menos en su pulcra élite política y financiera. ¡Las Vegas y Hollywood son creaciones perversas de inmigrantes europeos, la mayoría de ellos judíos!

¡Feliz Navidad!

Todavía más en esta época de Navidad, donde todos debemos vivir reconciliados y felices, sin denigrar de semejantes virtuosos personajes, bailando al son de nuestros ritmos interiores, muy íntimos y espirituales, comprando a crédito el último dispositivo electrónico, el auto de nuestros sueños (BYD), utilizando todas las maravillas de la IA que nos releva de la pesadilla de pensar y decidir, en fin, extraviados en el “mundo feliz” de consumir y consumir, porque pronto este planeta va a desaparecer por ser incapaz de saciar nuestra voracidad. No pierda su tiempo leyendo estas bobadas, las rebajas navideñas lo esperan, compre antes de que desaparezcan. Tenemos que aprovechar y vivir intensamente el presente, el pasado no existe y el futuro es una incierta quimera, excepto para los banqueros y sus generosos créditos. No vaya a olvidar pagar la próxima cuota de su carro, la hipoteca de su apartamento, mucho menos su operador telefónico, quedaría aislado del mundo, dejaría de existir. Todo el mundo vive a crédito o del cuento. Por eso nos basta con abrazarnos y desearnos una feliz navidad y un próspero 2026. No hay que dejarse inquietar y menos arruinar la Navidad leyendo a un tal Byung-Chul Han y otros de su calaña, que forman un club de apocalípticos amargados, incapaces de gozar y disfrutar la vida. Por favor, no vaya a regalar libros. Regale algo útil, dispositivos electrónicos que nos facilitan vivir comunicados y reconciliados, seguros en nuestros mundos privados. Disfrute una Feliz Navidad con los suyos o incluso contra los “otros”.

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