Vox busca sacar rédito del ‘caso Montoro’ presentándose como alternativa al “bipartidismo corrupto”
El escándalo del exministro de Hacienda descolocó inicialmente a la formación ultra, volcada en su campaña antiinmigración


El estallido del caso Montoro ha pillado a Vox con el pie cambiado. Si la estrategia revolucionaria del Che Guevara pasaba en los años sesenta del siglo pasado por crear “dos, tres, muchos Vietnam”, en alusión a la guerra donde se empantanó el poderío militar de EE UU, la del partido ultra consistía en alentar “dos, tres, muchos Torre Pacheco”, en referencia a la población murciana donde en los últimos días se vivieron graves disturbios racistas.
Solo desde el pasado miércoles, día en que se conoció la imputación de la cúpula del Ministerio de Hacienda con el Gobierno de Mariano Rajoy, los dirigentes de Vox han acudido a media decena de poblaciones donde se han producido sucesos presuntamente vinculados con inmigrantes. En Barcelona, el secretario general del partido, Ignacio Garriga, acudió a Polinyá; y su primo y presidente provincial de Vox, Juan Garriga, a Sant Vicenç dels Horts. En la primera localidad, varios magrebíes habían sido detenidos por intento de robo; en la segunda, un inmigrante fue acusado de robar a una joven e intentar agredirla sexualmente. En Madrid, la portavoz ultra en la Asamblea regional, Isabel Pérez Moñino, acompañada por el responsable de Interior de la formación, el policía Samuel Vázquez, estuvo en Pozuelo de Alarcón (Madrid), para oponerse a llegada de menores extranjeros; mientras que cargos locales del partido ultra se manifestaron en Alcalá de Henares para pedir el cierre del centro de acogida de inmigrantes, donde residía un refugiado maliense acusado de violar a una joven de 21 años. Alberto Rodríguez, diputado y concejal de Vox, convocó a los periodistas en Gran Canaria, después de que un marroquí fuera detenido por causar gravísimas quemaduras a una adolescente tutelada.
Aunque las circunstancias de algunos de estos casos están aún por aclarar, Vox ha insistido machaconamente en vincular delincuentes e inmigrantes irregulares. Incluso ha anunciado que ejercerá la acusación popular en la investigación de la paliza que desencadenó los disturbios de Torre Pacheco; alegando que la víctima “ni siquiera se atreve a denunciar” porque el “bipartidismo” logra que “los españoles soporten resignados e indefensos” las agresiones. En realidad, Domingo Tomás, de 68 años, interpuso denuncia contra sus agresores desde el primer día y ya ha acudido a declarar al cuartel de la Guardia Civil, según ha confirmado él mismo a EL PAIS, informa Elena Reina.
Al socaire de estos hechos, Vox había lanzado una campaña para pedir la celebración de referendos en las localidades que vayan a acoger a menores inmigrantes no acompañados. El partido ultra no tiene ninguna duda de que cuál sería el resultado, especialmente entre los electores del PP, por lo que su campaña estaba dirigida especialmente a erosionarlo en comunidades como Madrid, donde le acusa de “complicidad” con la política migratoria del Gobierno.
Sin embargo, el estallido del caso Montoro ha hecho que el foco de la actualidad dé un giro dramático y el tema de la inmigración pase a segundo plano, descolocando a Vox. La formación ultra no reaccionó hasta el día siguiente de saltar la noticia y lo hizo con un tuit en su cuenta oficial en el que, sorprendentemente, no citaba al expresidente Rajoy o a su sucesor como líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, pero sí a Pedro Sánchez. “La realidad es que de todas las tropelías de Sánchez y su mafia, la política fiscal es simple herencia del PP. Y probablemente también les copiaron algunas de sus prácticas, que eran igual de mafiosas que las de ahora”, decía.
La realidad es que de todas las tropelías de Sánchez y su mafia, la política fiscal es simple herencia del PP.
— VOX 🇪🇸 (@vox_es) July 17, 2025
Y probablemente también les copiaron algunas de sus prácticas, que eran igual de mafiosas que las de ahora. https://t.co/kPK3NIjqaS
Hasta el sábado, mientras se iban conociendo nuevos detalles de la trama de corrupción, ningún dirigente de Vox habló de este asunto. Fue el propio Santiago Abascal quien rompió el silencio para anunciar, de nuevo a través de la red social X (antes Twitter), que su partido se ha personado en la causa abierta contra la antigua cúpula de Hacienda, lo que le permitirá tener acceso al sumario.
La estrategia esbozada en el primer tuit, firmado por Vox, se desarrolló y amplió en el segundo, de Santiago Abascal: la responsabilidad no se centra en Montoro y su partido sino en “el bipartidismo”. El texto del mensaje sigue sin mencionar a Rajoy o Núñez Feijóo, mientras vuelve a señalar a Pedro Sánchez. “Tengo la sospecha bien fundada de que algunas de las mafias de Sánchez son solo continuación de las mafias del PP”, comenzaba. Para concluir: “Todo ello ha sido asumido y puesto en marcha por Génova y Ferraz [sedes del PP y el PSOE, respectivamente]. Como las dos caras de una moneda falsa y corrupta. Son lo mismo”.
Fuentes próximas a Vox sostienen que Abascal no va a atacar directamente a Feijóo, con el que espera negociar en el futuro, y que los ataques al PP los va a encuadrar en el marco más amplio del “bipartidismo”. La razón, explican, está en que Abascal sabe que su enemigo y objetivo del odio de buena parte de sus seguidores es Pedro Sánchez, mientras que Feijóo, con quien se reunió hace pocas semanas, es un rival y, a la postre, un eventual socio.
VOX ya se ha personado en el #CasoMontoro como acusación popular.
— Santiago Abascal 🇪🇸 (@Santi_ABASCAL) July 19, 2025
Tengo la sospecha bien fundada de que algunas de las mafias de Sánchez son solo continuación de las mafias del PP.
Que nos quieran vender lo de Montoro como un hecho aislado es tan ridículo como los argumentos…
Vox espera beneficiarse de los problemas del PP con la justicia, agregan, pero solo en la medida en que Abascal se presenta como la “alternativa al bipartidismo corrupto”, una fuerza antisistema que sirva como refugio para los votantes desencantados de la derecha.
El equipo dirigente de Vox sabe que la corrupción no moviliza a sus seguidores. La marcha a la sede del PSOE que convocó cuando se hizo pública la investigación sobre Santos Cerdán tuvo tan escaso eco que el partido renunció a repetirla, al contrario de lo que sucedió en noviembre de 2023, cuando los manifestantes acudían cada noche a la calle Ferraz movidos por un impulso más visceral: el rechazo a la amnistía para los independentistas catalanes.
Por eso, el mensaje de Vox no se ha centrado tanto en denunciar la corrupción en sí misma como en subrayar que “el PSOE y Vox son lo mismo”. Ya lo eran, para Abascal, en su política migratoria y europea y ahora lo son también en sus prácticas corruptas. La formación ultra espera ser la gran beneficiada de la crisis de los dos grandes partidos que han sido pilares del edificio de la democracia española desde la muerte del dictador. Futuras encuestas revelarán si esta táctica funciona, pero la del CIS catalán, conocida la pasada semana, antes de que saltara el caso Montoro, ya vaticinaba el fuerte ascenso electoral de la extrema derecha, tanto de la catalana como la española.
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