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Cancelado el concierto en Italia del director de orquesta Valeri Gergiev, propagandista de Putin

El regreso del artista a Europa había levantado una gran polémica por su proximidad con el Kremlin y se había pedido la cancelación del espectáculo desde distintos frentes

Valery Gergiev, con la Filarmónica de Múnich, en 2021.
Lorena Pacho

La dirección del Palacio Real de Caserta ha decidido cancelar el concierto sinfónico que iba a dirigir el polémico director ruso Valero Gergiev, muy próximo a Putin, el próximo 27 de julio, como parte del festival ‘Un’ state da RE’ según señalan los medios locales. La exhibición del artista en Italia iba a marcar su regreso a la escena cultural europea después de tres años alejado de los escenarios del continente por su cercanía con el régimen ruso y su defensa de la invasión de Ucrania. Su presencia en Caserta había desatado una fuerte polémica dentro y fuera del país transalpino las últimas semanas y los organizadores temían que el día del concierto hubiera manifestaciones de protesta y peligrara el orden público. Algunas organizaciones ucranianas de defensa de derechos humanos habían comprado entradas para las primeras filas de la platea para mostrar su disconformidad durante el espectáculo.

Hace unos días, setecientos intelectuales reclamaron a través de una carta que se suspendiera la actuación, subvencionada con fondos públicos, y que se investigara el uso de dinero público para eventos pro rusos. Otras organizaciones de defensa de los derechos humanos y miles de ciudadanos comunes habían solicitado también que se cancelara el recital por considerarlo un acto de propaganda rusa.

Una de las primeras en reaccionar fue Yulia Naválnaya, opositora rusa y viuda de Alekséi Navalni —disidente muerto en extrañas circunstancias a los 46 años en una prisión del círculo polar ártico el año pasado—, que pidió a través del diario La Repubblica, la cancelación del concierto con un largo y exhaustivo artículo en el que relataba la trayectoria del director de orquesta y su complicidad con el Kremlin. “Su actuación en Italia sería un regalo para el dictador. Gergiev no es solo un amigo cercano de Vladímir Putin y partidario suyo: es también promotor de la política criminal de Putin, su cómplice y sostenedor”, explicaba Naválnaya.

La vicepresidenta del Parlamento Europeo, la italiana Pina Picierno, que había reclamado en varias ocasiones que no se celebrara el concierto, ha celebrado la decisión de la dirección del Palacio Real de Caserta. “Lo explicamos, luchamos, creímos en ello y ganamos. Gracias a todos vosotros Campania no acogerá a un embajador de Putin”, ha señalado en sus redes sociales. Y ha anunciado que el domingo, frente al Palacio Real, donde se celebrará el festival con otros artistas, habrá una concentración ciudadana en Caserta con banderas europeas “para celebrar la fuerza y la belleza de la democracia”.

El embajador ruso en Italia, Alexey Paramonov ha denunciado “una campaña difamatoria contra el gran músico”, impulsada por “personalidades políticas obtusas y los nacionalistas ucranianos, ahora omnipresentes”, en una extensa publicación en sus redes sociales. Y ha dicho que la única perjudicada con esta decisión es Italia. “Quien piensa que la cancelación del concierto no dañará a Italia se equivoca. Es Italia la damnificada, ya que el país está comprometiendo su credibilidad y da motivos para dudar de su espíritu de apertura y acogida de quien con talento, profesionalidad y franqueza ofrece al mundo el sentido de la belleza y de lo eterno”, ha dicho el embajador.

En las últimas semanas, el regreso a Italia de Gergiev, que fue expulsado de la producción de La dama de picas, de Chaikovski, en La Scala de Milán, tras negarse a condenar públicamente la invasión rusa de Ucrania, ha desatado una enorme polémica.

El Ministro de Cultura italiano, Alessandro Giuli, también había intervenido y había recalcado que la decisión de invitar al artista la había tomado el gobernador regional de Campania, Vincenzo de Luca. También había subrayado que “el arte es libre y no puede censurarse”, pero “la propaganda, sin embargo, aunque se haga con talento, es otra cosa”. En su opinión, con el concierto de Gergiev se habría corrido el riesgo de “transmitir un mensaje equivocado”.

Setecientos intelectuales enviaron una carta a la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen y al gobernador de Campania, Vincenzo de Luca, en la que denunciaban que el concierto de Caserta en cuestión estaría subvencionado con fondos públicos. “Este regreso a un escenario prestigioso en el corazón de Europa, gracias al apoyo de las instituciones públicas, señala un cambio peligroso. Normaliza un arma eficaz en la guerra híbrida: la propaganda cultural. Como está ampliamente documentado, el régimen ruso hace un amplio uso interno de tales eventos para justificar su agresión contra Ucrania y su guerra contra los valores occidentales. Recibir a Gergiev mientras continúan los crímenes de guerra —mientras se bombardean ciudades ucranianas y se asesina y deporta a civiles— convierte a los teatros en plataformas para blanquear la brutalidad”, resaltaban en su carta. Y reclamaban “una investigación transparente por parte de la Comisión Europea sobre el uso de fondos públicos, incluidos fondos de la UE, para actos culturales en los que participen Valery Gergiev u otros partidarios activos del régimen ruso”, además de la puesta en marcha de iniciativas por parte de la Comisión Europea destinadas a promover “una cultura de paz a través del arte, como respuesta al uso de la cultura como instrumento de propaganda por parte del régimen ruso”.

Más de 19.000 personas habían firmado una petición en la plataforma change.org para que se anulara el concierto. Gergiev es un aclamado director de orquesta pero muy controvertido por sus posiciones políticas y su cercanía al régimen ruso. En 2014, el artista apoyó públicamente la anexión ilegal de Crimea. En 2016, dirigió un concierto en el teatro romano de Palmira, la ciudad siria conquistada por el Estado Islámico en mayo de 2015 y liberada al año siguiente por el ejército sirio del dictador Bashar al Assad con el apoyo de soldados rusos. En esa ocasión, antes del concierto, Putin había intervenido por vídeo desde su residencia a orillas del mar Negro y dirigido un mensaje al público presente. En la práctica, como han denunciado numerosas personalidades y organizaciones, Gergiev actúa como una especie de “embajador cultural” de Putin, y desempeña un papel importante en la política de normalización promovida por el presidente ruso para sacar a su país del aislamiento internacional.

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Sobre la firma

Lorena Pacho
Licenciada en Periodismo por la Universidad de Valladolid. Colabora con EL PAÍS desde Italia. Aprendió en Castilla y León Televisión, RTVE y la Agencia EFE. Máster en Periodismo en Televisión Instituto RTVE / URJC y Máster en Periodismo Internacional UNED / EFE Escuela.
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