Alfredo Saade preside el ala más radical del nuevo círculo de poder de Petro
El líder cristiano propone cerrar los medios de comunicación críticos con el Gobierno, insiste en la reelección del presidente y en varias ocasiones ha pedido clausurar el Congreso


Alfredo Saade Vergel representa muchas de las ideas opuestas a las del movimiento político y ciudadano que eligió a Gustavo Petro en 2022. Está en contra del aborto, de la eutanasia, de la legalización de la marihuana, del matrimonio entre parejas del mismo sexo y de otras banderas de la izquierda democrática que apoyó al presidente. Antes de militar en el Pacto Histórico buscó el respaldo político y el aval del Centro Democrático y de Cambio Radical, dos de los partidos de oposición. Sin embargo, hoy es uno de los hombres más poderosos del Gobierno.
Hace poco más de un mes, el primer mandatario lo nombró su jefe de despacho. Entre las funciones oficiales de su cargo están: coordinar la estrecha agenda del presidente, manejar su seguridad y organizar las comunicaciones de Palacio. Petro, además, le encomendó resolver personalmente el problema de los pasaportes, que ha generado la salida de los últimos tres cancilleres, y se ha convertido en uno de los asuntos más discutidos en el debate público de los últimos meses. También le pidió que liderara el diálogo para levantar el paro arrocero y le encargó la creación una zona económica binacional en la frontera entre Colombia y Venezuela. Saade estuvo la semana pasada rodeado de altos dirigentes del país vecino. Incluso, dijo en una entrevista con Telesur que había paseado de noche por Caracas con Nicolás Maduro y que ponía a disposición del régimen su cuenta de X para contarle al mundo “la verdad” sobre Venezuela.
Esto es una desvergüenza. No es claro por qué este señor está ejerciendo funciones diplomáticas, pero menos aún se explica este nivel de sumisión (¡hasta le ofrece su cuenta de tuiter a Maduro para que dé a conocer sus logros!) con un régimen abiertamente autoritario. Nadie pide… pic.twitter.com/C1H7exKjRN
— Sandra Borda 🪷🪷 (@sandraborda) July 23, 2025
En los pocos días que lleva en el cargo, Saade ha hecho todo lo que le ha pedido el presidente Petro, sin cuestionarlo ni contradecirlo. Esa es su virtud. No duda. Es experto en obedecer. Él mismo lo reconoce con orgullo. En una entrevista este jueves con W Radio, el líder cristiano dijo que no podía pronunciarse sobre la propuesta en el Congreso estadounidense de reducir el presupuesto para Colombia sin que primero Petro definiera “la línea que debía seguir”, e insistió en que él era un “escudero” del presidente.
Esa actitud de subordinación absoluta hacia las propuestas, las ideas o los caprichos del primer mandatario le ha permitido al pastor Saade, como le gusta que lo llamen, así no sea pastor de ninguna iglesia, consolidarse en el nuevo círculo íntimo de poder en la Casa de Nariño. El escritor Juan Gabriel Vásquez lo resumió bien en una columna reciente: “Lo que parece más probable es que este nombramiento busca poner en una posición de mucho poder a un hombre sin escrúpulos incómodos. Porque a Petro hace rato que lo incomodan los escrúpulos”.
En paralelo con sus funciones dentro del Gobierno, Saade ha insistido en sus redes sociales y en sus alocuciones públicas en tres ideas que amenazan la democracia. Propone cerrar los medios de comunicación críticos, insiste en la reelección del presidente (prohibida por la Constitución) y, en varias ocasiones, ha pedido clausurar el Congreso de la República. En la última semana, escribió en su cuenta de X una serie de mensajes amenazantes y violentos contra distintas emisoras: “Periodismo miserable, generador de odio, que se embriaga con sangre humana como si fuera vino; decir que por culpa del presidente Petro intentaron asesinar al senador [Miguel] Uribe es vil. ¿Quién controla estos medios? ¿Es tiempo de cerrarlos? Que el pueblo decida”, escribió primero. “Periodismo arrodillado tiene que ser controlado”, dijo luego. Unas semanas antes de ser nombrado, Saade volvió a insistir en otra de sus locuras antidemocráticas: “Presidente, escuche a su pueblo, cierre el Congreso de la República”.
El pasado 20 de julio, en la inauguración de la nueva legislatura en el Congreso, el pastor Saade salió del recinto con el puño arriba y gritando: “reelección”, “reelección”, “reelección”. Antes había dicho que el “exceso de democracia también perjudica al Gobierno Petro”. En sus discursos que anteceden las intervenciones del presidente ante multitudes, Saade repite la misma propuesta sin titubear. Dice, siempre, que hará lo posible para que Petro se mantenga cuatro años más en la presidencia. De hecho, varios influenciadores petristas lo reconocen por eso.
“Querido Alfredo, gracias hermano por hacer todo lo posible porque el presidente se quede en el poder en el 2026. Es un deseo de millones de colombianos y colombianas que hoy gozan de justicia social”, escribió esta semana un petrista con muchos seguidores en redes. La idea, que el propio presidente no ha apoyado, al parecer va recogiendo adeptos en un ala radical del movimiento que cree que sin Petro es imposible que la izquierda se mantenga en el poder. “Definitivamente haré todo para que el nombre del presidente Petro sea repostulado en el 2026”, escribió Saade esta semana. Un día después compartió un video del mandatario con la frase “repostulación. 26-30”.
Un editorial de El Espectador de esta semana se pregunta qué piensa el presidente Petro de las ideas de su nueva mano derecha. “¿Por qué el jefe de despacho está pidiendo que se violen las normas constitucionales y legales? ¿Es decir que los recursos públicos de los que sale su sueldo se emplearán para ese propósito?”, se lee en el periódico. Hasta ahora no hay una respuesta clara. Ni el presidente Petro ni sus ministros se han referido a las ideas de Saade. El único funcionario público que cuestionó al pastor fue Carlos Carrillo, director de la UNGRD: “Usted no es un opinador o un tuitero cualquiera, es el jefe de despacho del presidente de la República. Su obligación legal y moral es respetar la Constitución y la ley, en Colombia no hay reelección”, escribió Carrillo. Y concluyó: “Si su trabajo es lambonear, el del gabinete es cumplirles a los colombianos, su incansable búsqueda de atención nos genera problemas a todos”.
Lo cierto es que, a medida que avanza el mandato de Petro, las personas que se han atrevido a cuestionar alguna decisión del presidente han salido del Gobierno. Mientras, los obedientes como Saade, se consolidan en lo más alto del poder.
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