La reforma tributaria de Petro tambalea en las comisiones económicas del Congreso
Los nuevos presidentes de las comisiones tercera y cuarta del Senado anunciaron su rechazo contundente al proyecto de ley. Pero el jefe de Estado cuenta, para otras iniciativas claves, con un apoyo importante en la comisión primera de Senado


La reforma tributaria del Gobierno de Gustavo Petro enfrentará en las próximas semanas un camino difícil en el Congreso de la República. La elección de los nuevos presidentes de las comisiones económicas del Senado y la Cámara de Representantes ya ha hecho tambalear uno de los proyectos más importantes para el presidente. Aunque la ley con la que se espera recaudar cerca de 20 billones aún no ha sido radicada en el Legislativo, ni se conoce el texto final, varios de los congresistas que decidirán su futuro ya han expresado que están en desacuerdo y votarán en contra. Para Petro, sin embargo, es indispensable este proyecto para mantener la estabilidad fiscal, uno de los puntos económicos más sensibles para el Gobierno este año.
El nuevo presidente de la comisión tercera del Senado, Jairo Castellanos, del partido Alianza Social Independiente, anunció su rechazo al proyecto en su primera intervención. “Antes de estar en la presidencia le enviamos un mensaje al ministro de que el país no estaba preparado para otra reforma tributaria. Ojalá lo considere porque este pueblo no aguanta más”, dijo Castellanos. El parlamentario concluyó con un mensaje contundente: “La realidad social del país no tolera que le sigan metiendo la mano al bolsillo del pueblo (...) estudiaremos la reforma tributaria y le daremos cristiana sepultura”, sentenció el senador, acusado por el ex director de la DIAN, Luis Carlos Reyes, de pedir cupos y puestos a cambio de apoyar la primera ley de financiamiento del Gobierno. “Jairo Castellanos quiso canjear su voto en la reforma tributaria de 2022 por la aduana de Cúcuta y lideró el traslado de recursos de la DIAN a la UNGRD”, escribió esta semana Reyes en su cuenta de X.
En la comisión cuarta, la otra encargada de analizar y votar la reforma tributaria, la situación es más compleja. El nuevo presidente es Enrique Cabrales Baquero, del Centro Democrático y uno de los mayores opositores del Gobierno. Cabrales también dejó clara su posición en el primer discurso. “El Gobierno ha anunciado que buscará una nueva ley de financiamiento para cubrir el déficit fiscal. Frente a esa intención, mi posición es clara: no acompañaré una reforma tributaria que siga asfixiando a los colombianos con más impuestos. Ya son demasiadas las cargas que enfrentan los trabajadores y empresarios del país, mientras el gasto público continúa creciendo sin control ni eficiencia”, dijo el senador uribista.
La postura de la mayoría de congresistas de las comisiones que eligieron a Castellanos y a Baquero es similar. Por eso parece casi imposible que en el último año legislativo, cuando los senadores buscan de nuevo el beneplácito de sus electores para reelegirse, el Gobierno logré una reforma que ponga más impuestos. No importa el contenido del proyecto, ni si se quiere reducir los tributos de los más pobres para aumentar los de los más ricos, que es lo que ha insinuado Petro en varios mensajes en su cuenta de X. “Los megarricos no pagan impuestos, los evaden. Sobre esto trata la ley de financiamiento que presentaremos. Le baja impuestos a todas las empresas y a la clase media, le pone impuestos a los megarricos. Espero de los megarricos que acepten este acuerdo social a cambio de paz y democracia en su propio país”, escribió el presidente en su cuenta de X la semana anterior. Los parlamentarios, sin embargo, continúan firmes en su decisión de no apoyar el proyecto.
Esa postura desató la rabia del ministro del trabajo, Antonio Sanguino. “Senador Jairo Castellanos: anticiparse como sepulturero de una reforma tributaria que no se ha radicado y que usted no conoce es de una irresponsabilidad infinita. Será sepulturero de las finanzas públicas. No emule a Efraín Cepeda, que no es un referente del buen congresista”, escribió Sanguino. El presidente Petro subió el tono: ”Si de nuevo el Congreso hunde la reforma tributaria, condenará las finanzas públicas a la muerte en los próximos 5 años. Deben leer antes de opinar", escribió en X.
Pese a esas derrotas en el Senado, el Ejecutivo logró poner a dos aliados en las presidencias de las comisiones económicas de la Cámara de Representantes. Wilmer Castellanos, del partido Verde y aliado del presidente en casi todas las reformas, liderará la comisión tercera. Liliana Rodríguez, también de la alianza Verde, fue elegida en la comisión cuarta. Sin embargo, así logren las mayorías en la Cámara, el proyecto no será realidad si no se aprueba en el Senado.
Otros vientos a favor
Esta semana también se eligió al nuevo presidente de la comisión primera del Senado, que será la encargada de tramitar otras de las reformas más importantes para el presidente Petro. El ganador fue el senador del Partido de la U, Julio Elías Chagüi, cercano al Gobierno, quien se impuso a su compañero de bancada Alfredo de Luque, opositor de Petro. Esa pequeña victoria será clave para el avance de la ley de sometimiento a la justicia para bandas criminales, que ya radicó el ministro de justicia Eduardo Montealegre. La regulación del consumo recreativo de marihuana, la reglamentación de la eutanasia y la ley de competencias, que debe regular el nuevo sistema general de participaciones, también deben pasar por esta comisión. La pelea que falta por definir, ahora, está en la comisión primera de la Cámara, que ha aplazado dos veces la elección de su presidente. Los dos con más opciones son Gabriel Becerra, del Pacto Histórico, muy cercano al Gobierno, y Carlos Adolfo Ardila, del Partido Liberal. La elección será el próximo martes.
La última de las presidencias clave será la de la comisión séptima del Senado, que en los dos últimos años le ha dado a Petro sus peores derrotas legislativas: hundió la primera versión de la reforma a la salud y archivó la reforma laboral, que después fue revivida y aprobada. Esa comisión cobrará importancia este semestre porque la nueva reforma a la salud, el proyecto más importante para el presidente, debe ser discutida en su tercer debate. Allí aún no hay claridad de quién será el presidente. Si se respetaran los acuerdos previos, el turno le tocaría a Omar de Jesús Restrepo, del partido de izquierdas Comunes. Sin embargo, su paso por las antiguas Farc genera resistencia en varios sectores. El Gobierno, entonces, busca postular al senador Ferney Silva, del Pacto Histórico. En la oposición suenan el senador del Centro Democrático, Honorio Enríquez, y el senador liberal Miguel Ángel Pinto, ambos críticos radicales del Gobierno.
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