Ir al contenido
_
_
_
_

Así es como los superricos colombianos evaden, eluden y pagan menos impuestos que los pobres

El 40 % de las personas que hacen parte del 0,01 % con más riqueza del país admitió haber evadido impuestos. Para pagar menos, esconden su dinero en paraísos fiscales y crean empresas familiares o fideicomisos que dificultan el seguimiento de su patrimonio. Cada año, la evasión en Colombia equivale al 8 % del PIB, cerca de 130 billones

Impuestos en Colombia
Juan Miguel Hernández Bonilla

En Colombia la extrema riqueza y la desigualdad social son dos caras de la misma moneda. Muchas de las personas más ricas del país han evadido y eludido impuestos desde hace décadas. Sus patrimonios han aumentado significativamente mientras las tasas de tributación que pagan al Estado se estancan o disminuyen. Esta paradoja, documentada en diversos estudios académicos, profundiza la desigualdad, deteriora el desarrollo del país y afecta la vida cotidiana de millones que permanecen en la pobreza. De acuerdo con las cifras de la base mundial de datos de desigualdad, el 1 % de la población más adinerada de Colombia concentra el 40 % del total de la riqueza de los hogares, mientras que el 50 % más pobre tiene solo el 2 % de esta. Esta concentración es mayor que la de América Latina, una de las regiones del mundo más desiguales. Según el DANE, el 28 % de los colombianos, cerca de 14,4 millones de personas, padece inseguridad alimentaria. El sistema tributario colombiano, que debería reducir estas brechas, tiene una débil capacidad redistributiva.

¿Los ultrarricos pagan menos que los más pobres?

El más reciente informe de Oxfam sobre desigualdad, publicado en enero de 2025, revela que los multimillonarios colombianos pagan proporcionalmente menos impuestos que los más pobres. Una persona que pertenece al 1 % más rico pagó por cada dólar de ingreso un promedio de 17 centavos en impuestos hasta 2021. Mientras tanto, una persona del 50 % más pobre pagó por cada dólar de ingreso 21,1 centavos en impuestos. “Esto desmiente el mito de que las personas pobres y las clases medias no pagan impuestos, y muestra que es todo lo contrario”, concluye el documento.

Este contrasentido ocurre por dos razones principales. La primera es que la estructura tributaria nacional depende en gran medida de impuestos a los bienes de consumo, como el IVA, que son profundamente regresivos porque todos los ciudadanos, independiente de su nivel de ingresos, pagan el mismo valor. En cambio, se recauda poco por impuestos directos como renta de personas naturales y patrimonio, instrumentos clave en la progresividad tributaria. En 2024, el IVA permitió recaudar 70 billones, casi el 30 % del recaudo total, mientras que el impuesto de renta de personas naturales aportó 22 billones y el impuesto al patrimonio, 1,4 billones.

La segunda razón es que los más ricos utilizan estrategias sofisticadas para no pagar o pagar menos impuestos: eluden, es decir, encuentran vacíos legales para minimizar su carga tributaria; evaden, ocultando activos de forma deliberada, y se benefician de leyes que les otorgan amplias exenciones y deducciones.

La Comisión de Expertos de Beneficios Tributarios, convocada por el Gobierno del expresidente Iván Duque en 2022, llegó a conclusiones similares a las del informe de Oxfam. “Las exenciones tributarias regresivas para el impuesto sobre la renta de personas naturales frecuentemente hacen que los colombianos más ricos paguen menos en impuestos que sus compatriotas más pobres”, dice el documento. De acuerdo con el informe, los ultrarricos logran pagar menos impuestos que los contribuyentes con ingresos altos: una persona del 1 % con mayor patrimonio pagaba menos renta, en proporción a sus ingresos, que otros menos ricos. (Ver gráfica)

Tarifas efectivas impuesto de renta

Luis Carlos Reyes, exdirector de la Dirección de Impuestos y Aduanas de Colombia (DIAN) y exministro de Comercio, Industria y Turismo, explica en entrevista con EL PAÍS que la evasión tributaria en Colombia representa cada año cerca del 8 % del Producto Interno Bruto (PIB). En 2024, por ejemplo, el PIB fue de 1.706 billones de pesos (418.000 millones de dólares). Por lo tanto, se perdieron o se dejaron de recaudar por no pago de impuestos 136 billones aproximadamente. “Esto es muchísimo”, dice Reyes. “Ningún país tiene evasión de cero, pero la de Colombia es muy alta. Si se avanzara y la evasión llegara a los niveles de países de la OCDE, alrededor de 2 puntos del PIB, se podrían destinar esos seis puntos de eventual recaudo para crear o fortalecer programas sociales que beneficien a las personas más pobres”.

Luis Carlos Reyes, economista y político colombiano, exdirector de la Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales (DIAN) y exministro de Comercio, Industria y Turismo. Bogotá, marzo 15 de 2025.

Los altos niveles de evasión son aún más graves hoy en día, cuando el Gobierno del presidente Gustavo Petro, el primero de izquierda en la historia moderna de Colombia, decidió romper la regla fiscal porque los ingresos no son suficientes. En la próxima legislatura del Congreso, que inicia este 20 de julio, el Ejecutivo presentará una ambiciosa reforma tributaria que busca recoger cerca de 20 billones de pesos. (5.000 millones de dólares) La realidad política actual y la falta de mayorías legislativas hacen que esta meta sea casi imposible de cumplir. La evasión anual equivale más o menos a seis reformas tributarias.

¿Quiénes evaden más impuestos?

De acuerdo con un reciente informe de la DIAN sobre las normalizaciones tributarias —un mecanismo que permitió subsanar la situación fiscal de los evasores que habían omitido activos o incluido pasivos inexistentes en sus declaraciones— la mayoría de quienes admitieron evadir impuestos en las últimas décadas hace parte de la población más rica del país. Las personas que se acogen a estos mecanismos voluntarios para regularizar sus activos con una tarifa especial admiten no haberlos declarado antes para evitar pagar los impuestos correspondientes. “A medida que aumenta la riqueza, aumenta también la probabilidad de haber normalizado, es decir, de haber ocultado información a la administración tributaria sobre activos o pasivos”, indica el documento. La investigación, además, muestra que entre más ricos eran los individuos, más dinero habían ocultado. “El 97 % de las personas que participaron en la normalización de 2019 pertenecía al 5 % de adultos con mayor riqueza (patrimonio líquido) en ese año”. El 0,5 % de las personas más ricas del país regularizó el 91 % de todo el dinero declarado por personas naturales en las normalizaciones de 2019 y 2020.

La situación es más grave si se le pone lupa al top 0,01 % de las personas más ricas de Colombia. Un estudio de los investigadores Juliana Londoño Vélez y Javier Ávila señala que en las normalizaciones tributarias de 2015, 2016 y 2017, durante el Gobierno de Juan Manuel Santos, el 40 % de estos ultrarricos, es decir 2 de cada 5, admitió haber evadido impuestos y se acogió a este mecanismo. Aun así, en las normalizaciones posteriores de 2019 y 2020, cerca del 20 % de este mismo grupo, también admitió haber evadido impuestos. De hecho, el informe de la DIAN revela que la probabilidad de haber normalizado “si se hace parte de este top 0,01 % es 96 veces más que la probabilidad promedio de un declarante”.

En el grupo del 0,01 % con más dinero hay cerca de 3.700 personas, que tienen un patrimonio superior a los 9.800 millones. Cerca del 70 % de este grupo son hombres y 30 %, mujeres, según otro informe de la DIAN, que también revela que la mayoría de sus ingresos no provienen del trabajo. “Estas personas reciben en el año en promedio ingresos totales brutos de $4.050 millones, divididos así: ingresos de capital, dividendos y/o participaciones de $1.064 millones; ingresos no laborales de $1.775 millones; ingresos de trabajo de $329 millones; ingresos por ganancias ocasionales de $848 millones, e ingresos por pensiones de $33 millones”. 9.800 millones es el límite inferior para pertenecer a este grupo, pero según el último reporte de Forbes, los cinco hombres más ricos del país, incluidos los empresarios Jaime Gilinsky y David Vélez, tienen fortunas hasta de 40 billones (10.700 millones de dólares)

Luis Carlos Reyes, quien antes de llegar a la DIAN fue director del Observatorio Fiscal de la Universidad Javeriana, explica que efectivamente son los ultrarricos quienes más evaden y eluden impuestos. Reyes dice con claridad que se puede dividir la sociedad productiva en cuatro segmentos. Un primer grupo del 50 % con menores ingresos: trabajadores informales que ganan menos de un salario mínimo y que no deben pagar impuesto de renta. Un siguiente grupo del 49 % de personas que son en su mayoría asalariados formales, cumplen sus obligaciones, pagan renta, IVA, y la empresa les hace las retenciones de forma automática, por lo que no tienen muchos mecanismos para evadir impuestos. “No les sirve de nada tener una cuenta en las Islas Caimán”. El tercer grupo es el 1% de los más ricos, en el que también hay muchos asalariados de altos ingresos, como gerentes de compañías o directivos de multinacionales, que pagan adecuadamente sus impuestos. Queda el pequeñísimo grupo de los ultrarricos: “Ahí está el mayor porcentaje de evasión”. Reyes los define como personas que presentan la declaración de renta, pagan el IVA, aparentemente cumplen con los impuestos, pero en la realidad esconden una parte significativa de sus ingresos y de su patrimonio. “No pagan lo que deberían”.

¿Cómo evaden los más ricos?

El informe de la DIAN sobre las normalizaciones tributarias explica que estos evasores multimillonarios ocultan su patrimonio en el extranjero. En 2019, cerca del 90 % del dinero no declarado por personas pertenencientes al 0,01 % más rico correspondía a activos fuera del país. “La mitad del dinero que antes no pagaba impuestos y que fue declarado en la normalización de 2019 por personas naturales ($3,3 billones de $6,8 billones) eran activos que el 0,01 % más rico tenía en el exterior”, dice el documento.

Juliana Londoño, profesora de Economía en la Universidad de California en Los Ángeles y una de las mayores expertas en evasión fiscal y desigualdad, explica que los ultrarricos esconden una buena parte de su dinero en paraísos fiscales. “El uso de estructuras complejas, como fiducias o empresas en el exterior, y en particular en Panamá, es recurrente para los colombianos más ricos”, dice Londoño en entrevista con EL PAÍS. “El secreto tributario que había hasta hace poco entre países les permitía a los más ricos eludir y evadir muchos impuestos en paraísos fiscales con facilidad”. De acuerdo con su investigación, los evasores más ricos ocultaban un tercio de su patrimonio en el extranjero y esa era la principal forma para evadir el impuesto a la riqueza: “La evasión fiscal en el extranjero representa más de cuatro quintas partes de la evasión detectada del impuesto a la riqueza”.

Las investigaciones de la profesora Londoño muestran que Panamá fue un destino atractivo para que los colombianos más ricos escondieran sus activos y evitaran pagar impuestos. “Que no quede duda alguna: el uso y abuso de las estructuras offshore en paraísos fiscales ha sido el vehículo de predilección de los colombianos más adinerados para esconder sus fortunas y aminorar su carga tributaria”, escribe la colombiana, que encontró además que era 24 veces más probable haber sido cliente de Mossack Fonseca, una de las cinco firmas de auditorías más grandes del mundo especialistas en servicios financieros offshore, si se pertenecía al 0,01 % más rico que al 5 % más rico del país.

Sin embargo, gracias a los acuerdos de intercambio automático de información financiera con fines fiscales entre países, la DIAN desde hace varios años ha podido conocer el valor de los activos que tienen los más ricos en el exterior. Estos acuerdos buscan combatir la evasión fiscal al obligar a las instituciones financieras a reportar información sobre las cuentas de sus clientes a las autoridades tributarias. En 2021, los acuerdos le revelaron a la DIAN $42,5 billones de pesos (10.700 millones de dólares) que no habían sido declarados. Un informe de Oxfam de finales de 2024, titulado Paraísos fiscales, un reto pendiente para Colombia, explica que en la última década uno de cada tres dólares de entrada o salida de inversión hacia o desde Colombia han pasado por un paraíso fiscal.

Otro de los mecanismos más frecuentes usados por los más ricos para evadir impuestos es la conformación de empresas familiares para descontar gastos personales como costos empresariales y reducir así la carga tributaria. Juliana Londoño explica que, si bien en Colombia aún no hay estudios que muestren la recurrencia de esta estrategia, sí es una fórmula documentada en otros lugares del mundo. Luis Carlos Reyes cuenta que una estrategia usada por los más ricos es tener una empresa familiar en un país con bajo impuesto a la renta que le preste servicios ficticios a la empresa real en Colombia. Esos servicios se declaran como costos para disminuir las utilidades de la empresa en Colombia y se vuelven utilidades en el otro país que tiene bajo impuesto de renta. “Es un ejemplo de las muchas figuras que hay para reducir el pago de impuestos”.

Los ultrarricos utilizan diferentes estrategias para subreportar sus patrimonios en las declaraciones tributarias con el fin de pagar menos impuestos. Reyes cuenta que en muchas ocasiones el valor fiscal declarado es distinto, mucho más bajo, que el valor real de los activos.

En otro estudio, Juliana Londoño y Javier Ávila analizan las variaciones que ha habido en el impuesto a la riqueza en las últimas décadas en Colombia y demuestran cómo los más ricos declaran que su patrimonio está justo por debajo de los límites para no tener que pagar este tributo o pagar una tarifa menor. “Encontramos evidencia contundente de que los contribuyentes reducen de forma inmediata la riqueza que declaran en respuesta a la implementación del impuesto a la riqueza. Estos efectos no desaparecen cuando el impuesto se elimina. Por el contrario, persisten durante años”. En concreto, explica Londoño, lo que hacen muchos de los más ricos es declarar de forma incorrecta elementos que las autoridades no pueden verificar, “como inflar el monto de las deudas o subestimar activos empresariales no reportados por terceros”. Adicionalmente, dice la investigación, “los contribuyentes más acaudalados responden a los aumentos del impuesto ocultando activos en entidades difíciles de rastrear”.

De hecho, una forma común para disminuir el pago de impuestos de los más ricos es el uso de estructuras legales complejas, como fideicomisos o empresas que les permiten manejar su patrimonio sin que esté directamente a su nombre. Muchas veces, las personas combinan varios de estos mecanismos. Por ejemplo, pueden tener el dinero en un fideicomiso en Panamá para declarar un patrimonio menor al real.

Un sistema tributario progresivo que reduzca la desigualdad

La evasión de los más ricos no es un fenómeno que ocurre solo en Colombia. Diversos estudios han mostrado cómo los multimillonarios de todo el mundo tienen tasas efectivas de impuestos muy bajas. El economista francés Gabriel Zucman, profesor en Berkeley y en Paris School of Economics, explica que, en lugar de ser progresivos, los sistemas fiscales contemporáneos no consiguen gravar eficazmente a las personas con patrimonios muy altos. "Cuando eres muy rico, es muy fácil eludir el impuesto sobre la renta. Lo vimos con las revelaciones de ProPublica sobre los impuestos pagados por Jeff Bezos, Elon Musk...", dijo Zucman en una entrevista reciente con este periódico. "Para los superricos es fácil estructurar su riqueza para que no genere muchos ingresos sujetos a impuestos. Por eso el impuesto sobre la renta fracasa. Es probablemente uno de los mayores problemas de nuestros sistemas tributarios y hay que abordarlo", insistió. Por ejemplo, los accionistas pueden evitar tener ingresos gravables si deciden que la empresa no reparta dividendos.  

Su propuesta para cambiar el rumbo global de los sistemas tributarios hacia unos más progresivos es un impuesto mínimo a los más ricos, que no sea en función de la renta, sino del patrimonio. “Nuestra propuesta es tener un impuesto mínimo equivalente al 2% de la riqueza de los milmillonarios cada año. Está en línea con lo que se ha hecho en la imposición fiscal a las multinacionales. Hay un acuerdo internacional sobre un impuesto mínimo global del 15% que se aplica en la UE desde el 1 de enero de este año. El siguiente paso es hacer lo mismo con las personas muy ricas".

Aunque en la ley Colombia ya tiene un impuesto a los patrimonios más altos con tarifas marginales progresivas, similar al que propone Zucman, en la realidad aún hay grandes retos para combatir las estrategias que usan los más ricos al evadir este impuesto. La investigadora Juliana Londoño afirma que el hecho de que los más ricos no estén pagando los impuestos que les corresponden hace que el sistema tributario, la herramienta más importante que tiene el Estado para redistribuir la riqueza, no cumpla su objetivo de reducir la desigualdades.

*Este trabajo periodístico hace parte de la serie de publicaciones resultado de la ‘Convocatoria para la cobertura de temas de justicia fiscal en Colombia’, impulsada por la Fundación Gabo en alianza con Oxfam Colombia y el apoyo de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Juan Miguel Hernández Bonilla
Periodista de EL PAÍS en Colombia. Ha trabajado en Materia, la sección de Ciencia de EL PAÍS, en Madrid, y en la Unidad Investigativa de El Espectador, en Bogotá. En 2020 fue ganador del Premio Simón Bolívar por mejor reportaje. Estudió periodismo y literatura en la Universidad Javeriana.
Rellena tu nombre y apellido para comentarcompletar datos

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_