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Alcaldes del PSOE y el PP afectados por el fuego piden más prevención: “Aunque multe al vecino, las fincas van a seguir sin limpiar”

Los regidores demandan nuevas normativas acordes a la situación actual de la España rural y planes para la limpieza de campos

Aurentino Alonso, alcalde de O Barco de Valdeorras (izquierda), y Enrique Álvarez, alcalde de Vilamartín de Valdeorras (derecha), en una calle arrasada por el fuego de San Vicente de Leira, el jueves 21.Foto: Claudio Álvarez | Vídeo: Europa Press
Virginia Martínez

La fotografía que encabeza este reportaje se tomó en uno de los pueblos más devastados tras el paso de las llamas. En San Vicente de Leira (Ourense), el fuego del incendio del Larouco —el más grave de la historia de Galicia— entró en casas y calles, dejando tras de sí unas 60 viviendas arrasadas, como si les hubiera caído una bomba encima. El jueves pasado, seis alcaldes de la comarca de Valdeorras fueron citados allí por EL PAÍS para hablar de unas jornadas agónicas y agruparse en una instantánea conjunta. Dos de ellos del PSOE, una del BNG y tres del PP. Pero la cita no se produjo como estaba prevista. El fuego la frustró. Hubo quien no se presentó porque se reactivaron las llamas en sus municipios y tenían que seguir coordinando las acciones de los vecinos, que se han enfrentado al fuego ante la “escasez de medios”. A otros les surgieron inesperadas labores en medio de la catástrofe. Otro regidor rehusó la invitación porque ya por teléfono no podía contener las lágrimas. Finalmente, el relato de estos días lo dan en persona dos alcaldes del PSOE y otro del PP de Castilla y León, por teléfono.

Los regidores piden más recursos para Ayuntamientos cuyos medios son exiguos, sobre todo para las tareas de desbroce y limpieza, sostienen. También solicitan nuevas normativas para la actual situación de la España rural —ahora vaciada— en favor de la prevención, contando para su redacción con la “gente de los pueblos”. Y exigen a los grandes partidos, PSOE y PP, que aparquen sus diferencias para atajar la crisis. Unas demandas que comparten ediles de distintas comunidades autónomas. “Tendrán que sentarse y envainársela, tienen que envainársela”, sentencia Enrique Álvarez, alcalde socialista del concello de Vilamartín de Valdeorras, al que pertenece San Vicente de Leira, mientras pasea por lo que queda de la aldea donde nació su padre.

En la tarde del jueves, Álvarez sorteaba los escombros de piedra y pizarra tirados por el suelo de San Vicente de Leira cuando Dominga, una de las vecinas, se le tiró a los brazos. “¡Era a miña casa. Estou intentando procesar isto. É moi, moi complicado!“, repetía la mujer al alcalde entre llantos junto a su vivienda echada abajo. Cuando Álvarez recibe un abrazo de los vecinos, trata de reconfortarles y piensa ”en los de arriba”, en referencia a los altos cargos políticos, contra quienes siente rabia y enojo. En paralelo, la pugna entre el Gobierno central y el PP se ha acrecentado esta semana por la descarga de responsabilidades. “Queda más España. Tienen que pensar en lo que queda”, implora el alcalde socialista. “Algún día volveremos a tener verde y volveremos a correr peligro. Es importante que se sienten y tendrán que perder los dos si quieren que ganemos los de abajo”, ruega el regidor de Vilamartín.

Las intervenciones de decenas de alcaldes de pueblos afectados por los incendios en medios de comunicación durante los últimos días van en la misma dirección: claman a los grandes partidos que dejen atrás la batalla política para centrarse en las soluciones. “No es cuestión de colores, sino de que los dos grandes partidos y las grandes administraciones tomen las medidas que se deben tomar”, coincide Felipe Campo, alcalde de Posada de Valdeón (PP), localidad ubicada en la vertiente leonesa de Picos de Europa, también asediada por el fuego el lunes pasado. Al otro lado del teléfono, este sábado, Campo subraya que los residentes del Valle del Valdeón siguen inmersos aún este fin de semana en el desbroce para evitar peligros a futuro.

Porque la limpieza del “combustible vegetal” de campos y caminos es una de las principales reclamaciones. Los propietarios son quienes tienen la obligación del desbroce de hierbajos y matorral de sus fincas. Pero en muchas ocasiones son censados que ya no viven en el pueblo o que han abandonado la actividad agrícola. También hay quienes directamente no cumplen el mandato. En Galicia, donde hay muchos minifundios dispersos por los montes, los Ayuntamientos han de realizar la tarea de manera subsidiaria. Con 13.000 habitantes, en O Barco de Valdeorras —el municipio más grande de la comarca—, tienen 1.000 expedientes abiertos por incumplimientos. Circunstancia que se repite en otros pueblos más pequeños.

“Estos Ayuntamientos no tienen la capacidad para, subsidiariamente, limpiar todo eso”, explica Aurentino Alonso, alcalde de O Barco (PSOE). En San Vicente de Leira, su compañero de partido Álvarez apunta a otros obstáculos. “Cuando paso por el pueblo y veo al paisano y le digo ‘Pedro, no has limpiado las fincas’. Y Pedro me dice ‘cómo quieres que limpie las fincas si tengo 40 fincas alrededor del pueblo y una pensión que casi no me da para vivir”, relata el alcalde de Vilamartín. “¿Tengo que multar a Pedro por no limpiar? Aunque lo multe, las fincas van a seguir sin limpiar. Mi conciencia no lo haría por mucho que lo diga la ley", añade Álvarez. Desde Posada de Valdeón, en los Picos de Europa, su alcalde aduce otros problemas. “Pasamos bandos para que los propietarios de alrededor de los pueblos limpien”, indica Campo. “La gente que está por aquí, igual limpia, pero hay emigrantes en Bélgica, Alemania... y no lo tenemos nada fácil para notificar las sanciones. No tenemos medios porque estamos en Ayuntamientos muy pequeños, no tenemos ni secretario”, añade el regidor popular.

Los reducidos consistorios tampoco lo tienen fácil para liberar los caminos de su competencia de la vegetación silvestre. Ante las dificultades, derivadas en muchos casos de la despoblación, demandan mayor implicación de los Ejecutivos autonómicos y normativas específicas al Gobierno central. “Lo que tenemos que buscar es una solución y esa pasa por la reestructuración de todo lo rural. Va a ser complicado, pero hay que aprovechar este momento para hacer una ley”, señala Álvarez, poniendo el foco en perimetrar los núcleos urbanos y en el control de la flora que rodea los mismos. “Las administraciones tienen que hacer nuevas legislaciones, pero haciendo caso a la gente de los pueblos, que nunca se nos escucha”, agrega Campo, subrayando la “importancia” de hacer cortafuegos. Además, considera que las restricciones en los parques naturales, como los Picos de Europa, son demasiado estrictas en ese sentido. “Aparte del abandono del rural, estos incendios también son fruto del cambio climático”, añade el alcalde de O Barco, apreciando la necesidad de incluir asimismo medidas sobre ese aspecto en los eventuales grandes pactos.

Ediles, militares y trabajadores de mantenimiento conversan sobre el estado de los inmuebles de San Vicente de Leira.

Planes de prevención

Otra de las cuestiones sobre la mesa es el desarrollo de los planes de prevención. La Fiscalía investiga la falta de los mismos, pues los municipios en zona de riesgo deben contar con programas contra el fuego. “Nosotros tenemos planes de autoprotección, por ejemplo, para riadas, para las instalaciones municipales... pero un plan de autoprotección en caso de un incendio forestal, no lo tenemos. Nosotros, que somos el municipio más grande de la comarca”, expresa el alcalde de O Barco. “Ellos tienen mucha menos capacidad, tienen mil y pico habitantes”, añade Alonso, en alusión a los minúsculos concellos como Vilamartín. “Me parece absurdo y muy sangrante para estos pueblos que no tenemos futuro”, tercia el alcalde de Posada de Valdeón sobre la obligación de diseñar planes de prevención. “No tenemos capacidad, ni de coña. Al final, los culpables siempre somos los del final de la fila”, zanja Campo.

El jueves pasado, en el San Vicente de Leira derruido, los trabajadores de mantenimiento realizaban trabajos de retirada de escombros y de restauración de los servicios públicos, como alumbrado o redes de telefonía. Unas faenas a las que se sumaban los militares del Ejército desplegados. Su alcalde atendía las dudas de los efectivos al tiempo que acompañaba en la pena a los vecinos, varios de los cuales, los que tenían su casa en pie, se niegan a abandonar la aldea. En el corto plazo, Álvarez actuará también el nexo de unión para asistirles en la solicitud de ayudas. Una financiación que tanto él como Alonso piden que se vincule directamente a la reconstrucción, para que sea destinada de verdad a tal fin y volver así a levantar los pueblos. En San Vicente de Leira, el jueves había vecinos que ya habían reconstruido el tejado de su casa apenas unos días después del desastre. “Somos unos supervivientes”, destaca su regidor.

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Sobre la firma

Virginia Martínez
Es redactora en la sección de España y ha desarrollado la mayor parte de su carrera en EL PAÍS, donde trabajó en la sección audiovisual hasta verano de 2021. Antes cubrió información local en el diario Granada Hoy. Es licenciada en Derecho por la Universidad de Granada y en Periodismo por la Universidad de Málaga y Máster de Periodismo de EL PAÍS.
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