El despertar de Swiatek, quebradero y estímulo para la defensora Sabalenka
La número uno, campeona el curso pasado, contempla con recelo y en alerta la reacción de la polaca, al tiempo que se expone a cerrar el año sin ningún grande


No es Aryna Sabalenka de las que mire hacia los lados ni mucho menos hacia atrás. Siempre hacia adelante. Siempre firme. Sin embargo, hay algo que invita a observar de reojo a la número uno, que esta temporada mantiene la magnífica dinámica de los últimos tiempos —ninguna iguala su regularidad— y continúa estando casi siempre muy cerca de los trofeos. Ese algo se llama Swiatek. La polaca, destronada por la bielorrusa y en la oscuridad durante más de un año, el periodo que tardó en volver a ganar un título, reaccionó a lo grande en Wimbledon y durante la gira veraniega en suelo norteamericano ha seguido mostrando las fauces en la pista. Es decir, Iga está de vuelta.
Y eso que a la de Varsovia le ha costado. Sin embargo, ella nunca perdió la fe. Advertía que era mera cuestión de tiempo y, contra todo pronóstico, el resurgir se produjo en el terreno que más se le resistía. “Preparé muy bien el año y aprendí muchas cosas nuevas en Australia. La temporada luego ha sido un poco más complicada desde otras perspectivas y no estaba en disposición de ganar torneos, pero después de Roland Garros volví a ser yo y apliqué todo lo que había aprendido durante la pretemporada en Wimbledon [doble 6-0 a Amanda Anisimova en la final] y Cincinnati. Veremos qué ocurre aquí”, concedía en el preámbulo neoyorquino, confiada de nuevo en sus posibilidades.
Entretanto, Sabalenka frunce el ceño ante la efervescencia de su gran rival, consciente al mismo tiempo que la recuperación de Swiatek puede suponer de nuevo un quebradero de cabeza —domina 8-5 en los cruces particulares, 8-3 hasta que empezó a entrar en barrena— y, a la vez, el perfecto estímulo para que vuelva todo el filo a su raqueta. No se debe olvidar que la bielorrusa ha perdido este año dos grandes finales, las de Melbourne y París, por lo que se expone a cerrar 2025 sin añadir ningún major al casillero. Compite con esa inquietud en el subconsciente, al tiempo que sabe que el empuje de la polaca le beneficiará porque exigirá de su versión más brillante.
“Obviamente, me encantaría cerrar el año con un grande más y siendo la número uno, pero, si no lo consigo, aun así pensaré que ha sido una temporada realmente buena”, explica ante los periodistas. “En gran medida, por todo lo que ha aprendido durante estos meses. Eso me hará más fuerte de cara a la próxima”, prolonga Sabalenka, que en Australia dejó escapar una magnífica oportunidad ante Madison Keys, campeona primeriza, y en Roland Garros sucumbió contra Coco Gauff, al caer de nuevo en esa sobreexcitación que a sus 27 años ha impedido que posea una cifra de grandes trofeos (3) bastante más significativa.

Triunfó en Brisbane, Miami y Madrid, pero no ha vuelto a levantar los brazos desde mayo y va frontalmente hacia ella Swiatek, sin olvidar las opciones de la local Gauff ni un dato amenazante: desde 2014, cuando Serena Williams logró enlazar un tercer éxito consecutivo, ninguna jugadora ha conseguido revalidar el título en Flushing Meadows. “Siento que tengo la experiencia suficiente para replicar el resultado que obtuve el año pasado”, transmite la gobernadora del circuito, quien ofreció un recital en la edición anterior, coronándose después de haber cedido un solo set.
Por entonces, el tenis de Swiatek había perdido vigor y definitivamente se enfangó con la suspensión de un mes por la detección de una sustancia prohibida en su organismo; la actual número dos lo atribuyó al consumo de un medicamento para combatir el desfase horario. Transcurrido el tiempo, casi un año después, da la sensación de que Sabalenka no ha terminado de exprimir el bajón competitivo de la polaca y de que está obligada a una reacción inmediata en Nueva York para evitar el vuelco. “Trataré de ignorar esa estadística [la relativa a Williams]. Siento la presión, pero debo centrarme en mí misma”, dice.
Y así es. Pero Iga está de vuelta.
DAVIDOVICH EXPRÉS, LESIÓN DE PÁRRIZAS
El primer día de competición comenzó en forma de sobresalto, con una desagradable imagen al doblarse bruscamente el tobillo de Nuria Párrizas en un desplazamiento lateral. La granadina, de 34 años y 122ª, trató de continuar ante Polina Kudermetova, pero finalmente tuvo que retirarse lesionada y entre lágrimas. Había transcurrido media hora del primer set, con 2-2.
La andaluza es una de las jugadoras seleccionadas para representar a España en la fase final de la Billie Jean King Cup, que tendrá lugar en septiembre en Zhenzhen (China). La capitana Carla Suárez contempló el percance en primera línea.
Posteriormente, el tenis español firmó el primer avance por medio de Alejandro Davidovich. El malagueño, decimoctavo del mundo tras un productivo paso por Washington, donde dispuso de tres bolas de partido en la final contra Alex de Miñaur, firmó su victoria más contundente en un gran escenario: 6-1, 6-1 y 6-2 (en 86 minutos) ante Alexander Shevchenko. Se medirá con Arthur Rinderknech, superior a Roberto Carballés (7-6(2), 7-5, 4-6 y 6-2, tras 3h 54m).
Davidovich continúa en la búsqueda de su primer título, después de haberlo tenido a tiro en cuatro finales, tres de ellas este año. “Va a haber otra oportunidad. Y así es el tenis. Sé que voy a tener oportunidades en lo que me queda de carrera”, contesta el andaluz a los enviados especiales.
Avanzado el día, Pablo Carreño logró su primera victoria desde hace tres años en un torneo en el que llegó a alcanzar las semifinales, en 2017. El gijonés, de 34 años, batió al jerezano Pablo Llamas por 7-6(6), 6-4 y 6-2. Le corresponde un duelo el miércoles con el sexto del mundo, Ben Shelton (6-2, 6-2 y 6-5 a Ignacio Buse).
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