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Los ‘whatsapps’ de los bomberos de Castilla y León: “Todos en base. Con cinco incendios a nivel 2”

Los mensajes de los brigadistas muestran su frustración al estar parados por los fallos del operativo

Un grupo de bomberos forestales tratan de extinguir el fuego la noche de este viernes en Argayo, en Castilla y León.
Juan Navarro

Los grupos de WhatsApp de los bomberos de Castilla y León arden de rabia y asombro. Rabia porque los incendios desafían a un sector precarizado, que previó este caos en cuanto se dieran las circunstancias de este verano: calor infernal y condiciones laborales indignas para el riesgo y las exigencias de su cometido. Y asombro ante decisiones “incomprensibles”, con retenes parados mientras ardían los alrededores, estrategias cuestionables que propician reproducciones, y técnicos de la Junta tan paralizados que requieren que los brigadistas tomen el mando. Ante el caos han nacido “cuadrillas pirata”, organizadas en estos foros por bomberos de descanso que se han unido al contingente. Aquí se reúnen algunos extractos de sus conversaciones.

“Yo he preguntado a CPM [puesto de mando] que si íbamos a algún lado y han dicho que de momento no [...] todos en base”, escribe un bombero. Otro responde: “Pues muy bien. Con cinco incendios a nivel 2 y les sobrarán medios”. Sus colegas ironizan con el “apoyo moral” de esos grupos parados y uno sentencia: “Comedia es lo que están haciendo, joder qué vergüenza”. A continuación enumeran medios inutilizados: “Hay dos camiones de reserva en Sahechores [León, zona crítica de incendios] también, limpitos”. Después aluden a un conductor y sus lamentos por infrautilizar máquinas: “Dice que hay seis autobombas en base, esperando instrucciones que nunca llegaron. Se quedó corto, había más”.

Muchos bomberos han remitido a EL PAÍS ejemplos donde o bien no fueron activados ―yendo ellos por su cuenta― o bien los mandaron pronto a casa. En este caso, entre varios desalojos en Palencia, preguntan cómo va el incendio de Cardaño de Arriba y un bombero responde: “Formados y a la espera de que el CPM nos diga dónde nos mandan. Sin poder acceder, sin medios, pues un desastre”. Otro se fustiga: “Nos ofrecimos ayer a terminar jornada antes para estar hoy operativos desde primera hora y echar las 12-14 horas hoy por el día en extinción. Se rechazó dos veces. ¿Y ahora decimos que no hay medios?”. Otro añade a las 9.36: “Llevamos desde las 8.30 esperando instrucciones del CPM, es triste”.

La confusión abundó en incendios graves como en Porto de Sanabria (Zamora), donde un bombero escribía a las 13.02: “A la espera de instrucciones, desde las 8.30 formados, vaya organización tiene el CPM, madre mía”. Los CPM concentran muchas críticas, pues se acusa a los técnicos de carecer de la formación y experiencia necesaria para esta función. Un bombero envía un audio a EL PAÍS asegurando que un puesto de mando llegó a quedarse sin técnico y que un civil, con experiencia en fuegos, tuvo que asumir la dirección.

Para rematar, un bombero de las BRIF, del Ministerio de Transición Ecológica. Él vaticinó que el incendio de Molezuelas de la Carballeda (Zamora) rebasaría las 15.000 hectáreas (fueron 32.000) y temió “incidentes graves” de un “operativo al límite” antes de que muriera un compañero en León. Este hombre incidía hace días en la escasa formación autonómica. Y este jueves por la mañana, después de que Mañueco reivindicase la “seguridad” y la “formación” del contingente pese a que circulan ofertas de trabajo donde no se pide experiencia ni formación, zanja: “Hemos visto con nuestros propios ojos dar un curso de ocho horas en 10 minutos a conductores de bulldozer que vienen de canteras y venga, a zumbar”. Sobre los guardas, cargos superiores no siempre capacitados, resignación: “Cada vez hay menos guardas que saben de esto y pusieron a chavales que no han visto una antorcha en su vida a quemar. Un auténtico despropósito”.

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Sobre la firma

Juan Navarro
Colaborador de EL PAÍS en Castilla y León, Asturias y Cantabria desde 2019. Aprendió en esRadio, La Moncloa, buscándose la vida y pisando calle. Grado en Periodismo en la Universidad de Valladolid, máster en Periodismo Multimedia de la Universidad Complutense de Madrid y Máster de Periodismo EL PAÍS. Autor de 'Los rescoldos de la Culebra'.
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