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La ultraderecha rescata el populismo que usó tras la dana para sacar ahora rédito del fuego

Partidos, grupos e ‘influencers’ compiten en una espiral de hipérboles. El despliegue sobre el terreno en pleno agosto es mucho menor que en Valencia

Vecinos luchando contra el fuego en Carballeda de Avia (Ourense).
Ángel Munárriz

El discurso, similar al utilizado tras la dana, podría sintetizarse así: el pueblo español, abandonado por un gobierno traidor, máximo exponente de un Estado fallido, se une en heroica defensa de su vida, su patria y su propiedad y se alza al fin contra la injusticia. Tras una semana de escaso protagonismo al inicio de los incendios, diversas organizaciones de la ultraderecha española —desde Vox, el tercer partido en el Congreso, hasta influencers en busca de atención, pasando por grupos radicales de todo pelaje— despliegan ya intensas campañas de agitación aprovechando los fuegos que asolan el noroeste español y el malestar en las zonas afectadas, algunas ya castigadas por la despoblación y la escasez de oportunidades.

“Está ardiendo todo menos lo único que tiene que arder: un sistema corrupto diseñado contra el pueblo español”, afirma Santiago Abascal, líder de Vox, en un mensaje publicado el martes que sirve como ejemplo del tono incendiario y el fondo populista que dominan las consignas para sacar rédito político del fuego. Aunque cada altavoz pone el acento en un punto, hay rasgos extendidos: a la épica insurreccional se suman el negacionismo del cambio climático, la conspiranoia y la culpabilización de la Agenda 2030. Y también de la inmigración ilegal, ingrediente que no falta ya en ninguna de las recetas de la variopinta familia ultra. Abascal no solo cita la “invasión migratoria” junto a la dana y el apagón entre las catástrofes que son culpa del “sistema corrupto”, sino que vincula la supuesta escasez de recursos para la extinción de las llamas con que se dediquen fondos a “promover la invasión islamista”, misma teoría de su lugarteniente Jorge Buxadé.

“Héroes anónimos”

En pleno agosto, el mes más vacacional, no hay ni de lejos tantas botas sobre las cenizas como las hubo sobre el lodo tras la dana, cuando la extrema derecha salió en tromba a la movilización —y al reclutamiento juvenil— publicitando su ayuda solo para españoles. Pero las proclamas se parecen a las de Valencia. Y también comparten elementos con las lanzadas durante el covid y tras el gran apagón. El propio Abascal presenta en su último vídeo todos estos acontecimientos y alguno más bajo un mismo patrón. “Siempre es lo mismo: da igual que sea un volcán, una pandemia, una invasión migratoria, una riada, un apagón o ahora los incendios [...]. Los españoles, siempre sin medios [...] Parece que no hay Estado cuando más se le necesita”, afirma Abascal, que carga con especial virulencia contra Pedro Sánchez, pero también destina su invectiva al PP —sin citarlo— al denunciar la “estafa de unos y otros”. Todo antes de pedir a los ciudadanos que “no se resignen”.

Tanto en los canales de Vox como del resto de la ultraderecha corre como la pólvora un vídeo en una zona afectada por el fuego en el que se escucha a un hombre reprocharle a gritos a Sánchez que no hubiera acudido antes. Como el presidente no le hace caso, se compone la imagen perfecta para ilustrar la premisa que defienden Vox y otras fuerzas con ideas parecidas, a su vez idéntica a la difundida cuando abandonó Paiporta al ser golpeado y hostigado durante una visita tras la dana: el jefe del Ejecutivo —sostienen— no puede acercarse a un pueblo que lo aborrece. Así lo indica Buxadé, que afirmaba este miércoles que solo “una cohorte de escoltas” lo protege de “la ira del pueblo español”.

En contraste con un Sánchez presentado como aislado y cobarde, Vox y otros grupos ultraderechistas exaltan la gallardía popular, para lo cual hacen circular noticias de vecinos trabajando en las zonas afectadas, presentadas como prueba irrefutable del abandono institucional. Es lo que hace Revuelta. En un remedo de su despliegue durante la dana, que fue mucho mayor y le granjeó una importante atención de las televisiones, esta organización juvenil, que actúa en total sintonía con Vox, lleva desde el martes publicitando su llegada a “primera línea en León”. Lo ha hecho difundiendo imágenes de uno de sus miembros, que sobre un terreno ennegrecido y llevando un mono azul pide donaciones y recicla el lema que hizo fortuna tras la dana: “Solo pueblo salva pueblo”. Sí, lo dice sin “el” ni “al”. En otros mensajes, Revuelta afirma haber sido recibida en León por “héroes anónimos” o muestra imágenes de vecinos de Riaño haciendo tareas de desbroce junto a esta frase: “Lo que hacen con los españoles es simplemente asqueroso”.

La “AntiEspaña”

Otra organización que pide atención es Hazte Oír. Al mismo tiempo que lleva a Lanzarote—isla donde el presidente pasa sus vacaciones— sus carteles llamando “corrupto” a Sánchez, la entidad presidida por Ignacio Arsuaga se suma a la campaña ultra sobre los incendios dando difusión a las acciones de Revuelta, con la que muestra creciente sintonía. No siempre ocurre así en la extrema derecha, donde los grupos y canales compiten por audiencias parecidas y no es raro que exterioricen su rivalidad.

Ignacio Arsuaga, presidente de Hazte Oír.

Esta vez lo que se exhibe es sintonía entre Revuelta y Hazte Oír, que esta semana impulsa también su propia campaña de recogida de firmas para un mayor despliegue militar “en defensa de España”. “Tenemos que hacer que la voz del pueblo se oiga […]. España nos necesita”, señala el texto de la campaña, que en la tarde del miércoles —según Hazte Oír– se acercaba a las 20.000 firmas recabadas. En un mensaje en X el domingo, Arsuaga y los suyos mezclaban en clave populista los incendios con el peligro para la unidad nacional: “No son solo los incendios. Es todo. Quieren romper España [...] Hay que echarlos. Son la AntiEspaña”.

Premiado este año por Hazte Oír, el agitador de extrema derecha Vito Quiles, miembro de la candidatura de Alvise Pérez en las últimas elecciones europeas, lleva toda la semana logrando cientos de miles de impactos con mensajes en la misma línea que Abascal, Arsuaga y Revuelta. El más popular arranca así: “Sobran políticos, faltan bomberos. Sobran políticos, faltan camiones cisterna. Sobran políticos, faltan policías”. Etcétera.

“Las consignas populistas, como ‘solo el pueblo salva al pueblo’, tienen una parte de apariencia positiva, porque aparentan ser una defensa de la solidaridad popular ante la adversidad. Pero, en medio de un clima de descrédito de las instituciones, suelen ser utilizadas por quienes se presentan como salvadores, muy especialmente la extrema derecha, para canalizar a su favor el descontento social en momentos delicados”, explica Antonio Madrid, profesor de Filosofía del Derecho de la Universidad de Barcelona y autor del ensayo La política y la justicia del sufrimiento (Trotta, 2010).

“Desobediencia policial, militar y civil”

A diferencia del pasado otoño con la dana, Quiles no publica ahora vídeos en la zona afectada. Tampoco Daniel Esteve, otro influencer ultra y fundador de la empresa de desalojos Desokupa, que ganó relevancia el año pasado tras la firma de acuerdos con el Sindicato Unificado de Policía y la Asociación de Tropa y Marinería Española para formar a policías y militares.

Pero que Esteve no haya ido a grabarse al lugar de la crisis —al contrario de lo que hizo en la dana o en los altercados de Torre Pacheco— no significa que ignore el potencial del tema, al que dedica vídeos incendiarios. En el del lunes, acusa a Sánchez de ir drogado y culpa al Gobierno de los fuegos y de otras catástrofes, siguiendo el mismo esquema que Abascal.

El agitador ultraderechista y empresario Daniel Esteve.

“Nos dejaron morir en la dana, nos dejaron quemar ahora [...]. Nuestros vecinos de La Palma siguen en containers”, expone Esteve, que culmina su vídeo con un “llamamiento a la desobediencia policial, militar y civil”. “No es ninguna broma, no es para subir audiencia”, asegura en su cuenta de X, con más de 300.000 seguidores. Luego el formador de policías y militares repite la idea: “Movimiento civil, policial y militar ya. O tomamos esto a las bravas o vamos a llorar”.

Intenciones ocultas

El que fue cabeza de lista en la papeleta de Quiles en las europeas, colaborador también de Esteve en empeños como las protestas en Ferraz, también está movilizado. El eurodiputado Alvise Pérez ha convertido sus canales digitales en un frenesí de mensajes sobre los incendios. ¿Qué dice? El presidente de Se Acabó la Fiesta (SALF) comparte con Vox la tesis del fracaso del Estado. “España es ya un Estado fallido”, le cuenta a sus más de 650.000 suscriptores en Telegram. También es común con Vox su exaltación de una supuesta resistencia popular: “Españoles que se niegan a abandonar sus casas pese a la orden de evacuación [...]. Orgullo de pueblo”.

El eurodiputado Alvise Pérez, presidente del partido Se Acabó la Fiesta (SALF).

Donde Pérez intenta ser el actor político más relevante es en el terreno de la teoría de la conspiración. Y tiene competencia. Al igual que ocurrió con el apagón, cuando Abascal sugirió que Sánchez provocó el cero eléctrico para tapar el procesamiento de su hermano, desde Vox se alimenta la tesis de que los incendios responden a una maquinación del Gobierno. “¿Alguien en España aún cree que Sánchez no tiene nada que ver?”, preguntó este martes el eurodiputado Hermann Tertsch. No obstante, Pérez va más lejos y se ha erigido en destacado defensor de la teoría según la cual los incendios están de alguna manera —que no detalla— conectados con la voluntad —no explica con claridad de quién— de extraer “tierras raras”, materias primas estratégicas para la energía verde, la defensa o la inteligencia artificial. “Pregúntate por qué ningún medio explica esto como teoría plausible”, les indica en Telegram a sus “ardillas”, como llama a sus seguidores.

Esta teoría, la de las tierras raras como explicación de los incendios, está circulando también en grupos de Telegram conspiranoicos como el de Rafael Palacios Rafapal, con cerca de 125.000 seguidores, y Canal 5TV, con casi 45.000, que antes propagaron ideas sin base sobre el origen de la dana y del gran apagón. El mismo ciclo se repite drama tras drama.

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Sobre la firma

Ángel Munárriz
Ángel Munárriz (Cortes de la Frontera, Málaga, 1980) es periodista de la sección de Nacional de EL PAÍS. Empezó su trayectoria en El Correo de Andalucía y ha pasado por medios como Público e Infolibre, donde fue director de investigación. Colabora en el programa Hora 25, de la SER, y es autor de 'Iglesia SA', un ensayo sobre dinero y poder.
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