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La autopsia de la niña Valeria Afanador indica que murió ahogada y no sufrió violencia física

La necropsia hecha por el Instituto Nacional de Medicina Legal muestra que los cambios en el cadáver de la menor, de 10 años, corresponden con las fechas de desaparición y hallazgo

Búsqueda de Valeria en la cuenca del río Frío, en Cajicá, el 18 de agosto.
Santiago Triana Sánchez

La autopsia de Valeria Afanador, la niña de 10 años que fue hallada sin vida el viernes pasado en Cajicá tras 18 días desaparecida, indica que murió ahogada y que no sufrió violencia física. Los resultados han sido conocidos en un breve documento publicado este lunes por la Fiscalía General, tras recibirlos del Instituto Nacional de Medicina Legal. Las conclusiones de la necropsia muestran también que los cambios en el cadáver de la niña corresponden con las fechas de su desaparición (12 de agosto) y del hallazgo de su cuerpo (29 de agosto), ubicado en el río Frío, en una zona boscosa de ese municipio aledaño a Bogotá.

Valeria, dice la Fiscalía, aspiró e ingirió agua y residuos de pantano, que fueron hallados en su estómago y en sus vías respiratorias. Además, los cambios de adipocira –una sustancia que se forma en los cadáveres cuando están expuestos a la humedad o en espacios sin aire- indican que la niña estuvo en el pantano y en contacto permanente con agua y material biológico en descomposición. El resultado muestra también que no hay signos de violencia en el cuerpo y que las prendas de vestir no tenían desgarros ni cortes. La Fiscalía dice que Medicina Legal seguirá con los estudios de las muestras de laboratorio que fueron tomadas en la autopsia.

La desaparición de Valeria Afanador conmovió a toda Colombia desde el primer momento. La última vez que se la vio fue en el colegio Gimnasio Campestre Los Laureles, donde estudiaba, sobre las 10 de la mañana del martes 12 de agosto. En las cámaras de seguridad se puede ver el momento en que la niña se aproximaba a los arbustos que demarcaban la cerca del predio. En al menos siete ocasiones se adentró entre las plantas antes de desaparecer. En ese mismo momento, varios alumnos recogían material de gimnasia del campo de fútbol. En la grabación también se veía a dos personas adultas, que no se percataron de los movimientos de la niña.

El día del hallazgo del cuerpo de Valeria, el gobernador de Cundinamarca, Jorge Emilio Rey, sugirió la posibilidad de que su muerte fuera un crimen. Según dijo, la zona en que se encontró el cadáver, en el río Frío -cuyo cauce pasa muy cerca del colegio-, había sido inspeccionada durante varios días por los organismos de búsqueda. “Quienes participaron en las inspecciones aseguran que resulta improbable que el cuerpo hubiese estado allí desde entonces”. Este lunes, tras conocer los resultados de la autopsia, Rey dijo que el hecho de que Valeria pudiera salir del colegio debe ser materia de investigación. Añadió, además, que sigue en pie un proceso administrativo sancionatorio contra la institución por presuntas deficiencias en la prestación de su servicio educativo.

Tras saber las conclusiones de la autopsia, la defensa de la familia Afanador Cárdenas dice que, si bien hay una causa de muerte, que es el ahogamiento, ha pedido a la Fiscalía profundizar en la posibilidad de que haya una motivación, como un empujón o la acción de una tercera persona. Considera, además, que a pesar del resultado de la necropsia, no hay que descartar que la niña haya estado con vida algún tiempo después de su desaparición. Manuel Afanador, padre de Valeria, basado en el conocimiento de su hija, insiste en que ella no salió sola del colegio. “La idea es seguir indagando sobre esa línea para llegar a los culpables de este hecho”, dijo.

El abogado de la familia, Julián Quintana, ha dicho por su parte que recurrirán a varias acciones judiciales. Por un lado, la civil, sobre la responsabilidad del colegio en la muerte de la niña. “Hemos pedido a las autoridades que investiguen y que más temprano que tarde el colegio se cierre, y, si se puede, definitivamente”, ha dicho. También ha pedido a la Fiscalía investigar tanto a la rectora del colegio como a sus empleados por configurarse el delito de omisión profunda: “Deben responder por este delito y en eso vamos a ser implacables frente a la responsabilidad”.

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Sobre la firma

Santiago Triana Sánchez
Periodista de EL PAÍS en la edición América Colombia. Ha pasado por la sección de Cultura y por la redacción del Diario AS, en Madrid. Es egresado de Periodismo de la Universidad Javeriana y Máster en la Escuela de Periodismo UAM-EL PAÍS.
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