Álvaro Uribe denuncia a Gustavo Petro por “hostigamiento” en las horas previas a la sentencia que definirá si irá a la cárcel
La acusación ante la Cámara de Representantes ocurre luego de una semana de peleas en X


El expresidente colombiano Álvaro Uribe ha mantenido un silencio casi absoluto tras la condena que recibió el lunes por manipulación de testigos. No se ha sumado a la estrategia de sus aliados más cercanos de denunciar una supuesta instrumentalización de la justicia (lawfare, en inglés) para una supuesta persecución política. Solo ha hecho una excepción en medio del hermetismo: su némesis, Gustavo Petro, el actual presidente de Colombia. Luego de una semana de peleas en X, el político de derechas ha denunciado al mandatario por “hostigamiento y calumnia” ante Comisión de Investigación y Acusaciones de la Cámara de Representantes —competente para investigar a los presidentes—. Sus abogados han presentado un escrito en la mañana de este viernes, horas antes de una audiencia en la que se conocerá si Uribe irá a la cárcel, tendrá prisión domiciliara o quedará en libertad hasta que la condena quede en firme.
“El presidente Petro profirió acusaciones directas, infundadas y carentes de respaldo judicial, atribuyéndole al expresidente Uribe conductas gravemente delictivas como homicidios, narcotráfico, paramilitarismo y corrupción, hechos por los cuales no existe condena penal alguna ni decisión judicial que sustente dichas afirmaciones”, se lee en un comunicado que difundió la firma Víctor Mosquera Marín Abogados. Según ellos, las afirmaciones de Petro en la última semana “configuran una conducta sistemática de estigmatización y hostigamiento público” que busca deslegitimar al líder opositor. Acusan al mandatario de izquierdas de violar los principios de prohibición de discursos de odio y no discriminación política.
Petro no se ha quedado atrás esta semana en priorizar la confrontación contra su adversario de larga data. Para él, la condena de Uribe por manipulación de testigos es solo el punto de partida de un camino más largo. Quiere que ahora la justicia avance sobre otras denuncias más serias: vínculos con el paramilitarismo, masacres, ejecuciones extrajudiciales. “El tema de fondo es el origen y el final del Bloque Metro de los paramilitares que surgieron en San Roque en la hacienda Guacharacas [perteneciente a la familia Uribe, en Antioquia]”, dijo el martes en X. “El expresidente Uribe no combatió el terrorismo paramilitar, sino que pactó con él, varias veces”, añadió unas horas después.
Un capítulo aparte ha sido la pelea por la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), la justicia transicional creada tras los acuerdos de paz con las FARC en 2016. Petro le sugirió al exmandatario que acuda a este mecanismo, que otorga beneficios judiciales a cambio de que los comparecientes reparen a las víctimas y aporten al esclarecimiento de sus crímenes. “Puede ir para entregar una verdad que, aunque dolorosa, puede ayudar a Colombia a salir definitivamente de la violencia”, escribió el martes en X. Sabe que las posibilidades son nulas: la JEP, cuestionada por Uribe desde su creación, solo podría escuchar su versión de los hechos si él decidiera ofrecerla libremente, algo que ya ha rechazado.
Sin embargo, la sola propuesta de Petro tuvo éxito en provocar la furia del líder de derechas. Fue para responderle, el martes, que rompió su silencio: dijo que el actual mandatario solo tendrá “algo de honor” para “tan siquiera poder hacer esa sugerencia” cuando haya renunciado a un indulto como exintegrante de la guerrilla del M-19, aclarado el dinero que recibió “en bolsas oscuras”, en referencia a un polémico video conocido años atrás, y presentado los resultados de un examen toxicológico, en alusión a las denuncias del excanciller Álvaro Leyva contra quien fuera su jefe. Después, cuando Petro negó haber sido indultado, Uribe adjuntó en X un documento de 1991 en el que el actual presidente decía haber recibido este beneficio para poder acceder a su curul como congresista.
Mientras todo esto sucede, el expresidente y su defensa se preparan para los próximos pasos en la justicia. Esta tarde, se definirá si Uribe debe permanecer en libertad hasta que haya sentencia firme: han argumentado que siempre ha comparecido en el proceso en su contra y que tiene “un arraigo en la comunidad” que hace poco posible su fuga. Además, preparan una apelación contra la sentencia, que es de primera instancia. Asimismo, Uribe ha señalado en la mañana de este viernes que “las crisis más difíciles son las de afectación personal”. “Afectan la familia, los seres queridos, los amigos, los compatriotas que han apoyado, los lejanos pero con curiosidad afectiva”, ha expresado. Para ello, ha dicho que “hay que pensar mucho más en la solución que en el problema”. Ha concluido en que debe apoyarse “fundamentalmente en la oración” a Dios.
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