Al ministro de Defensa lo tienen de donde sabemos
El ministro Pedro Sánchez es un berraco para informar y condenar los hechos criminales de la insurgencia y para convocar consejos de seguridad que no sirven para nada pero, eso sí, muy débil para evitarlos

El secuestro de 57 militares armados en El Plateado (Cauca) se ha repetido tres veces en la misma zona y “por las mismas emisoras”. El hecho de haber designado ministro de Defensa a un militar, que debió dejar el uniforme para asumir el cargo, hacía pensar que hechos de semejante magnitud, escándalo mundial por tratarse de fuerza legítimamente armada y uniformada como Dios manda, no se volverían a presentar. Desgraciadamente no fue así. Un grupo de civiles “instrumentalizados” por la guerrilla de un individuo que se hace llamar Mordisco, quien controla la zona repleta de hoja de coca, secuestraron a 57 militares durante 50 horas.
Eso quiere decir que Mordisco tiene al general Pedro Sánchez agarrado de donde sabemos. Para rescatarlos ordenó el envío de un pelotón completo en camioncitos y se presume que se detuvieron a unos de los responsables del secuestro. A través de una comunicación en la red social X, el ministro solicitó la intervención de la Defensoría del Pueblo, la Personería y la Organización de Estados Americanos para que —hágame el favor— intercedan para mediar y así lograr la liberación de los militares. El comandante de la Tercera División del Ejército Nacional de Colombia explicó que los militares secuestrados fueron víctimas de una asonada cuando estaban por detener a un miembro del crimen organizado.
El ministro Pedro Sánchez es un berraco para informar y condenar los hechos criminales de la insurgencia y para convocar consejos de seguridad que no sirven para nada pero, eso sí, muy débil para evitarlos. Sabe quiénes son los responsables y cómo operan los narcotraficantes para sacar la droga por el Pacífico, pero ha sido muy poco eficiente para impedirlo.
El hecho positivo de haberlos liberado no exonera la responsabilidad del fracaso de la operación que terminó con el secuestro. Había que preverlo. Veníamos de todos los fracasos del ministro Iván Velázquez y creíamos que su remplazo era para mejorar y no para empeorar.
Mientras tanto, el presidente Petro se reúne con los jefes criminales de Antioquia para negociar la paz y en su intervención uno de los liberados amenaza al alcalde y a los concejales de Medellín: “Nosotros sabemos cómo se hace”. No se puede dejar por alto semejante amenaza en presencia del presidente de la República. El diario El Tiempo se preguntó: ¿cómo los capos de Medellín pasaron de las celdas a compartir escenario con el presidente Petro? El alcalde de Medellín y el gobernador de Antioquia prendieron la alarma: “Estamos amenazados”. Y el expresidente Cesar Gaviria se pregunta si la constituyente es para formalizar el Pacto de La Picota.
Terminada la parodia de la consulta popular entramos en modo Asamblea Nacional Constituyente, muy parecida a la suerte que tuvo la consulta bajo la teoría del exfiscal Montealegre y que requiere el visto bueno del Senado en los términos, por fortuna, definidos por el experto Mauricio Gaona en el histórico debate de La W. Es la manera como el Gobierno quiere adelantar el proceso electoral en el que ya estamos, sin candidatos escogidos oficialmente y, Dios quiera, sin atentados como el sufrido por el doctor Miguel Uribe, quien continúa dando la pelea desde una unidad de cuidados intensivos.
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