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Mordisco desafía al Gobierno con un toque de queda en Guaviare

Tras el confinamiento de 10.000 personas la semana pasada, este sábado inicia una nueva amenaza contra quienes salgan de sus hogares en parte de este departamento del sur de Colombia

Nestor Gregorio Vera Fernandez alias Ivan Mordisco

El ataque militar al frente Rodrigo Cadete en el Caquetá, este viernes, marca un choque frontal entre una disidencia de las extintas FARC que ha coqueteado con negociar la paz y un Gobierno que le apostó a lograr acuerdos con todos los grupos armados. El llamado “Estado Mayor de Bloques y Frente” (EMBF), que lidera Calarcá Córdoba y al que pertenece ese frente, enfrenta una ofensiva de otra disidencia, la que maneja alias Iván Mordisco, en una situación que promete disparar la violencia en la Amazonía colombiana. En los últimos meses el Estado ha chocado especialmente con Mordisco, pero el reciente operativo muestra que combate a los dos lados, que tienen entonces una presión mayor por ganar la guerra entre ilegales para enfrentar al Ejército. Todo ello promete convertirse en otro capítulo de la conversión de la paz total que buscaba el Gobierno a una guerra total.

El Estado parece estar sobre aviso. En paralelo a los combates en Caquetá, esta semana el ministro de Defensa, el general en retiro Pedro Sánchez, anunció que el Ejército aumentará el pie de fuerza en varias zonas del vecino departamento del Guaviare. Allí es donde se están juntando todas las piezas para una mayor confrontación entre la gente de Calarcá y la de Mordisco, que ya han venido chocando. Por ejemplo, tuvieron combates en Semana Santa en la vereda Caño Makú y en enero en Miravalle, las dos en el Guaviare. En general, las unidades de Calarcá están concentradas en mantener sus territorios y evitar que las de Mordisco les frenen la expansión que han logrado en los últimos meses, sobre todo en una zona conocida como la “trocha ganadera”: una arteria estratégica de 140 kilómetros que va desde la capital de San José del Guaviare hasta Charras, al oriente y en paralelo al río Guaviare, y que desde marzo Calarcá ha venido penetrando.

Mordisco ha respondido con fuerza esta semana. El sábado pasado Jimmy Martínez, cabecilla de una de sus estructuras, envió un audio de WhatsApp que rotó como pólvora en la zona. El comandante del Bloque Amazonas destinó el mensaje a “la comunidad en general de la trocha ganadera”. Se trataba de una amenaza de un paro armado entre la zona rural de San José del Guaviare y Charras. “Cierren hasta nueva orden. Motivos, ya saben cuáles son los motivos. Aquí en la confrontación con los paramilitares de Calarcá (...) los que estén trabajando con ellos, pues es realmente que echen con ellos porque de ahí para adelante no se va a responder… Nosotros estamos en el área, seguimos en el área y ya no hay más que decirlo ¿no? Personal que ya tenemos en lista se le da la oportunidad para que se vaya”. Además de esa amenaza de desplazamiento forzado, anunciaron que iban a quemar cualquier vehículo que use la trocha.

Los caseríos que quedan sobre la trocha amanecieron desde el lunes como pueblos fantasmas. En el pequeño poblado de El Boquerón solo se oían los pájaros. Las casas estaban cerradas y las motos parqueadas. La misma foto se repitió en El Resbalón, El Morro, o Santa Rosa, dejando a 10.000 personas confinadas, según alertó la Defensoría del Pueblo.

Ese mismo día, llegó un nuevo audio de Martínez, en el que permitía el paso de 6 de la mañana a 6 de la tarde, pero con condiciones. En una muestra de la impredecibilidad de este conflicto, prohibieron a los pobladores servir de conductores de terceros o llevar encargos “de los fraccionalistas” [como llaman a la gente de Calarcá tras la fractura entre los dos grupos, que estaban confederados], “no dejarse extorsionar por ese grupo paramilitar”, ni ir a las reuniones que convoquen los hombres de Calarcá. También ordenaron a los campesinos abastecerse “ahorita que se está dando paso, porque de ahí para allá no sabemos cómo se torne la situación”. Pese a esos aparentes alivios al confinamiento, los pobladores se han quedado encerrados, presas del tremor. Además, los pocos camiones que han podido transitar se han atascado en el lodo que han dejado las fuertes lluvias de estos días.

Dos días después, el miércoles, llegó una nueva orden. Esta vez fue Mayimbú, también del Bloque Amazonas, quien anunció un toque de queda a partir de este sábado, 7 de junio. En esta ocasión afecta a una vía alterna a la trocha, conocida como Guacamayas, por la que se sale hacia el río Inírida. “Se prohíbe la movilidad en motos, motocargueros, vehículos de servicio público y por caños”, dijo. “He visto a algunas personas de esa zona venir a San José [la capital departamental] a hacer mercado hoy viernes, preparándose para mañana” dice vía telefónica una fuente local cuya identidad se reserva por su seguridad.

El presidente Petro ha respondido al anuncio de este nuevo toque de queda con un trino en el que convoca a los habitantes de Guaviare a “hacer verbena popular todas las noches”. “Eso que dice el presidente no tiene lógica ni se acomoda a la realidad”, dice por teléfono un líder de una vereda ubicada sobre la trocha ganadera. “La comunidad está nuevamente en la mitad de un conflicto que no es nuestro y con temor”, añade.

El Ejército ya ha mandado soldados a algunas de las veredas de la trocha, en un intento por brindar seguridad y tranquilidad, y así evitar el confinamiento. Los pobladores no se les acercan para evitar que las disidencias los señalen de colaboradores. “No podemos dejarnos amedrentar por estos audios”, dijo el comandante de la Brigada de Selva 22, con sede en San José del Guaviare, después de un consejo de seguridad esta semana en El Retorno. Pero ese llamado no parece ser suficiente. “La manifestación de la Fuerza Pública de cubrir ese corredor vial [la Trocha] comenzó esta semana, pero es muy complejo que cubran 140 kilómetros. Por ahora sabemos generalidades, que van a cubrir el espacio, que tienen capacidad para hacerlo, pero seguimos en dificultades”, dice el alcalde de San José, Willy Rodríguez. Frente a esas dudas, las certezas hoy en el Guaviare se llaman toque de queda y confinamiento.

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