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Cartas al Director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

La presión estética también pesa sobre los cuerpos masculinos

Los lectores escriben sobre la masculinidad en la cultura patriarcal, el ‘caso Montoro’, la obligación social de viajar durante las vacaciones y el legado de Jorge Semprún

Un hombre en un gimnasio.

Leo con interés el artículo de Azahara Nieto sobre la presión estética en los cuerpos femeninos durante el verano. Tiene toda la razón. Pero esta presión tiene muchas otras puntas. Algunas se clavan en los hombres no canónicos, incluso en hombres blancos delgados. Miren a los hombres Vox. Pectorales pronunciados. Brazos como troncos. Mírennos a los tirillas. Gafas, bracitos de alambre. Este fin de semana, en una celebración familiar, un querido allegado me recordó hasta cuatro veces lo delgado que estoy. “Cuando te he visto he pensado: tiene un problema”. Cierto, el problema se llama patrón masculino, y va más allá de lo estético. La hombría no es delgada, no puede ser sensible, no puede utilizar ciertas palabras ni por supuesto metáforas, no debe tener un tono agudo sino que está obligada a bajar la laringe al hablar y sonar grave, no puede rechazar alcohol cuando se le ofrece, y por encima de todo no tiene que matizar cuando lo macho arroja odio contra un colectivo que quiere acabar con “nosotros”. Amigas no canónicas, no estáis solas.

David Fleta Monzón. Barcelona

Recortes durante la crisis

Después de decirnos a los españoles que habíamos vivido por encima de nuestras posibilidades y de colgarse la medalla de haber sido los gobiernos del milagro económico, lo hasta ahora descrito por el auto judicial sobre el exministro de Hacienda Cristóbal Montoro parece demostrar que algunos pudieron seguir viviendo por encima de sus méritos dado que milagrosamente hicieron crecer sus ingresos a costa de los de todos.

Julio Merino Velasco. Toledo

Hay que irse de vacaciones

En la sociedad actual no puedes no “irte” de vacaciones, y digo “irte” porque puedes tener vacaciones, y disfrutarlas, pero tienes la obligación social de “irte”. Si no te vas fuera a veranear —y lo subes a redes sociales—, es como si no tuvieras vacaciones. Y todo el mundo te lo hace saber: “¿No vas a ningún sitio?”, “¿Ni un fin de semana?”. No. Después de un año de trabajo, de pagar el alquiler, la comida, pequeños lujos como ir al teatro o comprarme algún vestido más caro de lo normal, no tengo dinero para irme ni una semana a ninguna de nuestras playas —y ni mención de destinos como Tailandia, Perú, o el Caribe. ¿Me gustaría? Sí, claro, pero no puedo. Y, ¿Sabéis que? Tampoco pasa nada. No es necesario irse a Indonesia para descansar de la vida frenética que llevamos.

Natalia Rodríguez. Bilbao

Semprún, ética y política

En estos tiempos oscuros, en los que resurge el canto de las sirenas del escepticismo y la antipolítica, la exposición Jorge Semprún. El largo viaje, en la Biblioteca Nacional, constituye un “refugio climático” particularmente reparador. El análisis de su trayectoria como escritor, como resistente contra el nazismo y agente contra la dictadura franquista, como político y militante de la memoria, muestra una vida y una obra en la que imperan nobleza, lealtad, libertad crítica y generosidad. Un verdadero referente ético tan necesario hoy.

Carmen Mata Barreiro. Madrid

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