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Siempre robando
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Mientras se prueba los zapatos, avanza en el concurso de baile

El Madrid que se adivina es un Madrid que se plantea, primero, no dejar pensar al rival, y luego ponerse a pensar él con prisa y luces

Xabi Alonso da instrucciones a Kylian Mbappé
Manuel Jabois
Real Madrid RMA
1
Gonzalo García 53'
Juventus JUV
0
Finalizado

En el minuto 53 Trent Alexander Arnold, que estaba jugando con el espejo retrovisor puesto (recibía el balón y lo descargaba hacia atrás, no fue su mejor día), levantó la cabeza para poner un centro al área juventina. Y allí, desde atrás, con la cabeza como un martillo, apareció Gonzalo García Torres, el delantero titular del Mundial de Clubes.

Nacido en un Madrid cubierto de silencio, terror y espanto el 24 de marzo de 2004, trece días después de los atentados del 11-M, a Gonzalo, 21 años, le tocaba este martes, en un mundo de jerarquías, sentarse en el banquillo y contemplar el regreso de Kylian Mbappé. Pero entre la debilidad del francés y su falta de rodaje, y las tres exhibiciones de Gonzalo en Estados Unidos, Xabi Alonso no tocó el puzzle que se llevó por delante al Salzburgo. Y eso interpelaba a Gonzalo. El chaval sabe que Mbappé es titular en cualquier equipo del planeta y, al mismo tiempo, ya sabe que al Madrid lo entrena alguien que atiende exclusivamente a razones del rendimiento. Que en el Madrid hay más plazas ofensivas que la del 9 y, sobre todo, hay minutos y minutos. De momento Gonzalo corre de un defensa a otro estrujándoles los pulmones y el cerebro, y cuando vuela un balón en el área, lo caza. Pura felicidad de jugador.

El Madrid que se adivina es un Madrid que se plantea, primero, no dejar pensar al rival, y luego ponerse a pensar él con prisa y luces. En la primera parte hasta siete jugadores llegaron a rodear el área contraria mientras la Juve trataba de sacar la pelota. Se pretende que el adversario suba de revoluciones con una considerable amenaza encima: perder el balón en zonas sensibles frente a Güler, Valverde, Bellingham o Vinicius, una organización de artificieros. Falta, todavía, elaboración de juego, ideas rápidas y clamorosas cuando los contrarios se encierran y el Madrid mueve la pelota de izquierda a derecha como si moviese una cola de vaca. Con el sistema que usaba Alonso en Leverkusen (tres centrales) los dos laterales son las dos piezas más importantes del equilibrio ecológico del Madrid. Abiertos, ofensivos, a ratos creando juego desde carriles interiores incluso para sumar cinco en el mediocampo.

Pudo el Madrid golear a la Juve. Se enfrentó a un equipo en reconstrucción y a un portero alucinado que sacó manos a tremendos disparos de Tchouameni, Valverde y Huijsen (Huijsen sigue en observación: no se le resiste nada). Hubo más ocasiones del Madrid, especialmente después del gol de Gonzalo, pero faltó suerte o colmillo. Debutó Mbappé con el cuerpo del chico de 17 años que debutó en Mónaco, fino pero aún sin fuerzas. Sigue Vinicius tirando la loza al suelo por la izquierda, agrietando las defensas y torturándolas psicológicamente: si Trent tiró mucho de retrovisor por la derecha, Vini lo dejó en el vestuario. Las buenas noticias siguen con Güler, que se regaló un regate antológico marca de la casa de Messi: control y sombrero sin pararla para irse a pierna cambiada. Pero la mejor noticia fue que, con el Madrid por delante, la Juve no pudo discutirle el campo ni el balón ni siquiera en los últimos diez minutos.

Por lo demás, el resultado. Un empate y cuatro victorias del Madrid de Xabi Alonso en un Mundial que ha sido un terreno minado para los trasatlánticos europeos. Está la lupa en el juego del Madrid y sus variantes con el nuevo entrenador, están los focos en los fichajes y en las tácticas. Mientras esto ocurre, el Madrid gana y se presenta en los cuartos de final. Mientras se prueba los zapatos, avanza en el concurso de baile.

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Sobre la firma

Manuel Jabois
Es de Sanxenxo (Pontevedra) y aprendió el oficio de escribir en el periodismo local gracias a Diario de Pontevedra. Ha trabajado en El Mundo y Onda Cero. Colabora a diario en la Cadena Ser. Su última novela es 'Mirafiori' (2023). En EL PAÍS firma reportajes, crónicas, entrevistas y columnas.
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