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Armando Benedetti plantea una consulta popular ante el estancamiento de la reforma a la salud

El ministro del Interior señala que es necesario un llamado a las urnas para sortear la reticencia del Congreso. “Que sea el pueblo el que decida”, dice

Lucas Reynoso

El Gobierno de Gustavo Petro redobló la apuesta el fin de semana ante la falta de avances en el trámite de la reforma a la salud, su principal apuesta legislativa para este último año de mandato. El ministro del Interior, Armando Benedetti, señaló el fin de semana, en una entrevista con El Colombiano, que la posibilidad de convocar una consulta popular sobre el proyecto de ley “está sobre la mesa” tras una semana adversa en la Comisión Séptima del Senado. “El Congreso está mamando gallo”, justificó. Después, en la noche del domingo, fue aún más enfático en sus redes sociales: “Ante la negativa del Congreso de debatir, con dilaciones y mamaderas de gallo, que sea el pueblo el que decida por sus derechos de salud”.

La reforma, aprobada en la Cámara de Representantes en marzo, lleva meses estancada en el Senado. El Gobierno y la oposición mantienen el pulso en la Comisión Séptima, integrada por 14 congresistas. “Yo creería que estamos 7-7 votos por ahora”, comentó Benedetti en la entrevista del sábado. Es la misma comisión en la que se hundió la reforma laboral en su primer intento, el semestre pasado. Ahora son claves los apoyos de las senadoras Lorena Ríos, de Colombia Justa Libres; Ana Paola Agudelo, del MIRA; y Norma Hurtado, del Partido de la U. Las tres presentaron una ponencia alternativa que podría ser un punto intermedio, pero el presidente ya ha expresado su rechazo: según él, “no sirve” y está diseñada para favorecer los intereses de las empresas privadas.

El desacuerdo entre el Gobierno y los senadores, una vez más, está en el rol de las Entidades Promotoras de Salud (EPS), las empresas públicas y privadas que administran el sistema con recursos públicos. Benedetti embistió una vez más contra ellas, en el centro de la discordia desde la primera versión del proyecto, hundida en abril de 2024. “Hay que quitar que las EPS sean aseguradoras y [garantizar] que la plata vaya directamente a los hospitales. Eso es lo primordial”, dijo el sábado. Criticó, en sintonía con el presidente, la ponencia de las tres senadoras: “Lo que hace es dejar exactamente igual a las EPS y que las deudas las pague el sector público”.

El tiempo apremia para el Gobierno, que ya logró aprobar su reforma laboral y de pensiones en el Legislativo, pero aún está lejos de lograr lo mismo con la de salud. Queda menos de un año para que termine el cuatrienio y el último semestre será tiempo perdido, con los congresistas enfocados en las elecciones legislativas de marzo y las presidenciales de mayo. La frustración es evidente, sobre todo ante la falta de avances la semana pasada. “Ahora tenemos la reforma a la salud más embolatada”, concluyó Petro el viernes en un discurso en Ibagué. Benedetti lo secundó al día siguiente y señaló que aún es incierto si los debates continuarán esta semana, pese a que la Comisión Séptima está citada para el martes. “Creo que no van a trabajar porque es la semana de dizque de receso [escolar], que es para los niños, no para los parlamentarios”, dijo.

La idea de la consulta, según Benedetti, “aún no se ha discutido con el presidente”. “Él tendría que decidir qué pasa, pero hay sectores políticos a los que les gustaría que ese tema fuera a la calle”, comentó, sin precisar cuáles son esos actores que, según él, le plantearon la propuesta y no hacen parte del Gobierno. La iniciativa se suma a la de convocar a una Asamblea Nacional Constituyente, algo en lo que el Ejecutivo insiste desde hace meses y que requiere el aval del Congreso. Ya el martes, cuando el panorama se veía adverso en la Comisión Séptima, Benedetti había declarado en un comunicado que “es la única salida que queda para garantizar las reformas sociales”.

Una estrategia exitosa

La propuesta de Benedetti llega después de que el Gobierno haya constatado los réditos que puede obtener de un llamado a las urnas, aun si no se concreta. En mayo, el Congreso revivió la reforma laboral luego de que el presidente anunciara que convocaría a una consulta popular para sacarla adelante. Después, mientras la oposición introducía modificaciones sustanciales, el mandatario insistió con que llamaría a las urnas si el proyecto no salía como él había propuesto. Agregó, además, preguntas sobre la reforma a la salud a la convocatoria. Finalmente, la presión funcionó: la plenaria del Senado eliminó gran parte de los cambios opositores y aprobó un proyecto muy similar al que quería el Gobierno.

Para la oposición, fue evidente en aquel caso que era más contraproducente movilizar a millones a una consulta popular que aprobar la iniciativa. En las semanas previas a la aprobación de la reforma laboral, fue demostrado en sondeos que la propuesta motivaba y cohesionaba a las bases que apoyan al presidente y tenía un amplio apoyo en otros ciudadanos. El temor era que el Gobierno usara la consulta popular para adelantar la campaña y movilizar a su electorado con meses de ventaja ante las elecciones del 2026.

Varios dirigentes repudiaron la convocatoria cuando el Ejecutivo decidió hacerla sin el aval que requería del Congreso. “Burdo chantaje”, dijo entonces la senadora Angélica Lozano, de la centrista Alianza Verde. “El presidente decide irse contra la institucionalidad y amenazarnos”, comentó Paloma Valencia, del derechista Centro Democrático. Pero la estrategia de Petro funcionó y, ad portas de que se hunda su reforma a la salud, Benedetti vuelve a ponerla en el aire. La reforma la salud no goza del mismo respaldo popular que la laboral, pero la sola amenaza de una consulta popular puede poner a varios senadores a dudar si Petro lograría o no movilizar a millones con esa bandera, justo a meses de las elecciones.

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Sobre la firma

Lucas Reynoso
Es periodista de EL PAÍS en la redacción de Bogotá.
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