La canciller Laura Sarabia renuncia a su cargo en el Gobierno de Petro

El Gobierno de Gustavo Petro se ha quedado sin su mano derecha. Este jueves, Laura Sarabia, una de las personas de mayor confianza del presidente, y quien desde enero ocupaba el cargo de canciller, ha publicado su carta de renuncia. En una emotiva misiva dirigida al mandatario, y también divulgada en sus redes sociales, asegura que su salida se debe a que “en los últimos días se han tomado decisiones que no comparto y que, por coherencia personal y respeto institucional, no puedo acompañar. No se trata de diferencias menores ni de quién tiene la razón. Se trata de un rumbo que, con todo el afecto y respeto que le tengo, ya no me es posible ejecutar”. Aunque Sarabia no especificó cuáles eran dichas decisiones, según fuentes del Gobierno la funcionaria tuvo un fuerte desacuerdo interno esta semana con Presidencia por la extensión de un contrato a la empresa colombiana Thomas Greg & Sons para la expedición de los pasaportes.

Sarabia presionaba para que se extendiera el contrato con la empresa privada Thomas Greg & Sons, ya que considera que la Imprenta Nacional de Colombia, una entidad pública, aún no está lista tecnológicamente para asumir la expedición de este tipo de documento oficial, como lo deseaba el presidente. El temor de Sarabia, según fuentes cercanas a ella, era que para esa fecha hubiera caos en la expedición de los pasaportes, y que más adelante eso le representara un alto costo político, una sanción o una inhabilitación, como le sucedió al excanciller Álvaro Leyva.

Con la renuncia de Sarabia, el asunto de los pasaportes se convierte en el motivo de la salida de dos de los tres cancilleres que ha tenido este Gobierno. Leyva, quien fue el primer ministro de Exteriores y es hoy investigado por buscar derrocar al presidente, salió de su cargo tras ser inhabilitado por la Procuraduría por declarar desierta una licitación en la que el único proponente era Thomas Greg. El presidente había sido enfático en que no se adjudicarían licitaciones con un único oferente, y consideraba que el proceso había sido amañado para beneficiar a dicha compañía.

No obstante, tanto Petro como su nuevo secretario privado en presidencia, el líder cristiano Alfredo Saade, han insistido en seguir con el plan original. Este miércoles, Saade anunció que firmará un contrato de cooperación con la Casa de la Moneda de Portugal para elaborar los pasaportes en Colombia a partir del primero de septiembre. Desde 2023, el presidente ha buscado apartar a Thomas Greg & Sons, pero la Cancillería ha hecho ya dos extensiones a la licitación porque la imprenta no estaba lista. Para calmar los ánimos, en una entrevista en Blu Radio, Saade aclaró que la directora de la Imprenta Nacional ha tenido conversaciones con Portugal desde enero del año pasado para asumir esta función. “Colombia no tiene ningún riesgo de quedarse sin pasaportes”, dijo.

Sarabia, en cambio, ha mostrado su preocupación porque señala que aún no está listo el acuerdo de cooperación con Portugal necesario para construir una imprenta y garantizar la transferencia de tecnología. Este jueves, Caracol Radio reveló en exclusiva un documento enviado por la Cancillería a la Procuraduría, y fechado el 25 de junio, en el que se advierte que la imprenta necesitaría aún 35 semanas para poder expedir pasaportes, “lo cual haría inviable iniciar operaciones el 01 de septiembre de 2025″.

De la mano de Petro, la carrera de Sarabia ha tenido un despegue vertiginoso. Con 31 años, ha logrado moverse entre las más altas esferas del poder. Durante este Gobierno, fue jefa de gabinete, directora del Departamento Administrativo de la Presidencia (Dapre) y del Departamento para la Prosperidad Social (DPS), hasta ser designada, a finales de enero de este año, en uno de los cargos más apetecidos de la política: el de canciller de la República.

Ese mismo ascenso le valió varias enemistades, especialmente dentro del petrismo y del mismo gabinete, que miraban con recelo que no proviniera de las huestes del partido o que se hubiera convertido en el enlace, a veces renuente, para todos aquellos que buscaban llegar al presidente. Se convirtió en la mano derecha de Petro, en la persona que le hablaba al oído, pero también aquella con la que a veces tenía diferencias ideológicas. Pese a que fue criticada por su falta de experiencia y por los escándalos en los que se vio envuelta, tanto afines como detractores siempre destacaron su agilidad y capacidad de gestión, sobre todo en una administración cuestionada por la ausencia de dichas características.

“La parte más importante de mi vida pública ha transcurrido a su lado”, le dice Sarabia a Petro. Así inicia su carta de renuncia. No obstante, desde el regreso a Colombia de Armando Benedetti ―antiguo jefe de Sarabia y hombre de confianza del presidente―, y luego de que él asumiera como ministro del Interior, la canciller y Petro se empezaron a distanciar. Ella se enfocó en sus labores como ministra, en medio de un complejo panorama internacional, en el que recibió la cartera con unas tensas relaciones entre Colombia y Estados Unidos, y cuando la guerrilla del ELN desató una crisis humanitaria en el Catatumbo, en la frontera colombo-venezolana. Petro, por su parte, le apostó al avance de sus reformas en el Congreso, y depositó dicha responsabilidad en la figura de Benedetti.

Aunque el exsenador había sido quien los había presentado, pues Sarabia inició su carrera como secretaria de Benedetti, y luego trabajaron juntos en la campaña de Petro, la relación llegó a tensarse a tal punto que a finales de abril ella presentó una denuncia ante la Fiscalía contra su antiguo jefe, a quien acusa de los delitos relacionados con violencia de género y enriquecimiento ilícito. Al presidente, en cambio, en su carta de renuncia le desea “un cierre de gobierno exitoso”. Y añade: “Siempre encontrará en mí una interlocutora abierta al diálogo”.

La respuesta del mandatario fue, en cambio, mucho más parca. Horas después de que se hiciera pública su renuncia, Petro destacó en un trino varias de sus habilidades, como el orden y la disciplina, y la describió como una “hormiguita organizadora”, con una “inteligencia que capta con rapidez” y una “mente rápida que se enriquece con mucho estudio”. También le envía un consejo: “Hay que poner el corazón en los más pobres, en lo justo, nunca dejarse conquistar por la codicia. La codicia es la enemiga de la revolución y de la vida. Espero que hoy Laura sea una mejor mujer de la que era cuando me conoció. Buen viento y buena mar”.