Alfredo Saade aterriza en el Gobierno como jefe de Gabinete de Gustavo Petro

Un nombre conocido y polémico entre los aliados del presidente Gustavo Petro ha vuelto a aparecer estrechamente asociado al primer Gobierno de izquierdas en la historia reciente de Colombia. El líder cristiano Alfredo Saade Vergel, quien participó en la consulta interna para escoger al candidato presidencial del Pacto Histórico y convocó a los pastores evangélicos en la campaña del 2022, será el próximo jefe de Gabinete presidencial. Su hoja de vida fue publicada a primera hora de este miércoles en la página de la Presidencia de la República, el paso previo para el nombramiento formal en un cargo que oficialmente no existe y cuyas funciones y poder real dependen de lo que le delegue Petro.

Abogado de la Universidad Libre con una especialización en Gerencia en Gobierno y Gestión Pública, de acuerdo con ese currículo, ha sido también un político camaleónico. Antes de aterrizar en la coalición progresista militó en partidos más conservadores como el Centro Democrático, fundado por el expresidente Álvaro Uribe, o Cambio Radical. Se hizo conocido como precandidato del Pacto Histórico a pesar de sus posturas contrarias al aborto y el matrimonio entre parejas del mismo sexo. Aunque todos sabían que el candidato sería Petro, Saade buscaba entonces un segundo puesto que lo catapultara como fórmula vicepresidencial, pero ese lugar fue ocupado por Francia Márquez, hoy distanciada del presidente, quien obtuvo 783.160 votos. Saade quedó quinto, el último lugar, con 21.660 apoyos. Desde entonces se suele autodenominar como un “cristiano progresista”.

El Gobierno de Petro anunció su nombramiento en 2023 como encargado de solucionar el problema de agua en La Guajira, pero la Corte Constitucional tumbó el decreto que creaba ese cargo y decretaba la emergencia económica y social en ese departamento desértico, uno de los más empobrecidos de Colombia. Saade, originario del departamento del Cesar vecino a La Guajira, También estuvo vinculado a la labor de Olmedo López en la Unidad Nacional de Gestión de Riesgo de Desastres (UNGRD), en la que estalló el entramado de corrupción que tiene a varios ministros y congresistas respondiendo ante la justicia. Además, se le atribuye influencia sobre la Dirección de Asuntos Religiosos del Ministerio del Interior.

El próximo jefe de Gabinete acumula un largo rosario de controversias. En una de las más recientes, durante uno de los cabildos populares convocados por el Gobierno en Barranquilla, el mes pasado, tomó la palabra para pedirle a Petro por enésima ocasión que cerrara el Congreso y buscara la relección –la cual no está permitida en Colombia–. El presidente negó, en el mismo evento, su interés en reelegirse en el cargo.

Su designación se produce en medio de una considerable tensión institucional, en una coyuntura en la que la oposición acusa al presidente de atentar contra la división de poderes. El propio Petro no disimula su dilatado desafío al Legislativo, e insiste en mantener abierta la posibilidad de convocar por decreto una consulta popular de dudosa legalidad a pesar de que ya fue rechazada por el Senado.

“Me comprometo contigo a que si me eliges presidente en el 2026 llamaré inmediatamente a una Constituyente”, asegura Saade en una reciente publicación en sus redes sociales, en las que ha cultivado fama de agitador. Aunque su nueva candidatura queda descartada con el nombramiento, pues lo inhabilita, tanto el presidente como su flamante ministro de Justicia, Eduardo Montealegre, también han insistido recientemente en la posibilidad de reformar la Constitución Política. “No me dejaré manosear por el Congreso de la República. Levántate Colombia”, remata Saade ese mensaje, con el latiguillo que ha hecho costumbre.

“Tengo la mejor opinión del pastor, no puedo entrar a hacer juicio sobre el fuero del presidente, me parece bien, es una persona cercana al presidente”, reaccionó a la noticia el ministro del Interior, Armando Benedetti, que viene de ser el jefe de Gabinete encargado. Fue justamente su llegada como lo que entonces se denominó jefe de Despacho, a comienzos de año, antes de asumir la cartera de la política, la que provocó un inédito remezón ministerial, que se saldó con numerosas renuncias de las figuras más a la izquierda del Gabinete.