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Petro retoma la ofensiva política tras el atentado a Miguel Uribe: “Reelijan el proyecto del cambio”

El presidente de Colombia firma un decreto para hacer su consulta popular pese a que decenas de juristas lo han señalado de ser inconstitucional

Consulta popular de Gustavo Petro
Camila Osorio

Ante una plaza pública en la ciudad de Cali, la tercera ciudad de Colombia y un bastión electoral de Gustavo Petro, cientos de ciudadanos gritaban este miércoles “reelección, reelección, reelección”. El jefe de Estado se dirigía a una multitud que se reunió en defensa de un polémico decreto en el que convoca a una consulta popular para una docena de preguntas de temas laborales y sanitarios, pese a que el Senado ya rechazó esa iniciativa. Petro reiteró allí que la reelección está prohibida, que él quiere hacer cosas como escribir y no quedarse en el Palacio “aristocrático y frío” de Nariño. Pero algo de reelección sí ha pedido: “Solo le pido al pueblo de Colombia, si llega a impedirse el que ahora se exprese [en la consulta], hágalo por la fuerza o no, reelijan no a una persona, reelijan el proyecto del cambio y de la vida en este país”.

El presidente retoma así la ofensiva política. Su iniciativa de consulta popular se ha entendido como una estrategia para hacer campaña de cara a las elecciones del 2026: desde que el Senado negó esa iniciativa en mayo, ha insistido en que puede convocarla por decreto, a pesar de que buena parte de los juristas del país digan que eso es inconstitucional.

“La consulta ha contado con el apoyo del mundo intelectual, político”, dijo el mandatario a sus seguidores. En realidad, ha ocurrido lo contrario en esos sectores. Incluso varias de las ONG más reconocidas en el país, algunas de ellas muy asociadas a la izquierda, publicaron horas antes una carta en la que le piden no seguir adelante con su iniciativa. Entre ellas están Dejusticia, CINEP, Pares, la Comisión Colombiana de Juristas y Temblores.

Asistentes a la Gran Concentración por la Paz y la Democracia en Cali.

Ante la posibilidad de que sus ministros enfrenten un problema judicial por haber firmado el decreto, el jefe de Estado responde que solo ha pedido “que el pueblo se exprese”. La consulta, dice Petro, “es imperativa, una necesidad categórica de la sociedad colombiana”.

Aunque tras el atentado del sábado pasado contra el precandidato opositor Miguel Uribe Turbay, Petro frenó la inminente presentación del decreto, que tenía agendada, la pausa solo duró cuatro días. Su convocatoria a una consulta popular sigue, a pesar de que varios partidos que no han sido de oposición, y políticos reconocidos como el alcalde de Bogotá, le han pedido al mandatario controlar la retórica incendiaria de su discurso. Petro ha dicho que lo acepta, pero que no frena su proyecto. “Bajar el tono no significa no decir verdades, no significa callarse, no significa arrodillarse”, ha aclarado. Es decir, no significa renunciar a la consulta popular.

Este miércoles, el presidente no solo ha firmado el decreto, sino que lo ha defendido desde la plaza pública y en televisión nacional. Ha mostrado, además, que mantiene su base electoral: ha movilizado a cientos de personas de sindicatos, grupos indígenas, campesinos o estudiantiles en un día en el que la capital del Pacífico colombiano estaba congelada por los atentados ocurridos el día anterior. Incluso le dio el micrófono a varios de ellos a su lado, en la tarima, mientras llegaba la hora de la transmisión obligatoria de sus palabras por todos los canales.

El presidente se mostró especialmente desafiante porque, en paralelo, el Senado estaba a punto de votar su reforma laboral, la que el Legislativo hundió en marzo pero revivió en mayo. Lo hizo tras ver la popularidad de las iniciativas para mejorar los derechos laborales, y también como una forma de quitarle fuerza a la consulta, que negó el mismo día. El ajedrez político enfureció a Petro, quien ha denunciado un supuesto fraude en la votación que hundió la consulta, y por eso insiste en el decreto. Una paradoja, pues la reforma ahora puede ser aprobada directamente por el legislativo.

En Cali, el presidente argumentó que esa reforma resucitada no es igual a la suya, porque dice que el recargo nocturno arranca las 7 de la noche, y no a 6 como propuso; porque no trata a los aprendices del instituto SENA como empleados; porque permite lo que llama “el trabajo por horas”.

Aunque esta vez no insultó a los senadores de “HP esclavistas”, como en el pasado, sí dijo que “se dedicaron a impedir las leyes que necesita el pueblo”. Además de la laboral, recuerda que hundió su reforma a la salud. Y, aunque ha aprobado la reforma pensional, ve un bloqueo total entre el Ejecutivo y el Legislativo. “Entonces debe decidir el pueblo”, concluye.

Una simpatizante del Gobierno de Gustavo Petro, en Cali.

El presidente ha señalado que la Cámara de Representantes aprobó la reforma laboral con una visión que él sí comparte. Como las dos cámaras tienen que conciliar las dos versiones, el último paso para que haya una ley, Petro pidió ayuda al presidente de la Cámara para que imponga su versión en esa conciliación. “Le pido que no dé un paso atrás”, dijo en referencia a su aliado, Jaime Raúl Salamanca, del partido Alianza Verde. Afirma que demanda “una reforma laboral progresista, digna del pueblo trabajador de Colombia. Si esa ley no sale así, la consulta popular sigue”.

¿Y si la Corte Constitucional u otro tribunal tumba el decreto? “Supongamos que hunden todo”, dijo el presidente hacia el final de su hora de discurso. “Entonces lo que sigue son ocho millones de firmas [para convocarla por la vía popular]. Un trabajo intenso, difícil, pero el pueblo ya decidió decidir, y no se va a echar para atrás, y todos los instrumentos que existen en Colombia, incluida la Asamblea Nacional Constituyente, se utilizarán”.

Justamente, un miedo de parte de la opinión pública, además de la reelección, es que Petro llame a dicha asamblea. Por ahora no hace ni lo uno ni lo otro, pero el presidente demuestra que no es tiempo de renunciar a sus proyectos y, contra viento y marea, va a seguir defendiendo su decreto y su consulta popular.

De Miguel Uribe Turbay a Marco Rubio

Aunque la mayoría del discurso se centró en el decreto a la consulta popular, el presidente pidió un minuto de silencio entre la multitud en Cali en solidaridad con el senador Miguel Uribe Turbay, quien sigue en estado crítico en una clínica en Bogotá. Luego, hacia el final del discurso, le pidió a la Fiscal General que permita una "Comisión de Investigación Judicial Independiente de las Naciones Unidas", para que ayude en la investigación del atentado contra el senador y contra "todos los líderes políticos y sociales que han sido asesinados en la historia de Colombia". 

Petro insistió que también ha habido un plan contra él, e involucró al secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, en esa conspiración. "Dice un presidente vecino que el señor Marco Rubio está organizando un golpe de Estado contra mi", dijo el presidente. "Yo también tengo informaciones, y sé que cierta persona líder de la extrema derecha ha estado hablando con el secretario de Estado. Y también sé que hay una grabación por allí, que le puse escuchar a la Fiscal General de la Nación, en donde cierto dirigente de la extrema derecha de Colombia, que no es [Álvaro] Uribe, ojo, está aliado con el narcotráfico buscando que gentes, y fuerzas en Colombia, gremiales, y en Estados Unidos de la extrema derecha, produzcan un golpe de Estado en Colombia". 

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Sobre la firma

Camila Osorio
Corresponsal de cultura en EL PAÍS América y escribe desde Bogotá. Ha trabajado en el diario 'La Silla Vacía' (Bogotá) y la revista 'The New Yorker', y ha sido freelancer en Colombia, Sudáfrica y Estados Unidos.
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