Hambruna en Gaza: “Mis hijos ven vídeos en internet de pollos asados y hamburguesas, pero se lo prohíbo porque solo les hace daño”
Los palestinos de la principal ciudad de la Franja, famélicos y amenazados con un nuevo desplazamiento, acusan a Israel, que refuta los datos de la ONU, de manipular al mundo con su “propaganda”

Pan y humus para desayunar y para cenar. Desde hace días. “Y eso si hay suerte, porque ha habido noches en las que no había nada de nada”, afirma Islam Umm Amar, madre de familia gazatí que tiene tres hijos de menos de seis años, la última nacida a finales de 2023, cuando la guerra acababa de comenzar.
“Los informes pueden decidir que la hambruna es oficial desde hoy, pero la ONU llega tarde, porque hace meses que castiga a Ciudad de Gaza”, dice por teléfono a este periódico, amargamente, desde el casco viejo de la localidad. “Llevo mucho tiempo viendo a mis hijos desmayarse ante mis ojos por lo débiles que están. Todos hemos perdido mucho peso. No sé por qué Israel se venga de nosotros de esta manera”, agrega Umm Amar, de 32 años.
Un informe de la ONU publicado el viernes concluyó que la hambruna, “totalmente provocada por el hombre”, castiga ya a 500.000 personas en Ciudad de Gaza, tres localidades vecinas y varios campos de refugiados. Agrega que las mismas “condiciones catastróficas” se expandirán al sur, a Deir al Balah y Jan Yunis, a fines de septiembre, si nada cambia. Además, alerta de que no se ha podido evaluar la situación de hambruna en el norte de la Franja, “donde la situación es igual o peor que la de Ciudad de Gaza”.
“Mis dos hijos pequeños nunca han comido fruta, carne fresca o han probado un dulce. No creo que nadie fuera de Gaza pueda imaginar qué significa esto ni cómo estamos viviendo”, lamenta Umm Amar.

Es imposible producir o cultivar prácticamente nada en una Franja devastada y castigada por los bombardeos y los desplazamientos masivos, donde sus dos millones de habitantes se hacinan en una pequeña parte de este minúsculo territorio de 365 kilómetros cuadrados. Su población depende más que nunca de la ayuda humanitaria que entra a cuentagotas. Según el Programa Mundial de Alimentos, el PMA, el territorio necesitaría en este momento más de 62.000 toneladas de ayuda vital por mes.
Mis dos hijos pequeños nunca han comido fruta, carne fresca o han probado un dulce. No creo que nadie fuera de Gaza pueda imaginar qué significa esto ni cómo estamos viviendoIslam Umm Amar, madre gazatí
En el barrio Al Rimal de Ciudad de Gaza, Dima al Batsh servirá de nuevo a sus dos hijos adolescentes sopa de lentejas aguada. En una mochila guardan algunas latas de atún y de carne para emergencias o para una huida que temen llegará en los próximos días, ya que el ejército israelí se dispone a iniciar el plan de evacuación y control total de la ciudad que implicará, si se concreta, el éxodo de casi un millón de personas.
“Mis hijos me suplican que vayamos a comprar algo rico de comer. Ven vídeos en internet de pollos asados y hamburguesas, pero se lo prohíbo porque solo les hace daño”, cuenta a este periódico esta funcionaria, que perdió su trabajo cuando comenzaron los bombardeos israelíes, en octubre de 2023, tras los ataques del movimiento islamista Hamás.
“Y todo puede ser peor. Veo a gente a mi alrededor que está prácticamente muriéndose de hambre. Los niños lloran porque no comen y los padres están desesperados porque no hay nada que puedan darles. Esa es la realidad. Todo lo demás es propaganda israelí“, afirma.
“Ha tardado en llegar”
Samir Zaqut, uno de los responsables de la ONG palestina Al Mezan, también considera que la hambruna es un hecho en Gaza hace semanas o meses. “El informe se queda corto y ha tardado en llegar. Cuando vives aquí, hablas con la gente, entras en las casas y en las tiendas de campaña, ves que lleva meses ocurriendo”, acusa. “Los israelíes hacen propaganda diciendo que la comida entra en Gaza y nadie pasa hambre, para que nada cambie y nadie reaccione”, agrega.
Coincidiendo con la publicación del informe sobre la hambruna en la Franja, la ONG Médicos Sin Fronteras (MSF) ha publicado algunos datos de su clínica en Ciudad de Gaza, en la que han admitido desde finales de mayo a un total de 5.570 pacientes por problemas de desnutrición. “A finales de mayo, solo uno de cada siete eran casos severos y el resto eran moderados. A principios de agosto, uno de cada cuatro casos ya eran casos de desnutrición aguda”, resumieron, estimando que la cifra global de pacientes se ha multiplicado por cinco desde mayo.

Según Zaqut, a la falta de alimentos, se une la calidad de los que consume la gente en Gaza. “No hay comida fresca, solo productos enlatados y de mala calidad. Esto está destrozando nuestra salud, sobre todo la de los más débiles, como ancianos, enfermos crónicos, bebés o mujeres embarazadas”, lamenta.
“Hoy por ejemplo fui al mercado y había algunos tomates. Un kilo costaba más de 80 séqueles (20 euros). ¿Quién puede pagar eso?“, se pregunta. Zaqut considera que en este momento el 80% de las personas en Franja son extremadamente pobres y se ven manipuladas por pequeñas mafias para intentar robar los escasos camiones de ayuda humanitaria de la ONU que Israel permite entrar en Gaza.
“También hay grupos de gente armada que esperan los paracaídas que son lanzados con comida. Eso hace que gente como yo no acuda a esos lugares por miedo y el hambre se extienda más y más”, afirma.
Zaqut acusa a Israel de “favorecer y fomentar” esta situación. Por no permitir la entrada de más camiones, por no autorizar a las agencias de la ONU a velar por su seguridad y por una repartición correcta y por vender la idea de que en la Franja, la gente no pasa hambre gracias a Fundación Humanitaria (GHF, por sus siglas en inglés),que reparte alimentos en varios puntos del sur del territorio.
Según la ONU, desde finales de mayo hasta mediados de agosto, al menos 1.857 palestinos han muerto mientras intentaban obtener alimentos, 1.021 de ellos en las inmediaciones de la GHF. Por esta razón, el informe de la ONU señala que las distribuciones de alimentos realizadas por esta fundación “no cumplen los criterios para ser clasificadas como ayuda humanitaria”, aunque sí han sido contabilizadas en sus cálculos.

El diámetro del brazo de un niño
Para Tirza Leibowitz, de la ONG israelí Médicos por los derechos humanos (PHRI), que publicó el mes pasado un informe sobre la destrucción del sistema sanitario gazatí que concluía que lo que está ocurriendo en la Franja es un genocidio, la hambruna era “previsible” y es el resultado de “semillas de destrucción que se han sembrado y regado seguirán cobrando vidas durante años”. “Lo que vemos ahora es la conjunción de la destrucción de la atención médica, la hambruna, el resurgimiento de enfermedades y el colapso de la capacidad de tratamiento”, estimó.
El informe se queda corto y ha tardado en llegar. Cuando vives aquí, hablas con la gente, entras en las casas y en las tiendas de campaña, ves que lleva meses ocurriendoSamir Zaqut, ONG Al Mezan
Israel consideró que este informe sobre la hambruna en Gaza había sido “fabricado a medida para plegarse a las mentiras de Hamás” y acusó a la institución de haber reducido sus parámetros para poder declarar la hambruna. Los autores del texto han refutado estas incriminaciones y han dado la explicación técnica correspondiente.
La Clasificación Integrada de las Fases (CIF, en español, IPC, en inglés), el índice mundialmente reconocido y elaborado de manera independiente por expertos, a instancias de la ONU y otras organizaciones internacionales, elabora este informe y establece cinco fases en la medición de la seguridad alimentaria. Para que oficialmente se considere que la hambruna, la etapa más grave, está castigando a una población hay tres criterios que deben confirmarse: que uno de cada cinco hogares sufra escasez extrema de alimentos, que un 30% de los niños esté gravemente desnutrido y que al menos dos de cada 10.000 personas (o al menos cuatro de cada 10.000 niños menores de cinco años) fallezcan diariamente como resultado de la inanición absoluta o de la interacción de la desnutrición y la enfermedad.
En Gaza en este momento no se puede pesar y medir a los niños para estimar si un 30% está por debajo del percentil considerado peligroso para su salud. Por ello se usa el diámetro de los brazos, un método usado en varios lugares desde hace más de una década y que permite declarar la hambruna cuando el 15% de los niños está por debajo de una determinada medida.
El informe de este grupo de expertos alerta de que “la desnutrición amenazará la vida de 132.000 niños menores de cinco años” en Gaza hasta junio del próximo año.
“El informe se basa en fuentes parciales y poco fiables, muchas de ellas afiliadas a Hamás, e ignora descaradamente los hechos y los amplios esfuerzos humanitarios liderados por el Estado de Israel y sus socios internacionales”, insistió en la red social X el general Ghassan Alian, responsable del COGAT, el organismo israelí encargado, entre otros, de autorizar la entrada de ayuda en Gaza.
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