Ir al contenido
_
_
_
_

Convocar una huelga y acudir a trabajar: la estrategia del personal del Hospital La Paz para conseguir refuerzos

El paro simbólico, que tendrá lugar el 26 de agosto, obliga a establecer unos servicios mínimos para atender a los pacientes

Una enfermera camina alrededor del Hospital La Paz, el 4 de agosto de 2025.
Sara Castro

El personal del Hospital La Paz irá a trabajar el próximo 26 de agosto, pese a haber convocado una huelga para ese día. Esta situación atípica esconde, en realidad, una estrategia para recibir refuerzos porque ante un paro la dirección del centro está obligada a activar un protocolo de servicios mínimos. Esto es lo que buscan los trabajadores del hospital, más compañeros para aliviar su saturación. Aseguran que se han cerrado 397 camas en lo que va de agosto y que los contratos de verano solo cubren al 21% del personal que se va de vacaciones.

“Hay plantas que muchos días funcionan por debajo de los servicios mínimos. En Hematología, por ejemplo, tiene que haber cinco enfermeras y el lunes eran tres. En Neonatos deben ser 16, pero hay días que son 14. Llevamos registradas 605 incidencias de este tipo desde noviembre”, explica Guillén del Barrio, enfermero y miembro del sindicato Trabajadores en Red, la entidad que convoca este particular paro.

Cuando hay huelga venimos más compañeros a trabajar que un día normal”, asegura el hombre. Esto se debe a que no todo el personal de un hospital puede ausentarse por una protesta. El derecho a paro, aunque reconocido, tiene limitaciones, especialmente en servicios esenciales como los relacionados con la salud. Por ello, la Consejería de Sanidad informó este miércoles al comité de huelga de que el hospital deberá establecer el 26 de agosto unos servicios mínimos, aunque fue poco concreta a la hora de estipularlos. Indicó que el personal que acudirá a trabajar de forma obligada el próximo martes no superará al 35% de toda la plantilla del hospital.

“Es un porcentaje de trabajadores superior al que hay muchos días”, según del Barrio. Y a esta tasa se sumarán todos los demás que secundan la huelga, pero que irán a trabajar de forma voluntaria. De esta manera, si se cumplen las directrices de la Consejería de Sanidad, se espera más personal del habitual atendiendo a los pacientes el 26 de agosto.

Esta huelga es un recurso para poner a la gerencia del hospital contra las cuerdas. “Pueden pasar dos cosas: que nos demuestre que sí hay personal disponible para trabajar y sacar adelante una jornada laboral en condiciones dignas, o que no sea capaz de reclutar los trabajadores suficientes para que el servicio funcione, lo que sería gravísimo y nos llevaría a estudiar acciones legales”, explica del Barrio.

Él y sus compañeros están a la espera de que la administración del hospital les especifique cuál va a ser el porcentaje exacto de personal disponible el 26 de agosto y cómo se va a distribuir por las diferentes plantas. “Es cuestión suya ver cómo van a conseguir los recursos humanos”, insiste. La gerencia del centro no puede contratar a más personas para cubrir una huelga porque es esquirolaje, pero sí puede cubrir las vacantes del personal que está de baja médica. Guillén asegura que no siempre se ocupan estos puestos.

Los trabajadores que secundan la huelga trabajarán todo el día con normalidad, solo realizarán un breve receso a las 12.00 para participar en una simbólica concentración en la plaza del hospital. Reclaman más personal, estabilidad en las planillas y respeto a sus días de libre disposición para velar por un bienestar laboral y personal, que en muchas ocasiones se ve afectado.

Es el caso de Inés Martínez, enfermera de 29 años en la unidad de traumatología del Hospital La Paz. Lleva de baja por ansiedad desde mediados de enero. “Tuve que parar, mi cuerpo no pudo más ni física ni mentalmente. De cinco compañeras que teníamos que estar trabajando, llegamos a ser tres. Pasamos de tener ocho pacientes a 16. Salía llorando del hospital por la presión”, narra. Se indigna al recordar que la dirección de enfermería le decía que no había más profesionales a las que contratar. “Claro que hay, lo que se necesitan son mejores condiciones laborales”, reprocha.

Fernando Herrero, celador de 57 años en el Hospital La Paz, la entiende. También tuvo que estar de baja cinco meses al lesionarse en la espalda. “Tenía a una mujer que se desangraba y estaba yo solo, salí corriendo con ella y me hice daño”, recuerda. Cuenta que el hospital tardó 21 días en cubrir su baja. Ahora ya se ha reincorporado al trabajo y comenta que los fines de semana han reducido personal para ahorrar gasto. “Cuando hay un repunte de partos, vamos desbordados”, comenta.

Su mujer, que es auxiliar de enfermería en La Paz, sufre más que él. “Su equipo está siempre bajo mínimos, superan la ratio de pacientes por trabajador. En el turno de tarde se queda sola con una enfermera”, dice Herrero. Del Barrio asegura que hay 1.600 personas aguardando para ser operadas y más de 2.000 que esperan ser atendidas por un fisioterapeuta. “Mientras, al conjunto de la plantilla nos deben 8.600 días libres”, añade.

El Hospital La Paz y la Comunidad de Madrid ante las críticas sobre la situación en las urgencias por parte del sindicato, refieren que esta entidad tiene “escasa representatividad” en el centro y aseguran “el derecho de los trabajadores sanitarios y no sanitarios al disfrute de sus vacaciones estivales, sin que ello suponga una merma en la calidad asistencial que reciben los ciudadanos”. Mientras tanto, añaden que el Ministerio de Sanidad sigue “en la inacción más absoluta para poner soluciones al grave problema de déficit de profesionales sanitarios que existe en todo el Sistema Nacional de Salud”.

La planificación del personal, el plan de ordenación de recursos humanos y los pactos que rigen las condiciones de los hospitales madrileños son de competencia autonómica. Fuentes del Ministerio de Sanidad recuerdan que el equipo de la ministra Mónica García lleva cinco años consecutivos batiendo el récord de oferta de plazas MIR, “habiendo superado en 2025 las 11.600 ofertadas y habiendo lanzado una nueva convocatoria para 2026 con 12.300 plazas”. Desde 2018, el número de estas vacantes ha aumentado un 54%.

“El problema surge cuando las plazas no se cubren por las precarias condiciones laborales que ofrece la Comunidad de Madrid, que sistemáticamente está en la cola a la hora de atraer y fidelizar a sus profesionales en muchas especialidades clave. No está bien que el Partido Popular acostumbre a echar balones fuera cuando la responsabilidad directa recae en la gestión autonómica”, expresan.

En el mes de junio, el Sindicato de Enfermería de Madrid ya denunció la inhabilitación de casi el 30% de las camas de los hospitales del Servicio Madrileño de Salud. Estimaban que quedarían sin utilidad unas 1.539 en agosto entre ocho hospitales: el Ramón y Cajal, el Príncipe de Asturias, el de Getafe, el Niño Jesús, el del Henares, el Clínico San Carlos y La Paz.

Desde el sindicato Trabajadores en Red denuncian, además, que los trabajadores no pueden conciliar porque en algunas unidades del Hospital La Paz se incumple la publicación de los cuadrantes de los turnos con tres meses de antelación. Aseguran que el personal del hospital no siempre tiene derecho a pedir los permisos laborales que le corresponden. “Alegan necesidades del servicio debidamente motivadas”, cuenta del Barrio.

La huelga se ha convocado por un cauce poco habitual, pero válido: a través de una asamblea, método que recoge el Real Decreto 17/1977 en su artículo 3. Fue el pasado 14 de agosto cuando 39 trabajadores votaron la viabilidad del paro. El 97,4% se posicionó a favor de una huelga atípica en la que nadie faltará a su puesto de trabajo.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Sara Castro
Escribe en la sección de Madrid tras pasar por la de Sociedad. Antes formó parte de la redacción de elDiario.es y la web de Informativos Telecinco. Cursó el máster de Periodismo UAM – EL PAÍS.
Rellena tu nombre y apellido para comentarcompletar datos

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_