Madrid, la única gran capital que cierra sus parques con calor extremo
Barcelona, Sevilla o Bilbao mantienen accesibles sus zonas verdes y los adaptan como oasis climáticos

Madrid encadena trece días de ola de calor con máximas próximas a cuarenta grados, lo que empuja a miles de vecinos a buscar refugios climáticos que hagan más soportables las jornadas. Uno de los destinos predilectos son las zonas verdes o rurales, donde la temperatura puede ser hasta quince grados más baja que en las calles asfaltadas, según el Centro Común de Investigación de la Comisión Europea. Este efecto se debe a la isla de calor urbana: las superficies construidas absorben y retienen más calor, elevando las temperaturas.
“En lo que va de 2025, los parques históricos de gestión municipal han cerrado veintinueve días, la mayoría en verano”, asegura Félix Sánchez desde la Asociación Vecinal Retiro Norte. El Retiro, por ejemplo, reduce la temperatura del aire entre cero coma nueve y uno coma seis grados en su entorno inmediato, según un estudio de la Universidad Politécnica. Madrid es la única gran ciudad española que cierra de manera sistemática sus zonas verdes en episodios de altas temperaturas. Barcelona, Sevilla o Bilbao las mantienen abiertas y refuerzan su papel como oasis urbanos. Solo Murcia aplica cierres similares, pero de forma puntual y con umbrales más extremos. La diferencia radica en la filosofía: en Madrid prima la prevención del riesgo por caída de ramas; en el resto, garantizar sombra y acceso al verde urbano en los días más duros del verano. Del uno de junio al uno de agosto de 2025, se registraron en España setecientas noventa y una muertes relacionadas con el calor; este año, en el mismo periodo, son mil cuatrocientas setenta y dos, según el Instituto de Salud Carlos III.
El protocolo madrileño, vigente desde 2019 y endurecido tras accidentes mortales en 2014 y 2018, establece un “semáforo climático” para nueve parques históricos —entre ellos El Retiro, El Capricho, la Casa de Campo o los Jardines de Sabatini—. El cierre total se activa en nivel rojo, cuando hay alerta roja, lo que provoca más clausuras que en otras estaciones. “En 25 años ha habido tres muertes por caída de ramas, pero por esa estadística se cierran todos los parques municipales. Este mes hubo dos accidentes mortales en Doctor Esquerdo y a nadie se le ocurre cerrar la calle”, ironiza.
📢Este miércoles 13 de agosto #Madrid supera el valor recomendado de partículas en suspensión
— Ayuntamiento Madrid (@MADRID) August 13, 2025
✅Se recomienda no realizar ejercicio intenso al aire libre
✅Limitar estancias prolongadas en exterioreshttps://t.co/feD3ijRin4
En el barrio de Ibiza, el cierre implica perder acceso a la biblioteca Eugenio Trías —con aire acondicionado—, pistas deportivas, parques infantiles y rutas de paso que evitan rodeos de hasta veinticinco minutos por aceras estrechas. “En nuestro distrito no hay piscina de verano; el Retiro es nuestro refugio climático”, lamentan desde la asociación. Los vecinos han iniciado una petición en la plataforma Decide Madrid para revisar el protocolo: acumula más de mil doscientas firmas, pero se necesitan veintiocho mil para que el pleno municipal la debata.
El responsable de Medio Ambiente de la Federación Regional de Asociaciones Vecinales de Madrid e integrante de la Mesa del Árbol, Quique Villalobos, responsable, explica que en la última reunión de este órgano presentaron una propuesta de modificación del protocolo municipal. “Planteamos crear un nivel cero de alerta, reservado a vientos huracanados, siguiendo el Plan Nacional de Protección Civil, y que en el actual nivel de cierre solo se clausuren las zonas arboladas, no todo el parque”, señala. Critica que el Ayuntamiento no facilite datos completos sobre los episodios de caída de ramas, lo que impide un análisis riguroso, y que aplique el mismo criterio a espacios con arbolado joven, como el Juan Carlos I, que a históricos como el Retiro. “En Barcelona o Sevilla no cierran los parques por calor, sino que informan al visitante y refuerzan el riego y la sombra. Aquí se opta por la vía fácil: cerrar y ya está. Eso deja a la gente sin refugio climático cuando más lo necesita”, concluye.
Están desalojando el Retiro a pesar de que la prevision eran aviso naranja .Con hoy son 29 días en 2025 en que Almeida cierra el Retiro
— A.V. Retiro Norte (@AVRetiroNorte) August 13, 2025
Podemos evitarlo firmando esta propuesta https://t.co/MBYL5eNoLV pic.twitter.com/Nm9OtbUcjD
Murcia solo ordena cierres de parques y jardines cuando la temperatura máxima supera los cuarenta y cuatro grados, el viento alcanza los ciento treinta kilómetros por hora o se producen lluvias torrenciales. La medida afecta sobre todo a zonas con grandes ficus, como el Jardín de Floridablanca. Fuera de esos casos, permanecen abiertos y se refuerzan con puntos de agua, riego y vigilancia.
El biólogo Luis Alberto Díaz, de la Universidad de Málaga, sostiene que “cerrar parques y jardines en plena ola de calor no es buena idea, porque en realidad un parque es un refugio climático”. Afirma que la masa arbórea puede reducir la temperatura en hasta veinte grados respecto a zonas pavimentadas y recuerda que “hay más muertes por golpes de calor que por caída de ramas”.
En Barcelona, el cierre por calor no figura en el Documento Único de Protección Civil Municipal. Los parques solo se clausuran por vientos fuertes y, en olas de calor, se integran en una red de doscientos cuarenta y cuatro refugios climáticos —setenta y uno de ellos jardines—, activos del uno de junio al siete de septiembre. La estrategia incluye toldos, pavimentos claros, fuentes y zonas de sombra que reducen la temperatura ambiente hasta cuatro grados, con el objetivo de que ningún vecino esté a más de diez minutos a pie de un espacio fresco. Según el Observatorio Metropolitano del Cambio Climático, dirigido por el geógrafo Javier Martín Vide, en más del noventa por ciento de las noches estudiadas la temperatura en el centro de la ciudad supera en más de siete grados y medio a la de la periferia, y los parques urbanos refrescan más de dos grados hasta cien metros a su alrededor.
Sevilla, pese a registrar algunas de las temperaturas más altas de Europa, tampoco cierra sus parques por calor. Su protocolo aconseja limitar la actividad física en las horas centrales, aumentar el riego y habilitar puntos de agua, pero sin restringir el acceso. “Este lunes hace cuarenta y dos grados al sol y hemos podido ir al parque de María Luisa a refugiarnos un poco del calor. Esto es mejor que pasar la tarde en un centro comercial”, comenta un transeúnte. En Valencia, los cierres se reservan para episodios de viento, tormentas o lluvias, y en olas de calor se mantiene el acceso, reforzando el papel de los parques como zonas de sombra y refrigerio natural.
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