António Guterres alerta en la conferencia de Sevilla: “La financiación es el motor del desarrollo y ese motor se está ahogando”
Los cerca de 60 mandatarios reunidos en el foro de la ONU celebrado en la capital andaluza negocian 130 iniciativas para desarrollar el compromiso rubricado este lunes
La realidad sombría del desorden mundial actual obligó este lunes a algunos de los mandatarios reunidos en Sevilla para la cumbre de desarrollo de la ONU a aparcar el lenguaje burocrático. “La financiación es el motor del desarrollo y ese motor se está ahogando”, arrancó por la mañana el secretario general de la ONU, António Guterres, en el recinto ferial de la capital andaluza. Y lanzó una amenaza velada: “Tenemos un mensaje claro para el poder: es mejor para ellos vivir las reformas del sistema ahora que esperar y sufrir en algún momento las resistencias luego, cuando las relaciones de poder cambien”.
Guterres pidió a los Gobiernos que no recorten su ayuda para dedicarla a gasto militar, en pleno rearme global. La exigencia estadounidense a los miembros de la OTAN de dedicar el 5% de su PIB a sus ejércitos ha provocado recortes sustanciales de ayuda al desarrollo, como en el Reino Unido. El ministro de Exteriores español, José María Albares, confirmó la noche del domingo a este diario que España no seguirá esa senda.
“Yo pienso que lo que es natural es que si un país considera que tiene que incrementar gastos de defensa debe utilizar sus recursos propios para eso y no financiar el incremento del gasto de defensa con la reducción de la ayuda humanitaria a los pueblos más desprotegidos del mundo”, añadió Guterres.
Pedro Sánchez, presidente del Gobierno español, anfitrión de la cumbre, lanzó un mensaje similar al de Guterres, que enlaza con la idea de por qué vía financiar la seguridad. El mandatario pidió superar la “miopía del presente” al recordar que la estabilidad global se juega también en el Sur Global.
“Tenemos un mensaje claro para el poder: es mejor para ellos vivir las reformas del sistema ahora que esperar y sufrir en algún momento las resistencias luego, cuando las relaciones de poder cambien”António Guterres, secretario general de la ONU
El agujero financiador suma cuatro billones de dólares al año, según la ONU. Es lo necesario, estiman, para cumplir en 2030 con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Pero no se trata solo de dinero, como se escucha repetidamente en Sevilla. La conferencia trata de introducir reformas tangibles en un statu quo, que, sin embargo, se resiste al cambio.
Para evitarlo, además del texto final que este lunes se aprobó por consenso, esta conferencia cuenta con una novedad, la llamada Plataforma para la Acción de Sevilla, que lanzaron Sánchez y Guterres, en la que gobiernos, organizaciones privadas y sector privado presentarán iniciativas concretas para avanzar en la financiación al desarrollo. El rey Felipe VI, que inauguró oficialmente la conferencia por la mañana, pidió que de la reunión salga “una nueva hoja de ruta basada en lo concreto, en lo tangible y en lo realizable”.
Medidas concretas
Programas de canjes de deuda, la creación de foros de prestatarios, moratoria de deuda en casos de catástrofe, una fiscalidad internacional que garantice tributaciones justas de grandes fortunas o una tasa específica a los billetes de clase ejecutiva y a los jets privados son algunas de las 130 iniciativas que anunció Sánchez que habían recibido.
Sánchez se sumó a la radiografía desalentadora del estado del mundo en la que coinciden los líderes aquí reunidos. “Asistimos a barreras comerciales crecientes, una desigualdad en aumento, presupuestos de cooperación menguantes y con el multilateralismo amenazado”. A pesar de ello, el presidente español pidió actuar para revertir una ecuación que no es irremediable. “Los recursos existen. Falta la voluntad y el coraje, pero hay que actuar ya”, consideró Sánchez, quien realizó una serie de anuncios, con los que el Gobierno español quiere demostrar que pasa a la acción. Una de ellos, por ejemplo, es la apertura en Madrid de la Casa de Naciones Unidas, destinada a albergar oficinas de varias agencias de la ONU. “Ante el debilitamiento del multilateralismo, en España nos vamos a dedicar a defenderlo”, aseguró Sánchez. Frente a los recortes de ayuda de países como EE UU, Reino Unido, Alemania o Francia, Sánchez reiteró el compromiso español de llegar al 0,7% como marca la ley de cooperación aprobada en 2023 y un aumento de 130 millones de euros para GAVI, la alianza mundial para las vacunas. Y anunció que España aportará 145 millones de euros al Fondo Mundial, que lucha contra el sida, la tuberculosis y la malaria para el periodo 2027-2029, monto que representa un aumento con respecto a su anterior contribución.
“Hoy, el desarrollo y su gran impulsor, la cooperación internacional, se enfrentan a fortísimos vientos en contra. Vivimos en un mundo donde la confianza se está desmoronando y el multilateralismo está bajo tensión”, alertó Guterres, para resaltar la importancia de esta cumbre. “Es la mayor reunión internacional jamás organizada en nuestro país (...) y un hito en las crónicas del multilateralismo”, añadió Sánchez.
El presidente de Cabo Verde, José Maria Neves, insistió en la idea de que el compromiso de Sevilla será positivo si se ve apoyado por compromisos firmes, medibles y financiados de manera conveniente. “Nuestro momento es crítico. Los cuatro billones de dólares anuales que nos faltan no son una cifra, son una señal de alarma mundial y el reflejo de las asimetrías que castigan a los países en desarrollo.”
La necesidad de acción es aún más acuciante tras la decisión de Estados Unidos, el mayor donante del mundo, de desmantelar USAID, su agencia de cooperación. Estos recortes, según diversos estudios, provocarán millones de muertos, principalmente en el Sur Global. Washington es además el gran ausente de esta cumbre, de la que se apartó durante las negociaciones.
Contra otra de las decisiones de Donald Trump, la imposición de aranceles al comercio cargó el presidente francés, Emmanuel Macron, quien consideró la guerra comercial “una forma de chantaje”, que torpedea el desarrollo de los países.
Filipe Nyussi, el presidente de Mozambique reclamó “una arquitectura financiera internacional más incluyente”. Esa reforma de la que se habla hace años se ha vuelto ahora urgente ante la descomunal crisis de deuda que atraviesa el Sur Global. La pandemia, la guerra de Ucrania, la subida de los tipos de interés y más recientemente las barreras comerciales y el recorte de ayuda estrangulan a unos 60 países en los que pagan más en concepto de deuda que en educación o salud. “Hace falta un cambio de paradigma”, zanjó el presidente de Colombia, Gustavo Petro.
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