José Manuel Albares: “El multilateralismo está siendo cuestionado, pero eso no quiere decir que nos tengamos que rendir”
El ministro de Exteriores español cree que la cooperación de la comunidad internacional en la cumbre de financiación al desarrollo de la ONU es más necesaria que nunca pese a la ausencia de EE UU


Decenas de jefes de Estado y de Gobierno han desembarcado estos días en Sevilla, convertida en ciudad-fortaleza para la IV Conferencia de Financiación para el Desarrollo de Naciones Unidas. La cita aspira a hacer el mundo habitable para los millones de personas que en el Sur Global viven en países asfixiados por las crisis encadenadas de la covid, la guerra de Ucrania, la subida de tipos de interés, la emergencia climática y ahora los recortes de la ayuda exterior.
Para el ministro de Exteriores español, José Manuel Albares, (Madrid, 53 años), esta cumbre supone un triunfo del multilateralismo. De que, a pesar del desorden mundial vigente, o tal vez precisamente por eso, la comunidad internacional sigue queriendo cooperar y solucionar los problemas globales de forma conjunta. “El multilateralismo está siendo cuestionado, pero eso no quiere decir que nos tengamos que rendir”, afirma Albares, en alusión a los recortes de ayuda de Estados Unidos, el mayor donante del mundo y el gran ausente en esta cita, que también se ha desmarcado del texto final de la cumbre.
Pregunta. El mundo está en llamas y se impone la ley del más fuerte. ¿Tiene sentido hablar de financiación al desarrollo en Sevilla cuando países como EE UU, Rusia o China imponen un sistema transaccional, que gana adeptos también en el Sur Global?
Respuesta. Tiene más sentido que nunca, porque este es el momento de defender, por un lado, el multilateralismo y, por otro, la cooperación al desarrollo. Ni el Estado más poderoso del mundo puede resolver los grandes problemas existenciales del planeta por sí solo. Solo puede haber una solución conjunta, multilateral, cooperativa. La lucha contra el cambio climático, contra las pandemias, la gestión de los flujos migratorios… La financiación del desarrollo, que es el asunto que nos trae aquí, solamente puede tener una solución a escala mundial. Esta es una cumbre de alianzas. Entre norte y sur, entre lo privado y lo público. Es un parteaguas. Aquí se va a ver quiénes creemos que es posible avanzar conjuntamente y quiénes tiran la toalla.
P. Se refiere a EE UU, el gran ausente de esta cumbre. ¿Es posible avanzar sin contar con el mayor donante del mundo, sin un actor clave en tema de deuda?
R. El compromiso de Sevilla demuestra que es posible avanzar. España en estos momentos está a la vanguardia, siendo el puente entre Europa y los países del Sur. Es la primera vez que una conferencia de este tipo se celebra en un país desarrollado y eso demuestra la apuesta por el multilateralismo. La cooperación siempre es mucho más fuerte que la confrontación y en Sevilla vamos a poner sobre la mesa cosas que realmente son innovadoras. El hecho de poner el acento sobre la deuda. Hay 3.400 millones de personas que viven en países que gastan más en deuda que en salud o educación. Por eso se va a introducir una moratoria de deuda para cuando ocurran catástrofes humanitarias, catástrofes medioambientales, cuando haya guerra.
Es un parteaguas. Aquí se va a ver quiénes creemos que es posible avanzar conjuntamente y quiénes tiran la toalla.
P. Tanto EE UU como grandes donantes europeos han recortado su ayuda al desarrollo.
R. La cooperación al desarrollo en estos momentos está de bajada. En España, sin embargo, creció un 12% el último año. Es absolutamente necesario si queremos que, por ejemplo, una enfermedad como el sida no vuelva a estándares que hoy en día son inaceptables. No podemos permitir que las pandemias o enfermedades endémicas sigan creciendo.
P. Esta cumbre mira al Sur Global, pero muchos países africanos han dejado de considerar a Occidente un socio fiable. Se sintieron abandonados primero durante la covid y ahora con los recortes de ayuda. Miran a Rusia, miran a China, al Golfo. ¿Puede Occidente recuperar esa credibilidad?
R. Nosotros somos un socio totalmente fiable y nuestra credibilidad ha crecido por nuestra defensa de la ONU y del derecho internacional. Ha crecido porque mantenemos las mismas opiniones tanto en Kiev como en Gaza, por los mismos motivos. Somos países que creemos en esos valores, en la ONU, en el derecho internacional humanitario, en lo inaceptable del subdesarrollo, de la falta de educación o de enfermedades.
P. Pero esos consensos están rotos.
R. Es el momento de defendernos todavía con más fuerza. Los consensos no están rotos. Sigue sin haber una alternativa unilateral al cambio climático o a la gestión de los flujos migratorios con respeto a los derechos humanos. La guerra no puede ser una forma de relacionarse entre Estados, como vemos en Ucrania o en Oriente Próximo. El multilateralismo está siendo cuestionado, pero eso no quiere decir que nos tengamos que rendir.
P. El compromiso de Sevilla no es vinculante. Es un texto por consenso con la ausencia de EE UU. ¿Qué le hace pensar que no va a quedar en papel mojado como en otras ocasiones? Parte de los compromisos de la anterior cumbre de Adís Abeba no se han cumplido.
R. Los Estados, cuando se comprometen a algo, tienden a cumplirlo. Y este no es un momento donde sea fácil comprometerse con estas cosas y por eso tiene un doble valor. Es una verdadera hoja de ruta para los próximos años.
P. España se ha comprometido a llegar al 0,7% del PIB en ayuda al desarrollo de aquí a 2030, pero está en el 0,25%. ¿Cómo piensan lograrlo? No parece muy realista.
R. Encontramos la cooperación en uno de los momentos más bajos de su historia cuando Pedro Sánchez llegó al Gobierno. En 2015, estábamos en el 0,15% en relación con el PIB y en 2024 hemos incrementado hasta los 4.000 millones de euros con un incremento del 12%. Es una cifra histórica y a partir de ahí se establecerá una senda de crecimiento. Por primera vez en la historia de España, el 0,7% está reflejado en una ley.
P. Sí, pero ¿cómo se recorre ese camino? Faltan solo cinco años.
R. Estamos esperando a los nuevos presupuestos, pero el compromiso está ahí.
P. Hay países europeos que están recortando para cumplir con los objetivos de gasto militar. ¿Recortará España?
R. Por supuesto que no. España no va a recortar la ayuda al desarrollo.

P. Hablando del gasto militar, España se quedó sola en la pasada cumbre de la OTAN en su rechazo al 5%. ¿No temen dejar a España aislada?
R. En absoluto. España es un aliado fiable y comprometido con la seguridad euroatlántica y europea. Nosotros hemos mantenido desde el principio una visión distinta y lo que considerábamos es que el debate tenía que pivotar en torno a las capacidades, y para alcanzar esas capacidades, nosotros consideramos que el 2,1% es suficiente. Hemos acudido a la última cumbre de la OTAN con un espíritu de aliado fiable. Y, por supuesto, somos un puntal de apoyo a Naciones Unidas, al derecho internacional y al derecho internacional humanitario allí donde se encuentre, sea en Kiev, sea en Gaza.
P. En Gaza en concreto está hecho trizas. El derecho internacional se destruye en directo ante nuestros ojos. ¿Cómo es posible que la diplomacia sea incapaz de impedirlo?
R. España no ha dejado de denunciarlo ni un solo momento. España es el país que más ha hecho por el pueblo palestino, por los civiles inocentes en Gaza. Y por no bajar nunca los brazos y resignarse a que la guerra sea la forma natural de relacionarse entre los pueblos de Oriente Próximo.
P. ¿Las relaciones de España con Israel son irreconciliables?
R. Nosotros condenamos el atentado terrorista de la organización terrorista Hamás. Hemos apoyado todos los paquetes de sanciones contra Hamás. Por supuesto que el Estado de Israel no solo tiene derecho a su existencia, sino también a su seguridad. Pero con la misma fuerza decimos que ese derecho, exactamente el mismo derecho a un Estado y a un Estado en paz y seguridad, lo tiene también el pueblo palestino. Y todos sabemos cuál es la fórmula definitiva para que haya paz entre israelíes y palestinos: un Estado palestino y uno israelí que conviva en buena vecindad y garantizando la seguridad mutua.
P. Con más de medio millón de colonos viviendo en Cisjordania no es posible imaginar un Estado palestino. Ahora mismo son más bien bantustanes como en la Sudáfrica del apartheid.
R. España es partidaria de sancionar a los colonos violentos y quien quiera malograr la solución de los dos Estados. Tenemos ya una lista y lo hemos solicitado también en el seno de la Unión Europea.
España es partidario de sancionar a los colonos violentos y quien quiera malograr la solución de los dos Estados
P. España llega a la cumbre en una situación de inestabilidad política interna enorme tras conocerse la existencia de una supuesta trama de corrupción en el seno del partido en el Gobierno. ¿Hasta qué punto la credibilidad de España como actor internacional está en entredicho?
R. España vive en estos años el momento de mayor presencia y prestigio internacional de toda su historia democrática. Hoy Sevilla es la capital mundial del multilateralismo, el centro de la ONU. Solamente los tres últimos años, España ha sido la sede de una cumbre de la OTAN, presidenta del Consejo Europeo que consiguió una Cumbre de la CELAC [La Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños] histórica. Nunca España había tenido la vicepresidencia primera de la Comisión Europea. Tenemos la presidenta del Banco Europeo de Inversiones y ha tenido el Alto Representante hasta hace poco, y el año que viene acogerá la Cumbre Iberoamericana.
P. Me refiero concretamente al momento actual, al escándalo de corrupción que afecta al Gobierno, a las voces que piden elecciones anticipadas. ¿No le preocupa cómo puede afectar en la escena internacional?
R. Nuestra proyección internacional es muy clara y todo el mundo lo reconoce. Nos reconocen nuestros amigos árabes, que piensan que España está salvando la dignidad de Europa. El secretario general de la ONU [António Guterres] subraya el papel absolutamente vital de España en estos momentos para tender un puente entre el Norte y el Sur, para conseguir que una conferencia como esta tenga lugar. Esa proyección está presente desde hace ya unos años y sigue presente.

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