Otra lección de las futbolistas
El gran rendimiento de la selección en la Eurocopa demuestra que las reivindicaciones profesionales de las jugadoras son muy justas


La selección española, actual campeona del mundo y de la Liga de las Naciones, semifinalista además de los Juegos Olímpicos de París 2024, aspira a ganar el próximo domingo la Eurocopa. El desafío es mayúsculo porque se trata de conquistar por primera vez el trofeo y de cerrar el círculo victorioso por excelencia contra la defensora del título, Inglaterra, la misma que venció a las españolas en los cuartos de final de 2022. A partir de aquella derrota, precisamente, se gestó un equipo que luchará en Basilea por la hegemonía del fútbol femenino.
La trayectoria de España ha respondido hasta ahora a su condición de favorita, y su mentalidad ganadora quedó demostrada en la semifinal disputada el miércoles contra Alemania, cuando venció por primera vez a un rival que ha ganado ocho veces la Eurocopa. El partido exigió la mejor respuesta de unas jugadoras muy competitivas y solidarias. También resolutivas, como demostró el único gol, marcado en la prórroga por Aitana Bonmatí, dos veces ganadora del Balón de Oro, como Alexia Putellas. El esfuerzo y el talento combinan bien en un grupo que vive en armonía y funciona como un verdadero equipo en la concentración de Suiza.
Las futbolistas se rebelaron antes y después del Mundial de 2023. Aspiraban a la profesionalización de la selección, a no ser tratadas como deportistas amateurs por más que fueran conscientes de que tardarán en ser equiparadas a los profesionales del fútbol masculino, referencia obligada en el caso de las jugadoras del Barça, que son el motor del fútbol femenino español después de conquistar 10 Ligas y tres Champions. El contencioso explotó hasta convertirse en un símbolo de lucha por la dignidad con el beso no consentido del presidente de la federación, Luis Rubiales, a Jenni Hermoso en Sídney. El directivo fue condenado en febrero por un delito de agresión sexual y, después de convocatorias alternas, la jugadora no fue citada para Suiza.
Las reivindicaciones de las internacionales no eran ningún capricho. Y así lo ha demostrado su rendimiento en la Eurocopa. Han mejorado las condiciones de la concentración y se ha invertido en medios, especialmente en tecnología y preparación de los partidos, en la línea de rivales de la talla de Inglaterra. El júbilo de las jugadoras por su clasificación para la final expresó el buen ambiente que se vive en una selección que ha sabido gestionar momentos tan delicados como la meningitis que amenazó la participación de Aitana. Los títulos individuales han ayudado a vertebrar el colectivo y a dar continuidad a la propuesta de España.
Jóvenes como Claudia Pina o Vicky López juegan hoy en el mismo equipo que su referente, Alexia. Todas comparten ahora la ambición de ganar la Eurocopa, la mejor manera de trascender, de insistir en sus demandas y de avanzar en la mejora de una Liga que no se corresponde precisamente con la buena salud de la selección. Sea cual sea el resultado contra Inglaterra.
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