Inglaterra exprime cada último minuto
La selección inglesa empata a Italia en el descuento y la elimina al final de la prórroga


Inglaterra lo volvió a hacer. Volvió a empatar al filo del final del partido de semifinales contra Italia (en el minuto 96 cuando se habían añadido siete) para forzar la prórroga gracias, una vez más, a un gol de Michelle Agyemang, que entró para rescatar a su equipo. Y volvió a resolver el partido (otra vez en el último minuto, ahora en el 119) con una mezcla de resistencia, oportunismo y fortuna.
Las inglesas acabaron con el sueño de Italia, que resistió con orden, sacó el colmillo a la contra y casi anuló los ataques de Inglaterra hasta el final. Lo hizo, además, con crueldad: un penalti dudoso, ya en el tramo final de la prórroga, decidió el desenlace del envite y el primer finalista de esta Eurocopa. Inglaterra demostró con su juego que no es la misma que hace tres años, pero que siempre termina venciendo. Las inglesas jugarán la final el próximo domingo ante la ganadora del duelo entre España y Alemania, que se disputará este miércoles. Y tendrán la oportunidad de revalidar el título.
Ambas selecciones optaron por una variante respecto a los cuartos de final. Por segunda vez en esta Eurocopa, Sarina Wiegman hizo un cambio en su once. Jess Carter, señalada tras la agónica clasificación contra Suecia, dejó su sitio en el eje de la defensa a Esme Morgan. Enfrente, Andrea Soncin prescindió de la centrocampista Emma Severini, añadió a Martina Lenzini atrás y blindó el área con una línea de cinco en fase defensiva, un cerrojo que ha rescatado a Italia del olvido y que tan bien le ha funcionado en esta Eurocopa para devolver a la Azzurra a una semifinal 28 años después.
Las inglesas propusieron desde el inicio y se adueñaron del balón, con un juego pausado pero constante en campo rival. Lauren James lo intentó por la izquierda, aunque con poco entusiasmo; Lauren Hemp, por la derecha con centros diagonales a Alessia Russo, que no tuvo puntería. Pero el ritmo de Inglaterra era bajo, demasiado calmado, incluso con exceso de confianza. Y no podían confiarse; las italianas esperaban pacientemente sus oportunidades, y acabaron llevando el partido a donde quisieron.
Italia dejó que Inglaterra merodease por su área y aprovechó para salir rápido ante cualquier fallo, conscientes de que tendría pocas oportunidades, y que necesitaría máxima eficacia. Y así ocurrió. Sofia Cantore, un enigma para las defensas rivales y muy activa por la banda derecha, encontró espacio para centrar. El balón rebotó en el suelo y rozó el muslo de Lucy Bronze hasta llegar a los pies de Barbara Bonansea, para que definiese con potencia para adelantar a la Azzurra.
El gol despertó a Inglaterra, que puso una marcha más y empezó a insistir con más fuerza al final del primer tiempo. Lauren James tuvo una de las ocasiones más claras tras una buena transición iniciada por Hemp, pero Laura Giuliani respondió con seguridad bajo palos. Una vez más, Italia por delante al descanso, e Inglaterra con urgencia de remontar. Por lo que empezó a llamar a la puerta. El equipo mostró algo más de actitud, de intención, pero seguía sin ser suficiente ante una Italia que gestionaba el tiempo, cerraba líneas y desactivaba cada intento rival.
La defensa italiana achicó tantos balones como pudo, sacó uno sobre la línea de gol y mantuvo viva la ventaja en los minutos finales, que se convirtieron en un asedio inglés. Sobre todo, con los cambios de Sarina Wiegman, que al igual que contra Suecia, salvaron al equipo: Chloe Kelly encaró y disparó, pero fue Michelle Agyemang quien lo volvió a hacer, volvió a marcar el gol del empate que envió el partido a prórroga.
Italia se repuso bien moralmente al empate y lo compensó físicamente. Sarina pedía más intensidad desde la banda. El gol no llegaba hasta que, en los últimos compases, la árbitra señaló un penalti tras un forcejeo. Giuliani lo detuvo, adivinando el disparo de Kelly. Pero el balón quedó muerto y la atacante inglesa aprovechó el rebote para marcar el gol de la victoria.
Las italianas se derrumbaron sobre el césped, conscientes de lo cerca que estuvieron. Inglaterra, sin brillo, volvió a sobrevivir. Y sigue viva. En la final de la Eurocopa. Otra vez.
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