Casi una década después de que surgieran los primeros proyectos que apostaban por informar y romper el tabú de la regla en nuestro país, cada vez son más las emprendedoras que abordan la conversación y la acción al respecto. Estas son sus historias.
La colombiana Diana Sierra es la creadora de Be Girl, una marca social que fabrica braguitas menstruales reutilizables que distribuye gratuitamente en países donde las niñas se ven obligadas a abandonar la educación como consecuencia del período. La marca trabaja también un proyecto educativo que está ayudando a miles de niñas a entender (y querer) su menstruación.
Los mitos acerca de la regla y el escaso conocimiento del cuerpo humano, además de carencias en infraestructuras, tienen un impacto negativo en el ámbito físico, psicosocial y educativo de las niñas
Sifa Kaite, coordinadora del programa de protección a la infancia del Servicio Jesuita de Ayuda a Refugiados y Entreculturas en el país africano, habla de las principales amenazas para las más jóvenes
La prohibición afectaba a mujeres de 10 a 50 años, por estar en edad de tener la regla. El tribunal se opone así a la creencia de comunidades hindúes que estigmatizan la menstruación
Zapatillas, chanclas, mochilas, bolsos... Estas marcas no solo han logrado hacerse un hueco en el mercado, también están detrás de iniciativas ecológicas y sociales
Autogestión empresarial para derrocar tabúes sobre la regla: las bragas de Cocoro o el proyecto (con tienda propia) de Cyclo toman la avanzadilla en un país que ha multiplicado el uso de la copa menstrual en pocos años.
Una empresa de Singapur distribuye productos de higiene femenina reutilizables a mujeres con pocos recursos para eliminar el estigma y que la regla no suponga un impedimento en su vida diaria
A lo largo de la historia, prácticas sociales, culturales y religiosas han transformado el proceso natural del periodo en una fuente de enfermedad, desigualdad y exclusión
La higiene menstrual es esencial para la salud, la educación, la movilidad y la seguridad de las mujeres; por eso hay que considerarla un derecho humano básico
Son, junto a la copa menstrual, una opción nueva para tratar frenar el gran impacto ecológico que tienen los productos de higiene sobre nuestro planeta.
La película, basada en una historia real, lleva el tabú de la menstruación al cine por primera vez en el país. Pero silencia el drama que afecta a las víctimas reales de esta historia
En Kibera (Kenia), uno de los asentamientos informales más grandes del mundo, siguen considerando sucias a las mujeres con el periodo. Victor Odhiambo enseña en este barrio a verlo como algo natural