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El Gobierno de Sheinbaum diseña un plan de una década para rescatar (una vez más) a Pemex

Con una batería de medidas financieras, respaldada por Hacienda, la petrolera más endeudada del mundo busca reducir su deuda y reflotar sus operaciones

Presentación del Plan Estratégico PEMEX, en Ciudad de México.
Karina Suárez

El apoyo incondicional del Gobierno federal a Pemex ha concluido. Si en el sexenio anterior la paraestatal recibió capitalizaciones por más de un billón de pesos y exenciones fiscales, ahora, la Administración de Claudia Sheinbaum se ha decantado por un plan de rescate más institucional y ceñido a los resultados de una petrolera con un adeudo financiero de más de 120.000 millones de dólares. El poco margen de maniobra de la paraestatal exige una cirugía mayor, una táctica de rescate en la que se han implicado a fondo las secretarías de Hacienda y Energía (Sener), así como la dirección de la paraestatal. La batería de medidas abarca desde el financiamiento por parte de la banca de desarrollo hasta una sofisticada emisión de deuda a través de notas precapitalizadas, con el aval de Hacienda.

Este martes, durante su habitual conferencia de prensa, la presidenta mexicana ha dado el banderazo de salida después de meses de arduo y minucioso trabajo: “Pemex tiene que pagar en 2025 y 2026 amortizaciones de deuda muy altas e intereses, entonces, va a requerir del apoyo de Hacienda, pero para 2027, gracias a todo el trabajo de la Secretaría de Hacienda, Pemex sale solito, no va a requerir del apoyo de Hacienda”, aseguró la mandataria este martes, en Palacio Nacional.

La deuda financiera de Pemex rebasa los 98.700 millones de dólares y su adeudo a proveedores suma más de 22.000 millones de dólares. En ambos frentes, el gobierno mexicano ha puesto en marcha balones de oxígeno. Para cumplir con sus obligaciones financieras a corto plazo, la Administración realizó una emisión de bonos por 12.000 millones de dólares. La colocación de deuda se hizo a través de un fideicomiso con el respaldo de Hacienda. Este matiz permitió una emisión exitosa, con un apetito relevante por parte del mercado. En segunda instancia, para cubrir una parte de sus adeudos a contratistas y financiar sus proyectos, se creó un vehículo de inversión —liderado por la banca de desarrollo—, de 250.000 millones de pesos, unos 13.300 millones de dólares. Al menos la mitad de estos recursos serán asignados por Banobras y el resto será aportado por la banca privada e inversionistas.

El llamado Plan Estratégico 2025-2035 de Pemex es ambicioso. A través de distintos ejes se busca una reducción en su deuda, nuevas fuentes de financiamiento, un aumento en la extracción de crudo y en la producción de gasolinas, así como mejorar el perfil crediticio de la paraestatal. La secretaria de Energía, Luz Elena González, indicó que el modelo energético impulsado durante este gobierno combina la soberanía y la competitividad. En esta misma línea, el titular de Hacienda, Édgar Amador Zamora, prometió un viraje al interior de la firma, alineada a la disciplina de gastos, la eficiencia operativa y la evaluación detallada de sus inversiones. “Estas medidas preparan el camino para recuperar el grado de inversión para la empresa. Queremos que Pemex siga creciendo sin hipotecar su futuro”, declaró el funcionario durante la presentación de esta hoja de ruta en las oficinas de la Sener

Aunque Pemex recibió en el sexenio anterior más de un billón de pesos por parte del Gobierno federal, no consiguió reorientar su rumbo de forma sustancial. A junio, la extracción de crudo de Pemex fue de 1,6 millones de barriles diarios, una caída de 8,6%, en comparación de 2024,mientras la deuda financiera cerró el año pasado en 97.600 millones de dólares. Ya de lleno en esta Administración, Hacienda ha asegurado que con este plan de reestructura, la paraestatal reducirá su deuda a 77.300 millones de dólares en 2030. En extracción de crudo, el objetivo es llegar en ese lapso a 1,8 millones de barriles diarios y elevar la producción de gas natural de los 3.500 millones de pies cúbicos diarios actuales a 5.000 millones de pies cúbicos por día.

Víctor Rodríguez Padilla, Luz Elena González, Edgar Amador Zamora, este martes.

Para lograr las ambiciosas metas, además del apoyo del Gobierno federal, la Sener tiene un portafolio de 21 proyectos que podría desarrollar la petrolera con la iniciativa privada. Además, la paraestatal ha prometido la exploración de los grandes yacimientos Zama y Trion. El director de Pemex, Víctor Rodríguez Padilla, añadió que la petrolera debe de migrar poco a poco a otros campos de negocio de mayor valor, desde la producción de gasolinas, a la generación de electricidad y explotación de litio. “Nosotros ganamos refinando gasolinas y vendiendo gasolinas”, zanjó.

Sobre el papel, la hoja de ruta se percibe como un buen primer paso para sacar a Pemex del callejón sin salida en el que se encuentra, pero será en los próximos resultados financieros de la empresa que se verán los resultados de este nuevo plan. Fluvio Ruiz, exconsejero de Pemex y docente del CIDE, señala que es un plan integral y coherente. “Si se atiende de una vez por todas la deuda con proveedores, se renegocian adecuadamente los vencimientos de deuda financiera de 2026 y se hacen los ajustes pertinentes del régimen fiscal, me parece que a partir de 2027 o de 2028 Pemex puede dejar de requerir el apoyo del Gobierno federal. No olvidemos que Pemex sigue teniendo utilidades antes de impuestos y sigue siendo un contribuyente positivo”, comenta.

Víctor Gómez, economista en jefe de Finamex, reconoce que, a diferencia del sexenio anterior cuando el apoyo a Pemex fue incondicional, ahora se plantea un programa de apoyo temporal y con mecanismos de rendición de cuentas a cumplir por parte de la paraestatal. “Es una estrategia necesaria, dada la presión operativa y financiera de la empresa, y oportuna porque las obligaciones de los próximos 12 y 18 meses de la compañía son considerables”, dice. Pemex tiene vencimientos por 5.100 millones este año y de 18.700 millones en 2026, según la información oficial.

El especialista de Finamex apunta que aunque el fondeo de Banobras para cubrir los adeudos a proveedores es favorable, dado que garantiza la continuidad operativa de la firma, también compromete a esta entidad y expone parte del capital de la banca de desarrollo al riesgo operativo de Pemex. “El anuncio de las notas precapitalizadas y el anuncio de Banobras alivian parte de la presión a corto plazo de Pemex, eso les da tiempo, pero si la ejecución no es tan pulcra como se anuncia, la presión se reactivará”, avizora.

Para Amin Vera, director de Inversiones de Invala Family Office, esta es una noticia favorable para los acreedores internacionales, para los proveedores y para el sindicato petrolero. Por el contrario, para el resto del país es una mala noticia porque implicará más deuda pública. “Es un desembolso de dinero que no hay y que seguro se va a conseguir emitiendo deuda para una empresa que no ha mejorado sus métricas operativas en diez años”, comenta.

Veinte años atrás, a finales de 2004, Pemex era vista como una de las petroleras líderes de América Latina, con una producción anual de casi cuatro millones de barriles diarios. Dos décadas después, la compañía busca resurgir de las cenizas, elevar su extracción de crudo, sanear sus finanzas e incursionar en nuevos mercados verdes. El plan de este Gobierno ya se ha puesto en marcha y será cuestión de meses para vislumbrar si la estrategia de Sheinbaum, a diferencia de los intentos anteriores, ha dado en el centro de la diana.

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Sobre la firma

Karina Suárez
Es corresponsal de EL PAÍS en América, principalmente en temas de economía y sociedad. Antes trabajó en Grupo Reforma. Es licenciada en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y Máster de periodismo de EL PAÍS.
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