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México busca refinanciar la gigantesca deuda de Pemex cuanto antes

El Gobierno prepara un inminente plan de rescate para hacer frente a una deuda que, entre pasivos financieros y adeudos a proveedores, rebasa los 120.000 millones de dólares

Sede de PEMEX en Ciudad de México, en 2023.
Karina Suárez

El Gobierno federal busca, de manera urgente, un balón de oxígeno para la abultada deuda de Pemex, cifrada en más de 120.000 millones de dólares. De acuerdo con fuentes allegadas al plan emergente, el refinanciamiento plantea el contar las líneas de crédito del Banco Mundial y de bancos globales como Deutsche Bank. La iniciativa pasa por complejos esquemas de factoraje en el que los bancos comprarán deuda de Pemex, respaldada por el Gobierno mexicano, con descuentos y estos financiamientos se destinarán, principalmente, para pagar a los proveedores de la petrolera. En el caso de la deuda financiera, el debate se centra en si la Secretaría de Hacienda podrá absorber una parte de la deuda o seguirá la línea del sexenio anterior solo con capitalizaciones directas a favor de la paraestatal. Este año, la petrolera recibió del Gobierno federal una línea presupuestaria de 136.000 millones de pesos, unos 7.200 millones de dólares, para cubrir sus pasivos a corto plazo.

Pemex es la petrolera más endeudada del mundo. El saldo total de su deuda llegó a 101.000 millones de dólares, a marzo pasado. Un lastre al que se debe sumar el impago a los proveedores por casi 20.000 millones de dólares. En este plan están trabajando, a marchas forzadas, la secretaria de Energía, Luz Elena González, el secretario de Hacienda, Edgar Amador, y el director de la petrolera, Víctor Rodríguez Padilla. El asunto no es menor, dados los saldos financieros por cubrir para los próximos seis años. En 2025, la paraestatal pagará 6.400 millones de dólares de deuda a corto plazo y, al final del sexenio, la suma llega a 47.100 millones de dólares.

Con miras a esta cirugía mayor, que tendrá que contar con el aval de bancos, fondos y del Gobierno, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, adelantó escuetamente esta semana que ya se está diseñando una hoja de ruta que dé viabilidad a Pemex durante los próximos 15 años. “Estamos trabajando en una transformación profunda de Pemex, muy profunda. Es una visión de aquí, por lo menos, a 2040. De cómo Pemex va a seguir explotando petróleo, gas, petroquímica y otras acciones, en cómo va a garantizar sus contratos de servicio y en cómo va a garantizar sus contratos mixtos” declaró esta semana en Palacio Nacional.

Una refinería de PEMEX en Houston, Texas.

Desde el inicio de su mandato, Sheinbaum ha puesto en marcha un plan de reestructura operativa y fiscal para la petrolera estatal para sanear sus finanzas y el declive de su producción petrolera. La verticalidad operativa ha sido uno de los pilares de esta reestructura con la eliminación de empresas filiales, reducción de nómina y alivio fiscal a través de la creación de un solo impuesto para la petrolera. Pese a estos esfuerzos, la petrolera continúa en números rojos: sus pérdidas financieras rebasaron los 43.300 millones de pesos, unos 2.300 millones de dólares, según su reporte financiero enviado a la Bolsa Mexicana de Valores.

Pemex batalla, además, para pagar alrededor de 20.000 millones de dólares a sus empresas de servicios petroleros. Al borde del colapso, los proveedores han amenazado con dejar de trabajar para Pemex si no les comienzan a cubrir los adeudos. De acuerdo con medios locales, miles de empleos se han perdido ya en los Estados petroleros como Campeche, Tabasco y Veracruz. La Asociación Mexicana de Empresas de Servicios Petroleros (Amespac) ha asegurado que, si la llave de pago de Pemex no se abre, el sector estará en una parálisis este mes.

El sueño de soberanía energética, planteado desde el sexenio anterior de Andrés Manuel López Obrador, aún parece lejano. Pese a las transferencias millonarias que ambos gobiernos han inyectado a la petrolera, por más de un billón de pesos, la paraestatal continúa siendo la petrolera más endeudada del mundo. En los últimos 20 años, Pemex ha pasado de ser un líder regional con una extracción de más de tres millones de barriles diarios a requerir de las transferencias gubernamentales para hacer frente a sus compromisos operativos y financieros.

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Sobre la firma

Karina Suárez
Es corresponsal de EL PAÍS en América, principalmente en temas de economía y sociedad. Antes trabajó en Grupo Reforma. Es licenciada en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y Máster de periodismo de EL PAÍS.
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