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Cámaras en conciertos, reproducciones de Spotify o críticas en TripAdvisor: cómo la tecnología delata a los infieles

Mientras la huella digital se revela como enemiga de los que engañan a su pareja, las aplicaciones para tener aventuras fuera del matrimonio se adaptan y ya han cambiado sus reglas para convertirse en cómplices

Durante un partido en Filadelfia, una mujer sujeta un cartel en el que explica de forma jocosa en la gran pantalla del estadio que no está siendo infiel a su pareja, en referencia a lo ocurrido en el concierto de Coldplay que dio la vuelta al mundo.
Marita Alonso

El resguardo de un hotel, el perfume o una mancha de pintalabios en el cuello de la camisa eran antes las pruebas más habituales de una infidelidad, material dramático excepcional para la novela rosa, una película de detectives o una copla de desamor con un giro inesperado. Pero en la actualidad la tecnología es el peor enemigo de los infieles. La kiss cam que ha sacado a la luz en pleno concierto de Coldplay la aventura entre Andy Byron, CEO de Astronomer, y Kristin Cabot, directora de recursos humanos de la empresa, es una buena prueba de ello. Pese a que como señala el periodista Sergio del Molino algo así no habría ocurrido en España, “donde rige una legislación muy restrictiva en materia de derecho a la propia imagen”, la tecnología, que en teoría está destinada a facilitar la vida, en ocasiones se la dificulta a la gente... que decide ser infiel.

Aunque, eso sí, antes de arruinarle la vida, le facilita la cana al aire. “El 76% de los usuarios de la aplicación de relaciones extramatrimoniales Ashley Madison asegura haber iniciado una infidelidad gracias a la tecnología, principalmente de la mano de redes sociales y WhatsApp”, explica a ICON Lara Ferreiro, psicóloga y experta en terapia de parejas. “Actualmente, el 61% de las infidelidades se descubren por errores tecnológicos: notificaciones, el historial del ordenador, haber dejado apps abiertas… Por eso, el 80% de los infieles de la aplicación reconocen que usan aplicaciones como Telegram y Snapchat para tener conversaciones más seguras. Pero hay que tener en cuenta que el 24% de las parejas comparten la geolocalización”, comenta.

Este dato es importante. El motivo lo explica Viki Morandeira, coach experta en crisis de pareja con infidelidad, que recuerda un caso que trató en su consulta. “La infidelidad se descubrió por una aplicación. Como mucha gente sabe, hoy puede geolocalizarse un dispositivo mediante otro dispositivo hermanado con él mediante una aplicación. Una mujer que tenía dudas de la fidelidad de su esposo, simplemente recurrió a esta posibilidad y geolocalizó el móvil de su marido en la casa de una amiga común”, relata a ICON.

Incluso LinkedIn, que cada vez es una plataforma más utilizada por sus usuarios para ligar, sirvió en otra ocasión para desvelar una infidelidad. “Una directora de una multinacional recibió mensajes en LinkedIn de la amante de su esposo. Como ella no estaba entre sus contactos, la amante utilizó LinkedIn Premium para enviarle mensajes directos. Le escribió pidiéndole que dejara a su novio y adjuntó capturas de pantalla de las conversaciones que mantenían, demostrando así que llevaban casi un año de relación”, señala.

En el docurreality de Netflix El ultimátum: Amor queer, salió a la luz que dos de las participantes se habían acostado con mujeres que no eran sus parejas cuando el Spotify de una de ellas desveló que llevaba toda la noche escuchando solo playlists de sexo durante semanas. “Fue una auténtica innovación y ambas han revolucionado la infidelidad en la telerrealidad al dejar su huella musical”, escribió en Collider Joel Medina. “Lo sucedido ha hecho historia en el mundo de los realities por ser la primera vez que Spotify fue el motivo por el que alguien fue descubierto poniendo los cuernos”, señaló.

Nada de esto es nuevo. Muchos expertos llevan años advirtiendo de que la monitorización de nuestros hábitos puede convertirse en un problema para muchas personas por fomentar ciertas obsesiones y también acabar con nuestra intimidad. Una intimidad que, al dejar de existir, también revela comportamientos como la infidelidad. Silvia Rubies, responsable de comunicación en España y Latinoamérica de Gleeden, página web de citas extraconyugales y no monógamas, cuenta otra historia sorprendente: “Una mujer descubrió que su pareja le había sido infiel por el Apple Watch. Al rastrear, vio que tenía una alta actividad física a altas horas de la noche cuando teóricamente, estaba de viaje por motivos laborales”, comenta. Explica que Gleeden intenta que sus usuarios no sean descubiertos por motivos tecnológicos. “Por ejemplo, enviamos los recibos de los créditos que se compran bajo el nombre de gimnasios, bancos o lo que cada usuario escoja. Tenemos también el botón de escape o el shake to exit en el caso del teléfono (o sea, que con solo agitar un dispositivo, la aplicación se cierra) y además ofrecemos la posibilidad de poder cambiar el emoticono de nuestro logo por otro dentro del interfaz del teléfono”, explica. Si por un lado la tecnología se revela como enemiga de los infieles, por el otro intenta adaptarse para ser su cómplice.

Lara Ferreiro relata que una mujer de su consulta se enteró de la infidelidad de su marido porque su hijo pequeño activó Siri (“Siri, léeme los mensajes”) justo cuando a él le llegó un mensaje de contenido erótico y el mensaje fue leído en alto. “El caso más dantesco es el de la mujer que puso en Google Reseñas una review positiva de un hotel… al que no había ido con su pareja. Muchos infieles no tienen ningún cuidado”, afirma. Rubies sube la apuesta. “Recuerdo el caso de un directivo que intentaba dejar la relación extramatrimonial. Me mostraba cómo bloqueaba y desbloqueaba constantemente a la amante, pues era adicto al subidón de dopamina que le generaba la infidelidad. Pero cuando él la bloqueaba en WhatsApp, ella le hacía bizums de 1 euro con mensajes en el concepto, lo cual acabó destapando la relación ante su esposa. Otra clienta mexicana descubrió que su esposo se comunicaba con la amante a través de una app que simulaba ser una calculadora cuando en realidad era una aplicación de mensajería encriptada. Juntos tenían una empresa y la amante era la directora de la sucursal bancaria que gestionaba las cuentas de su negocio”. El detective privado Rafael Guerrero, coautor del ensayo Elemental, Radiografía del Detective Privado, señala que toda huella no solo es rastreable, sino cada vez más fácil de vigilar. “La pareja que sospeche de una infidelidad puede contratar un detective para recabar pruebas. Recordemos que es el único profesional autorizado en España para investigar hechos privados y de carácter personal. Una relación sentimental en paralelo tiene un componente emocional muy fuerte, por lo que es fácil cometer errores. Estos dependen mucho del tipo de relación que se produce en la infidelidad, si es solo virtual, temporal o más estable”, dice.

Las plataformas y aplicaciones no solo pueden sacar a la luz infidelidades: las víctimas de las relaciones extramatrimoniales han encontrado en ellas una original forma de mandar mensajes a sus exparejas. Es el caso de una mujer cuyo novio le puso los cuernos. “Mi ex no paraba de usar mi Netflix, así que cambié el nombre del perfil a INFIEL y la configuración para que solo pudiera ver contenido infantil”, asegura en Reddit. Como venganza tecnológica es perfecta. Me habrás engañado, pero olvídate de saber cómo termina El juego del calamar.

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Sobre la firma

Marita Alonso
Redactora especializada en cultura pop y estilo de vida. Licenciada en Comunicación Audiovisual por la Universidad Complutense de Madrid. 
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