Ir al contenido
_
_
_
_

Bezos, Sánchez y los peligros de renovar el estilo de tu pareja: “Imponer un cambio siempre es un error”

La pareja de multimillonarios que se acaban de casar en Venecia es el último ejemplo del viejo mito de la mujer que es, a su vez, estilista y ‘coach’ de su pareja

Lauren Sanchez y Jeff Bezos en una gala en Nueva York en octubre de 2024.Foto: Bruce Glikas (Bruce Glikas/WireImage) | Vídeo: EPV
Marita Alonso

Para explicar cómo Lauren Sanchez encarna el arquetipo de la esposa multimillonaria convertida en icono cultural, el columnista estadounidense Louis Pisano explica en su boletín de Substack que la experiodista se ha asegurado de orquestar una maniobra cultural deliberada con la que pasar de amante a filántropa. Indica que el siguiente paso de su meditada operación ha llegado con su boda, que considera inspirada en la de Kim Kardashian y Kanye West. Lo curioso de la comparación es que uno de los elementos considerados más tóxicos del historial de la pareja entre el rapero y la influencer es el empeño de él en cambiar la imagen de ella y modelarla acorde a sus gustos, algo que, según algunos, habría hecho Sanchez con el fundador de Amazon.

Desde medios progresistas como New York Magazine (que se preguntó en su perfil de Instagram “¿Cómo ha cambiado Lauren Sánchez a Jeff Bezos?“) a cadenas conservadoras como Fox se ha observado que, más allá de su acercamiento a la meditación o el ejercicio, el aspecto de Bezos ha cambiado de forma sustancial desde que Sánchez está en su vida. “De nerd con entradas a multimillonario musculado”. En todos se achaca, con mayor o menor medida, ese cambio al influjo de Sánchez en su vida. Sanchez ya no actúa como la esposa tradicional que viste a su marido, sino que ha cambiado su estilo, su cuerpo y su manera de presentarse ante el mundo. Un cambio de va de la mano de una transformación mucho más general de cómo vemos a los millonarios tecnológicos, que han pasado de freaks de garaje a hombres enormemente preocupados por su aspecto físico.

Sí, es posible que cuando lo hace una mujer sea diferente a cuando lo hace un hombre. Por motivos meramente históricos: cuidadora del hogar y proveedora de lo doméstico en toda cultura patriarcal, durante décadas se ha visto como algo normal que la mujer vista al hombre, demasiado ocupado llevando a casa comida y sueldo como para tratar un asunto tan aparentemente superfluo. Tal vez en el caso Sánchez/Bezos, en pleno 2025 y con cientos de miles de millones de por medio, el asunto es diferente.

Kim Kardashian y Kanye West en París en 2020.

Lauren ha explicado en una entrevista concedida a la revista Vogue con motivo de su boda que su marido y ella entrenan cada mañana juntos. “Algunos meditan, yo hago ejercicio. Es algo que Jeff y yo hacemos todas las mañanas. Tomamos un café, hablamos de lo que nos pasa y luego vamos al gimnasio”, ha asegurado la vicepresidenta del Bezos Earth Fund.

Cámbiame

Mucho se ha escrito acerca de cómo mujeres con cierta fama y celebridad han cambiado el estilo de sus parejas (y no es unidireccional, a menudo lo hacen ellos, como demuestra el ejemplo de Kanye y Kim o, muy comentado en su día en España, el de Elena de Borbón tras casarse con Jaime de Marichalar). En nuestro país se habló largo y tendido del papel de Paula Echevarría en la creciente afición de David Bustamante por el gimnasio y en su cambio de armario y, por descontado, resulta inolvidable (y todavía motivo de pitorreo) la costumbre de Brad Pitt de apostar por peinados similares a los de sus parejas. A Jennifer Lopez siempre se le achacó darle un aura interesante a la forma de vestir de Ben Affleck, que con ella pasó de joven en camiseta a llevar joyas.

Se diría que el mundo no puede dejar de mirar a una pareja poderosa que coordina sus armarios. Los Beckham fueron –y son– un gran ejemplo de ello. Muchas parejas expuestas a la mirada pública hacen del estilo compartido un indicador de la salud de sus relaciones. Cuando diga power couple, diga power style. Si vestirse de forma semejante o al menos complementaria puede hacer que la gente crea que la pareja tiene una mayor conexión, algo común en las primeras fases del romance, los aspectos descompasados pueden ser percibidos como una señal de alarma (o sea, en la jerga del corazón, crisis de pareja). Ocurre con Justin Bieber y su esposa Hailey Bieber, cuyos armarios son cada vez más opuestos.

En el caso de Mark Zuckerber –otro multimillonario tecnológico que ha cambiado radicalmente su aspecto desde que lo conocimos como un hombre espigado pegado a una camiseta gris– y su esposa Priscilla Chan, ambos han ido evolucionando en cuestiones estilísticas de la mano. Aunque el papel de Priscilla Chan en este proceso de renovación estética no ha sido demasiado comentado, los medios sí comenzaron a hablar de Zuckerberg como un wife guy, o sea, uno que según la analista Amanda Hess, es “el hombre casado que se define a sí mismo a través de una reacción exagerada al hecho de estar casado”. O sea, quien construye parte de su imagen e incluso de su personalidad mediante su relación. Los cínicos lo llamarían calzonazos. Los optimistas, un hombre felizmente casado. Los estilistas, un hombre mejor vestido que anteayer.

Esposa y ‘coach’

Pero Lauren Sanchez y Jeff Bezos (o los medios que hablan de su cambio de aspecto como algo elogioso) han hecho que el hombre que escucha las recomendaciones estilísticas de su pareja no sea visto como un pusilánime, sino como el autor de una transformación meditada y digna de ser celebrada. El mito de la esposa que funciona como estilista no oficial de la pareja sigue hoy tan presente como siempre y muchos creen que en la transformación de Bezos, que no solo ha cambiado la estética de su armario sino que ha convertido el gimnasio en su segundo hogar, Sanchez tiene mucho que ver. Sin embargo, Kristen Ghodsee, autora de Por qué las mujeres disfrutan más del sexo bajo el socialismo (Capitán Swing), matiza: “Dudo mucho que su transformación sea solo obra de ella. Probablemente contrate a un ejército de estilistas y asesores de marca personal para gestionar su imagen pública”, aclara.

David Bustamante y Paula Echevarria paseando por Madrid en 2014.

El ejercicio de cambiar el estilo de la pareja es, ese sentido, verdaderamente transversal: lo hacen los miltimillonarios y las clases humildes. La mujer, en el mejor de los casos, aconseja y acompaña. En el peor, directamente, se va de compras y se encarga de llenar el armario masculino, una tarea que todavía algunos hombres consideran que no es para ellos. “¿Esta camisa? La eligió mi mujer". Pero hay mucha psicología tras la elección de una corbata.

“Querer cambiar el estilo de tu pareja implica estar hablando desde una superioridad estética desde la que consideras que tu estilo es mejor”, opina la asesora de imagen Marta Pontnou. “Se tendría que hacer con delicadeza o esperando a que la pareja sea quien lo proponga. Imponer un cambio es un error”. La especialista incide que en este error es mayor “en las relaciones en las que hay desigualdades de edad, de economía o de clase. Considero que acceder a ese cambio de estilo es una forma de satisfacer a la pareja e incluso de sumisión”, asegura.

La psicóloga Elisa Múgica, especialista en psicología clínica y terapia de parejas, señala que bajo la apariencia de la dedicación o la confianza, el poder de la mujer en la definición del estilo masculino puede reflejar la perpetuación de los micromachismos que existen en la sociedad. “En ellos, los hombres ocupan esferas masculinas, como el trabajo, la reparación del coche y las mujeres, áreas femeninas como la moda o la forma de vestir de la pareja. Con la salvedad de que actualmente, las mujeres también realizan las tareas históricamente asociadas al hombre”. O sea, doble trabajo. La experta considera que en realidad muchos hombres no han tenido la oportunidad de ocuparse de sí mismos en algunos aspectos. “Aprender a ocupar su lugar en la familia o la pareja y mejorar su imagen puede ser algo muy positivo para su autoestima, siempre y cuando se sientan cómodos en su piel, no sea algo impuesto y aprendan a participar de esas decisiones y esas compras. Podríamos empezar por esto y seguir en el ámbito íntimo, aprendiendo a compartir tareas familiares, de cuidado de los hijos o mantenimiento del hogar”. A muchas mujeres, explica, les gustaría cambiar el look de sus parejas siempre y cuando ese cambio “lleve aparejado ese crecimiento y transformación de la persona que aman hacia un lugar más igualitario y seguro emocionalmente”. Una camisa por un sentimiento.

David Beckham and Victoria Beckham en el estreno de la serie documental 'Beckham' en Londres en 2023.

La doctora Alejandra Menassa de Lucia, psicoanalista de la Escuela de Psicoanálisis Grupo Cero, alerta de que “más que como asesores de imagen, algunas mujeres y algunos hombres se comportan como madres de su pareja, y le dicen, como si fuera un niño, lo que deben o no ponerse. En esos casos, sin duda, es un trabajo de más y seguramente, innecesario”. Haya tenido Sánchez un papel decisivo en el cambio de estilo de Bezos o no, su elección el día de su boda no ha convencido a Caraceni Sartoria, reconocida como una de las mejores sastrerías a medida del mundo. “Es traje más horrible que he visto en mi vida. Estoy sufriendo”, ha dicho en sus redes sociales. Esto demuestra que la supuesta labor de estilista de Lauren Sanchez no está al nivel de las exigencias de todo el mundo. De las de Jeff Bezos, al parecer, sí. No se puede contentar a todo el mundo, pero eso los multimillonarios ya lo saben.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Marita Alonso
Redactora especializada en cultura pop y estilo de vida. Licenciada en Comunicación Audiovisual por la Universidad Complutense de Madrid. 
Rellena tu nombre y apellido para comentarcompletar datos

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_