Conseguir abdominales pasando por el quirófano: entre la inmediatez y la vergüenza por “hacer trampa”
La ‘tableta’ sigue siendo considerada un símbolo de perfección física y, por ello, cada vez más hombres se someten a una cirugía de marcación que no es ni milagrosa ni para todo el mundo


En España se realizan más de 204.000 intervenciones de cirugía estética al año. Los hombres representan únicamente el 15% pero su interés por estos procedimientos va en aumento, como indica el informe de la Sociedad Española de Cirugía Plástica, Reparadora y Estética, titulado La realidad de la Cirugía Estética en España. Parte de esto se atribuye a las redes sociales, que se consideran responsables de la creciente presión estética entre los hombres. Figuras como Zac Efron han querido alzar la voz para advertir sobre las consecuencias de tener siluetas extremadamente cinceladas.
El actor explicó a la revista Men’s Health que mantener el físico que lucía en la película Baywatch. Los vigilantes de la playa le condujo al insomnio y a la depresión. “No creo que sea un físico realmente alcanzable. Parece generado por computadora”, confesó. Pero hay quienes no quieren recurrir a batidos proteicos, dietas ni gimnasios para conseguir unos abdominales marcados. Ahí es donde la abdominoplastia y la marcación abdominal aparecen en esta historia.
Para empezar, ¿son lo mismo? No. La doctora Raquel Sáez, cirujana maxilofacial y médico estético, explica la diferencia entre ambos. “La abdominoplastia es una cirugía que busca eliminar el exceso de piel del abdomen y va casi siempre asociada a la liposucción para eliminar también el exceso de grasa, mientras que la marcación abdominal es un procedimiento que busca definir los músculos abdominales mediante la eliminación de grasa, ya sea con liposucción, láser o ultrasonidos, y adherir la piel a los músculos”, explica a ICON.
Virtudes Ruíz y María Vicente, cirujanas plásticas y médicos estéticos, explican que la operación no es un milagro a disposición de cualquiera: los pacientes que tienen exceso de peso localizado en el abdomen, con un abdomen globuloso, no suelen ser buenos candidatos. “Sí aquellos que han perdido mucho peso y tienen un exceso de piel que se traduce en un faldón en el abdomen, también los que padezcan diástasis de rectos [cuando los músculos rectos abdominales se han separado en su línea media, por diferentes motivos], ya que esta intervención además de eliminar el exceso de piel, ofrece la posibilidad de acceder a la línea media de los músculos abdominales y su fascia [la capa que envuelve a los músculos], permitiendo su unión y tensión para obtener un abdomen plano y definido, además de más protegido y fuerte”.
Luis Bernat y Antonio Lewis, creadores del método Alpha 50, un sistema para poner en forma a hombres a partir de los 40, miran con recelo este tipo de intervenciones. “No dejan de ser el equivalente quirúrgico al filtro de Instagram”, explican. “La pregunta es qué pasa después, porque los hábitos, la relación con el cuerpo, la disciplina y la salud no vienen en la factura del quirófano. Es curioso que muchos de los que recurren a estas soluciones lo hacen en secreto, como si les diera vergüenza reconocer que han hecho trampa. En vez de hablar con naturalidad de por qué sentimos tanta presión por vernos de cierta manera, preferimos saltarnos el proceso y fingir que todo ha sido mérito propio. Si el objetivo es verse bien y sentirse mejor, hay caminos más sólidos y más honestos que no pasan por una camilla”, añaden los autores de Yo no soy tu cuñao: El método Alpha 50 (Kailas Editorial, 2025).
Pero tener unos abdominales marcados no es solo cuestión de ejercicio: los expertos en fitness siempre insisten en que el six pack o tableta se fabrica en la cocina. Por eso, ante la cercanía del verano, muchos prefieren abrazar la inmediatez. “Los resultados de una abdominoplastia o de una marcación abdominal son visibles inmediatamente después de la cirugía, pero hay que tener en cuenta que la inflamación postquirúrgica puede tardar varias semanas e incluso meses en desaparecer del todo. Los resultados finales se deben valorar varios meses después de la cirugía, una vez que la cicatrización haya terminado y el cuerpo se haya recuperado completamente”, explica la doctora Sáez.
En otras palabras: para este verano no llega usted a tiempo. Sin embargo, para una dieta equilibrada, sí. Además, este elemento es imprescindible incluso cuando uno se decide a pasar por la marcación abdominal. “Estaría indicada para pacientes normopeso que quieran definir más la zona de la musculatura abdominal. Y después de ambos procedimientos es importante que estén dispuestas a mantener un estilo de vida saludable y un peso estable para mantener los resultados en el tiempo”, advierte.
¿Qué ocurre en el caso de que quien recurra a una marcación abdominal suba de peso? Responde el Álvaro Fernández, cirujano plástico de IML CLINIC. “Si el paciente coge peso el resultado puede desvanecerse, por lo que solemos recomendar una liposucción más extensa que permita que los contornos musculares se marquen de forma natural”, comenta. Mientras tanto, si el paciente intervenido de una abdominoplastia coge peso, puede notar un mayor volumen en la zona de los flancos y el área que se encuentra por debajo del ombligo. “Sin embargo, la intervención elimina gran cantidad de células grasas predispuestas al acúmulo, siendo más fácil el control de peso tras la intervención”, aclara.
“Me he comprado este abdomen. Cuando veo a la gente mirándome, la sensación es increíble”, comentó a The Washington Post un hombre llamado Junior Carvalho, que tras un complicado divorcio, comenzó a ir al gimnasio, contrató a un entrenador personal e introdujo todo tipo de suplementos a su dieta. Pero quería parecerse a los hombres que veía en las playas de Brasil, con sus marcados abdominales. Ahí, comenta el periodista Terrence McCoy, los resultados reflejan no solo la cambiante concepción cultural de la belleza, sino también su idea del éxito. Al estar el costo de la cirugía plástica fuera del alcance de la mayoría de los brasileños, señala que el six pack se ha convertido, aparte de un signo de ostentación física, también en uno de ostentación económica. Su precio en España oscila entre los 3.000 y 8.000 euros. Y no es la única marcación que se reclama en clínicas de cirugía estética: también están la mandibular o la de pectorales. O sea, todo aquello que configura el mito del hombre hipermasculino cuya imaginería va desde Kirk Douglas hasta Mario Casas.
“Nos dicen que el hombre de hoy ya no necesita demostrar nada con su cuerpo”, meditan Luis Bernat y Antonio Lewis, “pero el six pack sigue siendo el trofeo que muchos persiguen". Ellos defienden que, más allá de la presión social o la persecución de una idea absoluta y esquiva de la masculinidad, “queremos vernos bien, sentirnos fuertes, recuperar el control sobre algo tan básico como nuestro cuerpo. Y eso, en el fondo, también es salud. Lo curioso es que ahora parece que si te cuidas, entrenas o te marcas objetivos físicos, estás traicionando esa nueva masculinidad más sensible y emocional. Buscar una buena forma física no es incompatible con ser un hombre sensato, comprometido y sensible. Puede que el canon siga siendo el de la portada de Men’s Health, pero no por falta de evolución, sino porque seguimos buscando algo concreto a lo que aspirar”. Mientras tanto, y aunque decida recurrir a la medicina estética, dieta, vida sana y ejercicio. Esas tres cosas, sin ser gratis, siguen siendo más accesibles.
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