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Adiós a 2025: los famosos dan las gracias tras un año de rupturas, dramones, bodas, sorpresas y alguna que otra alegría

Momentos virales protagonizados en el espacio por Katy Perry o en la tierra por una pareja que dejó de ser anónima en segundos, las trágicas muertes de Rob Reiner y Gene Hackman, el juicio a Sean Combs, la ruptura de Los Javis y otros acontecimientos que han marcado los últimos 12 meses

El 2025 de los famosos: rupturas, dramas, bodas, sorpresas...

Cuando uno empieza a repasar y a resumir algo tan largo (o tan corto, según se mire) como un año, es lógico que resuenen más los últimos meses. Por cercanía, lógicamente. Pero es que 2025 está dejando una traca final en asuntos de lo popular que no es para menos empezar por ahí. Si Hollywood ya llevaba un año intensito con incendios (la ciudad ardió a principios de enero), muertes, bodas locas y rupturas imposibles, su cierre se escapa incluso de los guiones más sádicos: el asesinato del querido, queridísimo, director Rob Reiner y de su no menos querida esposa Michele, a manos de su hijo mediano, Nick. Los cadáveres los encontró, en su propia casa, la hija pequeña del matrimonio.

Si en febrero la muerte del actor Gene Hackman y su esposa, Betsy Arakawa, fallecidos con días de diferencia en Nuevo México, fue impactante, la de los Reiner ha conmocionado a Hollywood, y no es un lugar fácilmente conmocionable, precisamente. Pero no es lo único que lo ha hecho este 2025. El testimonio de Casandra Ventura, la valiente Cassie, ante la corte, declarando embarazada de nueve meses cómo Sean Combs, el artista que se hizo llamar Puff Daddy o Diddy, la había pegado, maltratado, pateado, violado, acosado y hecho casi cualquier cosa maligna que pueda pasarle a cualquiera por la cabeza, estremeció al país. El juicio contra Diddy se celebró en Nueva York, pero muchos, de costa a costa de EE UU, pusieron sus barbas a buen remojo. No salieron muchos nombres famosos o poderosos (para eso, léase el caso Epstein que, por ejemplo, ha acabado por borrarle el título de príncipe a Andrés Mountbatten-Windsor), pero hubo sustos por doquier. Además, la sentencia de Diddy fue descafeinada, pero Ventura solo puso la primera piedra. Al ganador de tres Grammy le queda todavía un buen tiempo a la sombra, pero, sobre todo, un montón de denuncias (se cuentan por decenas) que irán tomando su curso.

Si nos seguimos quedando en Hollywood, otra historia que dejó patidifuso al Paseo de la Fama y alrededores es la de Karla Sofía Gascón. La española, tan campechana, tan amable, tan divertida, fue cazada en un traspié. Ella dice que orquestado por la industria o incluso por alguien de más arriba; puede sonar conspiranoide, pero, en realidad, nadie es capaz de rebatirlo ni de encontrar un origen lógico. El caso es que se filtraron montones de tuits de la actriz, que iba enfilada al Oscar por Emilia Pérez, de todo corte y color: machismo, racismo, burlas y, sobre todo, mal gusto. Hollywood le dio la espalda, ella lloró, pataleó y, después, calló. Eso —y unos ataques exacerbados de su director— la ayudaron a redimirse, al menos en parte. No hubo estatuilla, ni siquiera pasó por la alfombra roja, pero tuvo hasta un guiño en la gala por parte de su presentador, Conan O’Brien. Y todo quedó muy políticamente correcto.

El panorama yanqui ha tenido sorpresas, muchas, este año. Muchos de sus famosos, envueltos en misterios que los mortales nunca entenderemos, pero que también le dan jugosidad al asunto. Como cuando viajaron al espacio Katy Perry (volverá a ser citada en este resumen de 2025 un par de veces), la presentadora Gayle King y la empresaria y (desde junio) esposa de Jeff Bezos, Lauren Sánchez. ¿Por qué se metieron en eso? ¿Fue publicidad buena o mala para ellas y las otras tres viajeras espaciales y para Blue Origin? Fueron 11 minutos, pero ¡qué 11 minutos! Darán años de memes. Tampoco dejaremos de mandarlos y recibirlos sobre el tour de prensa de Wicked, con las uñas infinitas de Cynthia Erivo de acá para allá. Quizá nadie sepa nunca cuál es la verdadera relación entre ella y Ariana Grande (¿cariño, fiel amistad, no pueden verse más?), pero la gira ha sido oro puro. Como la bronca de los Beckham con su primogénito: misterio, porque probablemente nunca sepamos qué chispa prendió esa llama, qué ha hecho que la eterna familia perfecta se divida, con padres —los nuevos sir y lady Beckham— y tres hijos versus otro más nuera. Sin olvidarnos tampoco del culebrón Blake Lively-Justin Baldoni y Romper el círculo. Acusaciones mutuas: de la actriz denunciando a su director y coprotagonista por acoso, afirmando que le hablaba de pornografía y relaciones no consentidas con mujeres (entonces no son relaciones, tiene otro nombre), al actor asegurando que Ryan Reynolds y Taylor Swift eran los “dragones” de la intérprete y maniobraban con y por ella.

Cohete Blue Origin Katy Perry

En lo patrio tampoco ha faltado salseo. Qué decir del esperado, pero insólito, retorno de Amaia Montero a la banda que la vio nacer, y de que hayan agotado entradas, pese a que la pregunta ‘¿Amaia o Leire?’ divida más que ‘¿la tortilla, con cebolla o sin cebolla?’. Otro grupo dosmilero que también juega a la separación polémica es el formado por Andy y Lucas. O mejor, el exdúo, porque Andy vuela solo, tras las acusaciones de Lucas de que es un inútil. Pero para rupturas sonadas, la de Los Javis, Javier Ambrosi y Javier Calvo, tan unidos que tenían hasta nombre propio. Una ruptura que sorprendió a media España y conmocionó a los fans de Paquita Salas y de la decoración de interiores.

Pero si hablamos de rupturas, aquí tenemos la más divertida del año, aunque sea la más anónima, o quizá por eso: la que provocó la kisscam de un concierto de Coldplay en Boston. Kristin Cabot y Andy Byron eran entonces la jefa de recursos humanos y el CEO de Astronomer. No tardaron en dejar de serlo. Ellos tampoco estuvieron juntos mucho más, como confirmó la propia Cabot al romper su silencio sobre lo ocurrido este mes de diciembre. Una historia que hace reflexionar sobre cómo la viralidad puede crearse con apenas un segundo y con las personas más anónimas, y también sobre cómo siempre hay que leer los carteles de la entrada de los conciertos.

Precisamente Chris Martin, el líder de Coldplay, es otro de los que ha roto su relación este año, en este caso, con la actriz Dakota Johnson, tras ocho años juntos. Discretos como siempre, nunca se supieron los motivos. Muy al revés que Chiara Ferragni y Fedez, que aunque se separaron en 2024, explotaron en 2025: ella contó las infidelidades del músico desde antes de casarse y calificó su matrimonio de “burla total”.

Nicole Kidman y Keith Urban divorcio

Separada pero liberada (aunque no tanto como con aquel mítico meme tras su divorcio de Tom Cruise, que da igual si fue verdad o no) está también Nicole Kidman, que le ha dicho adiós a Keith Urban tras 20 años de amor, dos hijas y un acuerdo de separación quijotesco. Solo una semana, en cambio, duraron Pamela Anderson y Liam Neeson, pero también hicieron correr ríos de tinta. No fue publicidad, pero tampoco es ya amor. Ríos de letras ha escrito Lily Allen tras su ruptura de David Harbour. West End Girl es una de las grandes obras musicales del año y todo un novelón del fin de un matrimonio cargado de problemas e infidelidades. Katy Perry no lo pasó bien tras su separación de Orlando Bloom. Nunca se casaron, pero tuvieron una hija. Se la vio triste, mohína, incluso en sus conciertos (volverá a este texto de nuevo, ya con final feliz). Ha habido muchos adioses: el de Pep Guardiola con Cristina Serra tras 30 años, el de Lamine Yamal y Nicki Nicole tras un noviazgo fugaz, el de Jessica Alba y Cash Warren, el de Kaia Gerber y Austin Butler...

Jennifer Lopez, en cambio, ha renacido tras la separación el año pasado de Ben Affleck; tanto, que hasta se abrazan y sonríen en público. Ella misma lo contó a este periódico, en una charla al borde de su piscina en su mansión de Beverly Hills: “Es duro cambiar ciertas cosas, pero se puede”. Otro alegre divorciado es Hugh Jackman, que ha firmado su separación con Deborra-Lee Furnes y sale con la actriz teatral Sutton Foster.

El amor también ha estado en el aire este año. Ha habido bodas, muchas, públicas, grandes. Algunas tanto que han tomado ciudades enteras, como la desmesurada celebración de los Bezos que semiprivatizó Venecia durante tres días, para enfado de sus vecinos; en Italia, pero más discreta, se casó también Venus Williams. Otro enlace de poder fue el de Huma Abedin y Alex Soros en los Hamptons, con los Clinton como testigos. El cine vio las bodas de la actriz Kristen Stewart y la guionista Dylan Meyer y la de la exniña Disney Demi Lovato con Jordan Lutes. Y Valladolid se tornó en Hollywood para recibir a los Banderas-Griffith en la boda de estilo gótico de Stella del Carmen, la única hija del felicísimo padre que fue ese fin de semana Antonio Banderas.

Selena Gomez contrajo matrimonio con el productor Benny Blanco en una boda a la que fue su mejor amiga, Taylor Swift. La megaestrella mundial pasará por el altar el año que viene junto al futbolista Travis Kelce, como anunció en una ya célebre frase de Instagram: “Tu profesora de inglés y tu profesor de gimnasia se casan”. También comerán perdices Miley Cyrus, Kelly Osbourne, Dua Lipa, Zendaya y Tom Holland y, quién sabe si, por fin, Georgina Rodríguez y Cristiano Ronaldo. Y quién sabe qué les deparará el año próximo a Katy Perry y a Justin Trudeau, sí, pareja sorpresa del año, la cantante (feliz, de nuevo) y el ex primer ministro de Canadá. Les esperamos para el resumen de 2026.

Pero hay un puñado de estrellas para las que 2025 ha sido la última parada. Este año se han ido muchas, y grandes: Diane Keaton, Robert Redford, Verónica Echegui, Jane Goodall, Giorgio Armani, Mario Vargas Llosa, David Lynch, Val Kilmer, Ozzy Osbourne, Robe, Héctor Alterio, Hulk Hogan, Claudia Cardinale, Marianne Faithful, Michelle Trachtenberg, Alfonso Ussía, Frank Gehry, Julian McMahon, Diane Ladd, Jorge Martínez de Ilegales, Toni Cruz, Richard Chamberlain, Encarnita Polo, Eusebio Poncela, Martin Parr, Michael Madsen, Paquita la del Barrio... Ellos no estarán en el resumen de 2026, pero seguirán por siempre en este, y en muchas vidas.

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Sobre la firma

María Porcel
Es corresponsal en Los Ángeles (California), donde vive en y escribe sobre Hollywood y sus rutilantes estrellas. En Madrid ha coordinado la sección de Gente y Estilo de Vida. Licenciada en Periodismo y Comunicación Audiovisual, Máster de Periodismo UAM-EL PAÍS, lleva más de una década vinculada a Prisa, pasando por Cadena Ser, SModa y ElHuffPost.
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