Tanto si Melody triunfa como si fracasa, el trago del festival pasará mejor con una mesa bien surtida. Aquí tienes platillos fáciles de preparar de 13 países participantes, ninguno genocida
Utilizamos la combinación de especias, ajo, vinagre y aceite del clásico esparragado para que la hortaliza quede muy sabrosa, un poco tostada y guste hasta a los más escépticos
Tienen el sabor pero no la textura del dulce popular navideño y existen muchas variantes de su receta. La nuestra está aromatizada con canela y clavo de olor
Una base de patata, cebolla, tomate, pimiento seco, comino y ajo que admite variaciones casi infinitas en las que puede entrar el pescado, el pimentón o el azafrán, que tradicionalmente se majaba en el mortero
Tomate, ajo, pan y -sorpresa- naranja son los ingredientes principales de un plato tradicional de Málaga, pero que también se toma con distintas fórmulas en otras partes del sur de España
El plato típico de Jaén lo tiene todo para gustar: carne de cerdo tierna, salsa cremosa y un delicioso punto especiado y picante. Que su nombre ligeramente machista no te impida probarlo
Esta versión de la popular sopa fría andaluza es muy típica en la zona del poniente de esta comunidad. Con un manojo de cilantro fresco, agua, vinagre, pan, aceite y ajo tenemos un entrante veraniego diferente al habitual.
Las setas ostra son una buena alternativa a la carne para montarte un bocata por su textura firme. En esta receta las freímos a la andaluza y las metemos en un brioche con lechuga, pepinillos y mayonesa mezclada con sriracha.
Cruzamos el estrecho para disfrutar de la auténtica cocina española de fusión: la ceutí. Las influencias andaluzas, árabes y bereberes se mezclan en uno de sus platos más típicos, el pollo a la moruna con frutos secos y aceitunas.
Un gazpacho clásico, sin nada flotando en su superficie, está para volverse turuleta. Así que imagínate si le añades lechuga, melón, huevo cocido, cebolleta, aceitunas y algún pescado en conserva, como en esta receta.
Unas zanahorias aliñás, unas papas con choco y unas caballas escabechadas le sirven a la autora para esquivar el alejamiento familiar impuesto por la cuarentena. Porque la cocina también puede servir de lazo.
Las dos salsas frías más comunes admiten múltiples variaciones clásicas. Aprende a hacer rouille, remoulade, salsa andaluza o sálsa tártara. Y ya que estás, atrévete con una tibia: la holandesa.
Viene de Huelva, su masa es facilísima y está tan bueno que parece que te lo has currado. Si quieres timar (y alegrar) a tus seres queridos, éste es tu postre