Objetivo Londres: Rioja celebra 100 años de su denominación de origen en la capital del mercado mundial del vino
Los británicos se sitúan entre los mayores consumidores de Europa


A mediados de abril de 1912, la casa londinense importadora de vinos y licores Berry Bros & Rudd, situada frente al palacio de St. James y responsable de educar el paladar de la realeza británica con los mejores vinos del continente europeo (la leyenda dice que su bodega conectaba directamente con las estancias monárquicas), recibió un telegrama. El poderío de la compañía era tal que las noticias internacionales le llegaban antes que a las redacciones de los periódicos de Fleet Street. El trasatlántico Titanic se había hundido en el Atlántico Norte y la situación pintaba muy mal: entre las pérdidas se contaban 69 cajas de vino. La compañía naviera White Star envió a la importadora una carta de disculpas días después.
El Reino Unido, como el resto de países nórdicos, debería tener una relación amorosa monógama con la cerveza. De hecho, el cliché popular —como describieron de modo hilarante Goscinny y Uderzo en Astérix en Bretaña— muestra siempre a los británicos con una pinta rubia y tibia en la mano. La realidad es que este país, y su capital Londres especialmente, es después de Estados Unidos el mercado mundial por excelencia del vino. El destino más codiciado por las bodegas de todo el mundo, incluidas las españolas.
“Hasta ahora, que están haciendo algunos espumosos, nunca habían tenido producción propia. Siempre han salido al mercado exterior a comprar su vino. Para Rioja, como para muchas otras regiones, fue nuestra primera salida. En 2024 enviamos a territorio británico 32 millones de litros”, cuenta Iñigo Tapiador, director de Marketing y Comunicación de la Denominación de Origen Calificada Rioja. “Si hay un solo concepto que un británico puede usar para definir al vino español es Rioja. Es lo primero que les llega a la cabeza”.
La Denominación de Origen Rioja celebra este año su centenario, y tenía claro que la gran fiesta internacional tenía que ser en Londres. Durante todo un fin de semana, el enorme recinto industrial de Hackney Bridge, una antigua fábrica de dulces en el este de la capital británica que hoy es el corazón de un barrio plagado de restaurantes, bares o centros de arte alternativo, ha acogido el Festival del Centenario de Rioja, con clases magistrales, catas, exhibiciones culinarias, música en vivo y decenas de bodegas y etiquetas que han colaborado para celebrar el vino español más conocido en el Reino Unido, junto al Burdeos o el Borgoña.

“Rioja tiene una posición muy buena aquí. La percepción general de nuestro vino es muy positiva. Pero esto tiene un añadido: estamos hablando de un mercado ya muy maduro, y por lo tanto menos abierto a cualquier innovación”, explica Sergio Leza Ruíz, jefe de Ventas de las Bodegas y Viñedos Leza García, que se han lanzado a competir con los populares rosados provenzales con su Nube Rosé, o con La Artesilla, un blanco de viñedo singular de la variedad de viura que se atreve a competir contra los chardonnays y los Sauvignon Blanc que inundan las neveras de los supermercados británicos. “Creo que podemos aspirar a competir con los principales operadores del mundo. Hace tres o cuatro años hubo un estudio que situó Rioja entre las tres marcas más conocidas de los consumidores británicos”.
El mercado del vino movió en el Reino Unido 17.000 millones de euros en 2024. El consumo de litros anuales por habitante está al nivel de Francia, Alemania o España, pero el apetito por vinos caros, sofisticados y exclusivos se ha disparado en una ciudad como Londres, que sigue siendo el imán que atrae a multimillonarios de todo el mundo.
“Rioja es una de las pocas regiones vinícolas del mundo capaz de producir prácticamente cualquier tipo de vino que te venga a la cabeza, desde blancos a rosados, con viñedos singulares que ofrecen desde una garnacha suave al cuerpo rotundo de la uva tempranillo”, enumera Ignacio López, el director de enología de Bodegas Campo Viejo. Su marca es la historia de éxito de un vino español en el Reino Unido. “Entra en cualquier tienda de conveniencia de las que están abiertas a todas horas en esta ciudad, vete a la estantería de los vinos, y siempre habrá allí un Campo Viejo”, reconoce con admiración el responsable de una bodega rival.
“Rioja está situado en una zona maravillosa del norte de España, que comparte la influencia del Cantábrico y del Mediterráneo. Frente al cambio climático, todavía vamos a tener la oportunidad de producir unos vinos excelentes. Creo que no hemos demostrado siquiera ni la mitad de nuestro potencial”, explica López al final de una cata ofrecida por varias bodegas en el festival de Hackney Bridge.
Frente a la legión de expertos, críticos o consumidores de elevado nivel, que conocen y admiran la mayoría de las grandes bodegas de Rioja, hay un público británico que simplemente se entrega al vino cada fin de semana con una pasión alocada. Este corresponsal todavía se asombra, al caminar temprano en una mañana de domingo por cualquier barrio londinense y contemplar la cantidad de botellas vacías amontonadas en los cubos de reciclaje. “Hay mucha gente por ahí que lo único que sabe del vino es que viene en botellas de tres cuartos de litro y sirve para emborracharse”, dice con ironía Mike Turner, director de la importadora Feel Good Grapes y experto enamorado de Rioja. “Sé que suena muy mal lo que digo, pero a lo que me refiero es que todas esas personas quizá no sepan si Rioja es una región o una uva, pero conocen perfectamente el nombre. Hay regiones vinícolas por todo el mundo que matarían por un reconocimiento de marca tan poderoso”, señala.
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