Una llamada antes del crimen, un sobre con dinero y una deuda millonaria: las claves del asesinato por encargo del ‘rey del barrio Meiggs’
La Fiscalía ha imputado a Wilson Verdugo, dueño de dos restaurantes y tres carnicerías, la autoría intelectual del homicidio de José Felipe Reyes, quien era un prestamista informal en Chile
A poco más de un mes del asesinato de José Felipe Reyes Ossa —conocido como el rey del barrio Meiggs, un sector comercial de Santiago—, la Fiscalía ha formalizado como presunto autor intelectual del crimen a Wilson Carol del Carmen Verdugo Díaz, un empresario hípico y gastronómico de la capital de Chile. Reyes, quien se dedicaba a los préstamos informales, fue acribillado el 19 de junio por tres sicarios venezolanos a la salida del edificio donde vivía, en la comuna de Ñuñoa, en el sector oriente de Santiago. Según los antecedentes del caso, ambos hombres mantenían una relación de amistad, aunque Verdugo arrastraba una millonaria deuda con la víctima.
El crimen ha impactado a Chile, que atraviesa por una crisis de inseguridad tras la irrupción de una nueva delincuencia transnacional, que ha implicado que se cometan delitos que para el país sudamericano no eran comunes: sicariatos, secuestros extorsivos, extorsiones a comerciantes y homicidios más violentos cometidos en las calles con armas de fuego y con disparos de hasta 100 balas de una vez. Además, la inexplicable liberación el 10 de julio de uno de los tres sicarios, que fueron detenidos como autores materiales del asesinato de Reyes, ha provocado un escándalo. Todavía se investiga si fue por un error o no en las comunicaciones entre el Poder Judicial y la Gendarmería, el servicio de prisiones chileno. Se suma a que se le identificó preliminarmente con otro nombre, una situación de la que las autoridades se percataron cuando ya había huido por la frontera hacia Perú.
Wilson Verdugo, dueño dos restaurantes —llamados La Vaquita Sabrosa— y tres carnicerías en Santiago, fue detenido en su domicilio en Providencia el miércoles, cerca de las 13:30 horas, por Carabineros y este jueves fue sentado frente al juez Iván Olavarría, quien dirigió la audiencia de formalización que duró unas cuatro horas y en la que los fiscales de la zona metropolitana oriente, Miguel Ángel Orellana y Marcelo Vargas, detallaron cómo se habría ordenado el crimen.
EL PAÍS entrega las claves del caso, de acuerdo con el relato del Ministerio Público, que contó con el testimonio clave de uno de los sicarios.
Una llamada sospechosa
La última llamada telefónica, que fue a través de WhatsApp que realizó José Felipe Reyes dos minutos antes de ser asesinado, fue a Wilson Verdugo Díaz, una situación que el juez consideró como “sospechosa”.
El homicidio de Reyes ocurrió poco después del mediodía del 19 de junio, cuando salía de su departamento junto a un amigo. Fueron interceptados por tres jóvenes, quienes simularon un asalto después de esperar frente a su edificio en un vehículo marca Chevrolet, modelo Spark, patente CUVRZ43. Ante ello, el rey del barrio Meiggs lanzó su móvil bajo un auto, al parecer creyendo evitar su robo. Tras el crimen, Carabineros lo encontró e incautó como evidencia y, al revisar el registro de llamadas, fue hallado el número de Verdugo.
Poco antes, cerca de las 11:30 horas de la mañana, Verdugo había llamado a Reyes: hablaron 18 segundos.
Cartuchos y teléfonos
A Verdugo se le incautaron seis cartuchos de balas de armas de fuego de calibre 38, cinco de ellos pertenecientes a la marca Winchester. “Los tenía en su poder sin tener la autorización correspondiente”, dijo uno de los fiscales en la audiencia.
También fue mencionado que tenía seis teléfonos celulares, de los cuales tres se le encontraron cuando fue capturado y el resto en otro procedimiento policial el mismo miércoles. Tenía una tarjeta telefónica que introdujo en unos cinco móviles distintos entre el 1 de mayo y 23 de junio, según la investigación.
Un sobre con dinero
Reyes se dedicaba a realizar préstamos informales a diversas personas. Una de ellas era Verdugo, quien sostenía sus negocios con base en los dineros que le entregaba el rey del barrio Meiggs. Semanalmente, debía devolverle 9 millones de pesos.
El día del crimen, relató la Fiscalía, Wilson llegó a las 08:15 horas de la mañana hasta el edificio donde vivía Reyes, en Ñuñoa, y dejó en la conserjería un sobre que contenía el pago semanal.
Cuando Reyes llegó al edificio, subió a su departamento, dejó más de 8 millones de pesos (cerca de 8.600 dólares) allí y bajó con el resto. Fue en la salida del edificio cuando fue abordado por los sicarios, que no se llevaron los más de 825 mil pesos (unos 866 dólares) que llevaba consigo. Ese hecho levantó rápidamente las sospechas de que no se trataba de un verdadero asalto.
Un desconocido intermediario
Por el crimen de Reyes hay hasta ahora cuatro imputados, los tres sicarios y Verdugo. Sin embargo, de acuerdo con el testimonio que entregó a los fiscales Yonder Emilio Blanco Véliz, uno de los tres detenidos por el homicidio -un ciudadano venezolano de 24 años en situación migratoria irregular- el chileno Verdugo habría mantenido contacto el día crimen con un intermediario, también de nacionalidad venezolana. Este hombre no ha sido capturado y podría ser quien contrató a los sicarios.
Este intermediario habría entregado a los sicarios una fotografía de Reyes, los datos de su vehículo y la dirección de su domicilio. Les pidió que le roben y asesinen. También les indicó la hora exacta en que la víctima ingresaría y saldría de su departamento el pasado 19 de junio, señaló la Fiscalía.

El cuaderno de las cuentas
La viuda de Reyes, quien acudió a la audiencia de formalización de Verdugo, tenía un cuaderno con el listado de personas que le adeudaba dinero a su marido, el que hoy está en manos de la Fiscalía.
En el cuaderno, según la viuda, Verdugo aparecía con una deuda de 1.034 millones de pesos (un millón de dólares) y también de 82.000 dólares. Sin embargo, en la versión del dueño de La Vaquita Sabrosa, solo era acreedor de 30.000.000 de pesos (31.500 dólares), pues ya había saldado las cuentas con Reyes.
De acuerdo con los fiscales, Verdugo y su esposa además mantienen una deuda por más de 1.000 millones de pesos en el sistema financiero formal chileno. Según el juez, el imputado tenía una precaria situación financiera: “El móvil económico se encuentra suficientemente establecido”.
La teoría de Verdugo
La viuda también reveló a los fiscales que después del asesinato se reunió con Wilson Verdugo para hablar, precisamente, de la deuda. Incluso, ambos estuvieron en la escena del crimen, frente al departamento en Ñuñoa. Allí el comerciante gastronómico intentó inculpar del asesinato a un empresario colombiano, que tiene una productora de espectáculos en Chile. Fue una versión que Verdugo también esparció en su entorno, basándose en que la amistad entre el productor de eventos y Reyes, quien también le prestaba dinero, se había quebrado en 2023.
Wilson Verdugo, de 56 años, quien tenía antecedentes por dos giros dolosos de cheques en 1997 y una indagatoria abierta por fraude desde 2023, fue dejado en prisión preventiva. Es imputado por los delitos de homicidio calificado y porte ilegal de municiones.
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