La esperanza de vida laboral en España ya es de 36 años y medio, seis más que a principios de siglo
Los neerlandeses trabajan 43,8 años y los rumanos 32,7. Se mantiene una profunda brecha de género en casi todos los países europeos


36 años y medio trabajando. Ese es el porvenir promedio que un español tiene ante sí al incorporarse al mercado laboral, según las proyecciones que Eurostat difundió la semana pasada. La oficina estadística europea publicó su estudio sobre la esperanza de vida laboral de los distintos países y con datos de 2024 España se sitúa en 36 años y medio. Supone un incremento respecto al año anterior (36,3) y consolida la tendencia de los últimos ejercicios, en los que esta variable viene creciendo. Ya es casi seis años superior al primer registro disponible, los 30,9 años de España en el año 2000. El ascenso se da en un contexto de alargamiento de las vidas laborales, que, además, no se circunscribe solo a España.
El promedio de la Unión Europea también crece respecto al anterior registro y pasa de 37 años a 37,2. La media comunitaria supera a la española desde 2016, cuando empezó la recuperación de la economía tras el golpe de la Gran Recesión. Entre 2006 y 2015 el dato español estuvo ligeramente por encima del europeo.
La tónica general en el resto de países europeos también es de incremento en los últimos años, con contadas excepciones como Italia, donde la esperanza de vida laboral retrocede ligeramente.
Cuestionado sobre la evolución del dato en España, el Ministerio de Seguridad Social apunta que sus últimas reformas “han tratado, mediante incentivos, de ofrecer a los trabajadores más opciones y mayor flexibilidad a la hora de transitar del trabajo a la jubilación, así como diversos incentivos para alargarla, siempre desde la voluntariedad”.
El departamento de Elma Saiz considera que “estas medidas están teniendo muy buena acogida”, y apuntala esta percepción con algunos datos: el 11,4% de las nuevas altas de jubilación son demoradas y no han parado de crecer; antes de la reforma estaban en el entorno del 5%. “Además, las jubilaciones anticipadas se han reducido considerablemente, así como el tiempo de anticipo”, añade el ministerio.
“Ahora se encuentran en audiencia pública la jubila reversible, precisamente, que busca mejorar las condiciones de quienes se han jubilado y, pasado un tiempo, quieren reincorporarse al mercado laboral”, finaliza el departamento de Elma Saiz.
Otro elemento clave para entender el aumento de la esperanza de vida laboral en los últimos años es la reforma socialista de pensiones de 2011,que elevó la edad de acceso al retiro a aquellos que no hayan cotizado suficiente en un camino progresivo hasta los 67 años en 2027. Ahora se sitúa en los 66 años y ocho meses.
43,8 años en Países Bajos, 32,7 en Rumanía
La esperanza de vida laboral mide el número estimado de años que una persona, a partir de los 15 años de edad, se espera que permanezca en la población activa a lo largo de su vida. Según detalla Eurostat, se calcula utilizando la esperanza de vida y la proporción de personas empleadas y desempleadas en la población para cada grupo de edad. Empieza a contar desde los 15 años porque, a diferencia de España y su mínimo de 16, en algunos países europeos se puede empezar a trabajar un año antes.
Así, en este registro no solo influyen las políticas de retiro, también afectan decisivamente la salud laboral del país y la participación de los ciudadanos de más edad en el mercado de trabajo. De ahí que los países del norte de Europa, con tasas bajas de desempleo (por lo general) y una mayor participación de sus veteranos en el mercado de trabajo —solo uno de cada 20 recién jubilados españoles trabaja, menos de la mitad que la media europea—, notifiquen una esperanza de vida laboral superior a los del sur.
Los países de la Unión Europea con registros más altos son Países Bajos (43,8), Suecia (43), Dinamarca (42,5), Estonia (41,4) y Noruega (41,2). Se encuentra muy cerca el país más poblado del continente, Alemania (40), y también se sitúa en las posiciones superiores Portugal (39,3). Francia (37,2) empata con el promedio europeo, ligeramente por encima de España (36,5). Las cifras más bajas son las de Bulgaria (34,8), Grecia (34,8), Croacia (34,8), Italia (32,8) y Rumania (32,7).
Como en tantos otros registros económicos, en la esperanza de vida laboral se aprecia una profunda brecha de género. La carrera promedio de las mujeres es más corta que la de los hombres: en España la de ellos dura 38,3 años y la de ellas 34,6. La diferencia también es importante en el promedio europeo, con 39,2 de vida laboral ellos y 35 ellas. Las estadísticas siguen mostrando una diferencia profunda en los cuidados, a los que ellas siguen dedicando más tiempo, lo que conduce a carreras laborales más intermitentes.
Destaca la diferencia a favor de los hombres en Italia (37,2 ellos, 28,2 ellas), Grecia (38,2 ellos, 31,1 ellas) o Malta (42,3 ellos, 35,4 ellas). El caso contrario se da en las repúblicas bálticas (Letonia, Lituania y Estonia), donde ellas tienen carreras laborales ligeramente más largas que los hombres.
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