Una asociación de memoria histórica acusa a la Comunidad de Madrid de “blanquear” el franquismo en una exposición fotográfica
La muestra ‘Madrid Icono Pop 1964-1979′ cuenta con una selección de piezas de esa época que es “fuente de inspiración constante”, sin mencionar nunca que fueron los años de la dictadura franquista


Una exposición de fotografía, cine y moda, abierta por estos días en Madrid, recuerda a la ciudad capital como un “icono de la cultura pop” en las décadas de 1960 y 1970, y a las que hoy no pocos guardan nostalgia. “Una época que ha sido, y continúa siendo, fuente de inspiración constante”, dice el dosier de prensa de la Dirección General de Patrimonio Cultural y Oficina del Español, el organismo vinculado con el Gobierno de la Comunidad de Madrid que ha organizado la muestra. Pero en ningún sitio de la sala se hace una alusión a que esos fueron años del franquismo, los últimos hasta la muerte de Franco y los que le siguieron de transición a la democracia.
La Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH) ha enviado una carta al Gobierno regional denunciando este intento de “blanqueo” del franquismo y pidiendo que se acabe con “la operación de negacionismo” de la dictadura que consideran que se evidencia en Madrid Icono Pop 1964-1979, la exposición inaugurada el pasado 24 de junio en el centro cultural El Águila, en el distrito Arganzuela. Una portavoz de la Consejería de Cultura, Turismo y Deporte responde escuetamente a este periódico que la exhibición “tiene un comisariado que respetamos escrupulosamente, ya que defendemos la libertad de expresión y de decisión artística”.
El documento de prensa dice sobre la exposición que “no solo recorre los estilos y tendencias de esas décadas, desde los estampados ópticos y diseños en colores vivos hasta la influencia del movimiento hippie, sino que se asoma al fotoperiodismo, el cine y la televisión, como retratos sociales de una España que buscaba en la moda un modo de expresión social y cultural”. Las protagonistas de la muestra son las fotografías del artista italiano Gianni Ferrari (Milán, 1934). Desde Audrey Hepburn de compras por Madrid, Lola Flores regañando a su hija Lolita en su casa de la calle María de Molina o Marisol mostrando su armario de trajes, hasta las actrices Claudia Cardinale y Brigitte Bardot durante el rodaje de la película Las petroleras (1971) cerca de Colmenar Viejo, aparecen en esas imágenes ―casi todas de celebridades femeninas― que hablan de una ciudad llena de arte y modernidad.







“Están retratando la vida de una clase social alta, de artistas, pero esa no era la realidad de la sociedad”, acota Emilio Silva, presidente de la ARMH. “Era una época en la que había españoles que no podían pisar su país, homosexuales que no tenían ningún derecho, miles de presos políticos y mujeres que eran consideradas menores de edad durante toda su vida”, critica.
En el dosier también se lee que los años sesenta, además de “la década del cambio, de los derechos civiles en Estados Unidos, de la llegada del hombre a la luna o de la utopía hippie, también fue la década del pop”. Y, como única referencia al contexto de la dictadura, continúa: “El pop, en principio universo ajeno y más propio de países con democracia, también llegó a Madrid calando en una juventud, cuya rebeldía y ansias de libertad, quería romper con lo establecido”. La portavoz de Cultura asegura, además, que en el catálogo de la exposición aparece un texto dedicado al contexto político, donde sí se menciona lo que sucedía en esta época.
En la carta que envió la ARMH a la comunidad, y a la que ha tenido acceso este diario, se quejan también de los miles de personas que vivieron en el exilio, las que fueron torturadas y asesinadas por la dictadura, de los sindicalistas que eran reprimidos con violencia por su ideología contraria al régimen. “A esa época de terrible realidad, sin democracia, la define el dosier de prensa de la exposición como ‘el espíritu pop de una época que ha sido, y continúa siendo, fuente de inspiración constante’. Es un blanqueamiento de la dictadura y un acto de negacionismo cultural que trata de ocultar el terrible sufrimiento que padecieron millones de personas en esos años y esconder la realidad de esa época”, argumentan a través de la carta, que enviaron el 5 de julio, pero que aún no ha recibido respuesta.
Silva aclara que la asociación en ningún momento pone en tela de juicio la calidad artística de las imágenes, ni de ninguna otra pieza cinematográfica o de moda expuestas, ni el trabajo del fotógrafo. “Esas fotos son historia de España, el problema es hablar de forma genérica de una época que tiene poco de inspiradora”, anota el presidente de la asociación, cuyos propios tíos se exiliaron en Venezuela a causa de la represión franquista.
La portavoz de la Consejería de Cultura regional señala: “Este gobierno no censura, como sí lo hace habitualmente el Gobierno central, por medio del Ministerio de Cultura, o los ayuntamientos del PSOE, que cancelan a artistas por criticar a Pedro Sánchez”. Esto último hace referencia a la cancelación de un concierto en un municipio gallego gobernado por los socialistas debido a las declaraciones de uno de los músicos de la banda Mago de Oz, relacionadas con el caso Koldo. Recientemente, añade la portavoz, Madrid Icono Pop convivió con una exposición de fotoperiodismo de Marisa Florez, finalizada este 20 de julio, que abarcaba el contexto social y político español entre 1970 y 2020.
En una ocasión anterior, según Silva, la asociación pidió a la Comunidad de Madrid que modificara otra exposición dedicada al campo de concentración nazi de Auschwitz, en la que apenas se hacía mención de que allí estuvieron internados y fallecieron varios españoles, a pesar de no haber ocurrido en la medida de otros, como el de Mauthausen. “En aquel momento hicieron una rectificación, un pequeño párrafo que pusieron en una pared escondida que había que ir a buscarla, pero al menos lo hicieron”, cuenta.
La administración aclara que sí responderá a la carta, aunque no detalla si tomarán alguna medida correctora, pero recalcan su posición en defensa de “la libertad de expresión”. No es la primera vez que la Comunidad de Madrid se opone a reconocer lo que significó en realidad el franquismo. Desde el año pasado, el gobierno de Isabel Díaz Ayuso mantiene un pulso con el Gobierno central en el Tribunal Constitucional para evitar que la Real Casa de Correos, sede del Gobierno autonómico, sea recordada como lugar de memoria histórica, por uso en el pasado como Dirección General de Seguridad franquista.
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