El PSC acude al comité federal con la voluntad de cerrar filas con Pedro Sánchez
Tras el nombramiento de Montserrat Minguez, los socialistas catalanes quieren apuntalar al secretario general a quien han ligado su suerte


El PSC acude al comité federal del PSOE de este sábado con el ánimo de reforzar y de apuntalar todo lo posible a Pedro Sánchez y a respaldar todas las decisiones que anuncie en el cónclave empezando por el nombramiento de la leridana Montserrat Mínguez como portavoz del PSOE. La designación de una diputada del PSC en un puesto tan relevante evidencia el momento de idílicas relaciones entre las dos organizaciones, muy distintas a las de otros tiempo. El president Salvador Illa se ha convertido de hecho en el principal aliado de Sánchez y en el que ostenta mayor poder institucional. Y algo más: sus mandatos son en buena parte vasos comunicantes que han ligado su suerte.
Tras la marea azul en las autonómicas, el poder territorial de los socialistas se limita a Asturias, a Navarra, donde el partido no pasa su mejor momento, y a Cataluña, que aportó 19 escaños y fue clave para que Sánchez revalidara la presidencia en 2023. Desde que estalló la crisis, Illa ha recordado que el PSC y el PSOE son partidos distintos de la misma forma que ha añadido que pertenecen a la misma familia y que viven con dolor lo sucedido. Tras la reunión por sorpresa en La Moncloa, Illa dijo en un mitin el pasado día 29 refiriéndose a Pedro Sánchez: “Tienes todo mi apoyo y el del PSC”. Una veintena de cargos, empezando por Illa, el alcalde de Barcelona Jaume Collboni y la vicesecretaria Lluïsa Moret, acudirán al comité.
Convertido en el bastión de Pedro Sánchez, el PSC muestra día si y dia también su alineación con el. “Vamos con la voluntad de sumar y fortalecer el proyecto del socialismo catalán y español y evidentemente para dar apoyo al secretario general y sus decisiones”, afirmó Moret. En el Parlament, Illa reflejó esa comunión respondiendo irritado a David Cid, de los comunes, que pidió más medidas en vivienda: “Eso se defiende también en la cumbre de la OTAN con un no a un 5% al gasto de defensa porque esos fondos no irían a las políticas de bienestar. De los que había solo uno defendió esa posición y todos conocemos el nombre: Pedro Sánchez”. O cuando subrayó que Cerdán entró en prisión sin militar ya en el PSOE. “Sí, ya pueden reir”, espetó a la irónica carcajada de la bancada de la derecha. “Fue una reacción contundente. No todos lo pueden decir”.

Pedro Sánchez fraguó su liderazgo entre la militancia del PSC desde que se plantó y dijo que no a Rajoy con el famoso “no es no”. La militancia se volcó con él en aquellas primarias. Desde entonces, al menos hay cinco grupos de WhatsApp de afiliados que continúan. Uno de ellos se llamaba Catalunya con Pedro. Con la llegada de Illa, el nombre del grupo cambió y pasó a ser Cataluña con Illa y con Pedro. “El nombre de Pedro se mantuvo”, afirma un militante como muestra del ascendente que tiene entre las bases. A la conmoción inicial por el caso Cerdán -“Los grupos de whats se quedaron mudos”-, ha venido, añade, una reacción de pedir medidas anticorrupción y el convencimiento de resistir ante los ataques de la derecha.
Con la aprobación de los indultos y ahora de la amnistía, los socialistas catalanes consideran que las políticas de Pedro Sánchez han sido vitales para superar lo que fue para ellos la larga travesía del procés y recuperar la hegemonía. “Tenemos que ir a ayudar”, afirma un veterano dirigente socialista que remarca la complejidad del reto que tiene Sánchez. Frente a esa debilidad, el PSC gobierna casi en todas partes (menos en Girona) pero con debilidad porque depende de sus socios. Illa firmó sendos acuerdos de investidura con ERC y los comunes que, en el primer caso, dependen de La Moncloa.
El traspaso de Rodalies está en marcha y el día 14 se celebra la comisión bilateral para aterrizar el modelo de financiación singular que permitirá a la Generalitat recaudar todos los impuestos, empezando por el IRPF. Un eventual caída del Gobierno proyectaría una onda expansiva a la plaza de Sant Jaume y dejaría, en el mejor de los casos, en el aire, todos esos pactos. Y en el PSC no dudan de que pasarían a mejor vida con un Ejecutivo del PP y de Vox.
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