Seis museos para sumergirse en el pasado de Asturias: de la casa del Marqués de Sargadelos al archivo histórico de Hunosa
En la montaña astur pervivieron tradiciones, oficios y sectores desaparecidos en otros lugares. A continuación, varias galerías que los recuerdan: desde teitos celtas hasta trenes mineros, pasando por el fenómeno indiano


En la montaña astur pervivieron, hasta hace bien poco, tradiciones, oficios y sectores industriales desaparecidos hace décadas en otros lugares. Quizá por eso, el Principado de Asturias tiene tantos museos etnográficos e históricos que recuerdan su pasado, desde teitos celtas a trenes mineros, pasando por el fenómeno indiano. Estos son seis que no te puedes perder.
1. Museo Casa Natal Marqués de Sargadelos (Ferreirela de Baxo)
Ferreirela de Baxo es una pequeña aldea dependiente de Santa Eulalia de Oscos. Un lugar aún bastante remoto al que merece la pena llegar para visitar el Museo Casa Natal Marqués de Sargadelos. El fundador de la celebérrima fábrica de cerámicas que lleva su nombre nació en esta humilde casa de labranza en 1749. Se llamaba Antonio Raimundo Ibáñez Gastón de Isaba y no nació ni rico, ni marqués (en realidad, nunca llegó formalmente a serlo.
El título se le concedió de forma póstuma). Su padre era un humilde escribano que vivía en esta casa de labranza de tipo medio-bajo, en esta remota comarca de los Oscos. Hijo único, pasó sus primeros años trabajando en la explotación agropecuaria familiar y ayudando a su padre hasta que, con 20 años, se fue Ribadeo. Allí hizo fortuna, creó la Real Compañía Marítima, gestionó minas y fundó a las afueras de este pueblo costero lucense la fábrica de Sargadelos, donde se hacía cerámica pero también armas. Ibáñez fue un hombre ilustrado y avanzado, que trajo las primeras ideas del capitalismo productivo.

La ahora casa-museo se ha restaurado por completo y conserva muebles originales del siglo XVIII que usó la familia Ibáñez. Es una típica vivienda de los Oscos construida en piedra y pizarra que fue ampliándose con los años según las necesidades familiares. La casa se completa con la fragua y la bodega, ubicadas en el corral.
2. Museo etnográfico “Pepe El Ferreiro” (Grandas de Salime)
Tras la construcción del embalse de Grandas sobre el río Navia en 1956, Salime, la capital del concejo homónimo, quedó sumergida bajo las aguas y la capitalidad se trasladó a Grandas de Salime. Esta era una villa también antigua y de dilatada historia, crecida al amparo de la colegiata de San Salvador, un centro monástico documentado ya en 1186, y actual parroquia. La instalación más popular de Grandas, y una de las más visitadas de Asturias, es el museo etnográfico, obra personal de un personaje irrepetible, José Navieras, más conocido como “Pepe el Ferreiro”, el último herrero del pueblo, cuyo amor a la cultura popular le llevó a reunir a lo largo de toda una vida varios miles de objetos de todo tipo relacionados con las artes, los oficios, las fiestas y los quehaceres diario de los pueblos del norte peninsular.

El museo, de obligada visita si se está en el concejo, reproduce con pasmosa fidelidad diversos ambientes: una casa popular asturiana, una herrería, una tienda-bar clásica, un taller de carpintería, un telar, un molino, una fábrica de orujo... Todo con materiales y útiles originales. Uno de los mejores museos etnográficos que visitado en mi vida.
3. Ecomuseo de Somiedo
Somiedo es la porción más aislada, pura y agreste de la montaña astur. Un territorio fronterizo con León, alejado de las principales rutas comerciales, mal comunicado secularmente y que aún hoy tiene la menor densidad de población del Principado de Asturias. Por eso las tradiciones y oficios de la montaña se conservaron allí con más intensidad que en otros lugares. Para que no se perdiera ese patrimonio, el concejo creó el ecomuseo de Somiedo, una gran muestra etnográfica repartida por varias aldeas.

En Veigas, en el valle de Saliencia, está La Casa. La forman tres teitos, que fueron el elemento arquitectónico más característico de la montaña de Somiedo, en cuyo interior se muestra el mobiliario y el estilo de vida de un hogar tradicional del valle. Sus paredes son de piedra y el techo se hace con un entramado de cabrios (palos de madera alargados) rematado por una cubierta de escoba negra, un arbusto leñoso perenne muy común en la zona. Cada año hay que teitar (reponer la capa de escoba) una parte del techo. Los teitos de Veigas no son reconstrucciones idealizadas de un estilo constructivo y de vida que ya ha desaparecido. Si no que son de verdad, con más de cien años de antigüedad y que estuvieron en uso hasta hace poco tiempo. Actualmente, quedan 300 teitos censados, 220 de ellos en buen estado y protegidos por la ley.
Las otras dos sedes del ecomuseo están en Caunedo, donde se recogen los diferentes oficios populares que fueron el alma de la economía somedana y que hoy se han perdido: vaqueiros, filanderas, ferreiros, carpinteiros, goxeiros, madreñeiros… Y, en la capital, Pola de Somiedo, está la delegación dedicada a los antiguos trabajos agrícolas, los sistemas de transporte, la caza y la pesca.
4. Museo de la Emigración. Fundación Archivo de Indianos (Colombres)
La palabra indiano es de suma importancia en la cultura y la historia asturiana. Aquellos paisanos emigrados a América con una mano delante y otra detrás y que, al cabo de años, volvieron enriquecidos y cambiaron la fisonomía de sus aldeas natales construyendo enormes mansiones y obras de caridad de un estilo muy concreto. Y Colombres es uno de los pueblos de Asturias con mayor concentración de arquitectura indiana.

En una de sus hermosas mansiones, la Quinta Guadalupe, cuya fachada azul destaca sobre el resto, se instaló en 1987 el Archivo de Indianos, un museo y centro de investigación sobre la emigración asturiana a América en los siglos XIX y XX. La quinta fue construida por el indiano Íñigo Noriega Laso, un vecino de Colombres que amasó una de las mayores fortunas de México a finales del siglo XIX. Su idea era cedérsela al dictador mexicano Porfirio Díaz para que se instalara en ella cuando fue derrocado, pero el prócer americano nunca llegó a venir a Colombres. Esta mansión refleja como pocas el lujo y la magnificencia que aquellos vecinos enriquecidos al otro lado del Atlántico trajeron a sus pueblos de origen.
5. Museo del Ferrocarril de Asturias (Gijón)
Si te gustan los trenes, no puedes perderte este museo, ubicado en la antigua estación del norte de Gijón, que dejó de usarse en 1990. Es uno de los más importantes de España y tiene una de las mayores colecciones de su género: 140 unidades entre vagones y locomotoras. El museo alberga verdaderas joyas, como un vagón construido en París en 1904, todo en caoba, terciopelo y materiales nobles, que solía usar Alfonso XIII. O una locomotora de vapor alemana del tipo 030, construida en 1881. Una gemela a ella inauguró en 1884 el tramo ferroviario por el puerto de Pajares. Pero lo que hace diferente a este museo es que es interactivo. Todo lo que ves, funciona: absolutamente todas las locomotoras y muchos de los vagones son visitables por dentro.

El ferrocarril fue fundamental en el desarrollo de la industria minera y siderúrgica de Asturias, de ahí el elevado número de piezas que aún se conservan y la calidad del fondo documental que atesora sus fondos, con todo tipo de documentos y objetos relacionados con esta actividad industrial. El museo del Ferrocarril de Asturias organiza muchas exposiciones temporales en trono al mundo del tren.
6. Archivo histórico de Hunosa (Langreo)
Posiblemente, sea el museo más desconocido de Asturias y, sin embargo, aloja uno de los fondos documentales más importantes de la historia económica del Principado: los de la empresa estatal Hunosa, que a partir de 1967 reunió bajo el paraguas del Estado a todas las pequeñas empresas mineras que habían ido creciendo al albur del boom de la minería a finales del siglo XIX y principios del XX, la mayoría de las cuales estaba en la ruina.

Hunosa fue la empresa más importante de Asturias. A finales de los años sesenta y principios de los setenta, llegó a tener más de 26.800 trabajadores, sin incluir subcontrataciones. El archivo histórico de Hunosa está en el Pozo Fondón, en Langreo, y organiza visitas guiadas por si quieres conocerlo. En él se conservan 27 fondos de otras tantas empresas agrupadas dentro Hunosa, con todo tipo de documentos: desde los planos de los pozos, informes técnicos de todo tipo de maquinaria pesada, las nóminas de los mineros, correspondencia, servicios médicos o cartas fundacionales, alguna de la época de Isabel II, y miles de fotografías históricas. Objetos que revelan cómo era la vida en las cuencas mineras y en sus pozos y cómo era la vida cotidiana de sus trabajadores.
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