Las farmacéuticas se enfrentan a nuevas incógnitas ante unos aranceles sin resolver para el sector
Trump señaló que el acuerdo no incluye los medicamentos y abre la puerta a unas tarifas exportadoras más altas para estos productos


La industria farmacéutica sigue enfrentándose a nuevas incertidumbres generadas por la pugna arancelaria entre Estados Unidos y el resto de territorios, especialmente la Unión Europea. Este domingo, tras un encuentro entre el presidente estadounidense, Donald Trump, y la responsable de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, la UE aceptó un arancel del 15% general para sus exportaciones a EE UU. Pero quedó abierta la duda sobre los productos farmacéuticos.
Trump señaló que el acuerdo no incluye los medicamentos, un punto polémico en las negociaciones entre ambas partes, que parece indicar que estos productos pasarán a estar sujetos a un arancel más alto. Por el contrario, Von der Leyen afirmó que la UE había acordado un arancel del 15% para los productos farmacéuticos. No obstante, añadió que cualquier decisión posterior del presidente de Estados Unidos será para otro momento.
En este sentido, en EE UU el proceso no está cerrado. De hecho, su Administración ha puesto en marcha investigaciones para determinar si la importación de ciertos productos, como productos farmacéuticos y semiconductores, representa una amenaza para la seguridad nacional del país. De ser así, podría dar lugar a la implantación de aranceles específicos para esos sectores.
Algunas patronales ya se han posicionado. La asociación alemana de la industria farmacéutica VFA señaló que el acuerdo comercial entre EE UU y la UE representa un revés para el aprovisionamiento global de productos de salud para Europa así como para su posicionamiento como hub de innovación desde la perspectiva de investigación de las empresas farmacéuticas. “Este acuerdo rompe los fundamentales del comercio transatlántico, socava las normas de la Organización Mundial del Comercio (OMC) y pone fin al logro del libre comercio de medicamentos”, señaló su presidente Han Steutel, según recoge Reuters.
En España, la industria está analizando el posible impacto. En mayo pasado, Farmaindustria advirtió de que imponer aranceles a los medicamentos tendría una repercusión en un sector económico estratégico para España y Europa, además de en los sistemas sanitarios de los países. Según los datos de la Federación Europea de la Industria Farmacéutica, la imposición de aranceles del 25% para los medicamentos incrementaría en 30.000 millones de euros los costes de producción en Europa. Al mismo tiempo, advirtió de que sería un aumento del coste que la industria no puede repercutir en el precio de los productos farmacéuticos, porque están regulados. La patronal señaló que estos posibles aranceles pondrían en riesgo más de 100.000 millones de euros de inversión en los próximos cuatro años en la UE, de los que una buena parte de ellos están dedicados a la I+D, que es fundamental “para seguir avanzando en tratamientos que mejoren la salud de las personas”.
De todas formas, a la espera de la clarificación de los posibles aranceles para el sector, las grandes farmacéuticas europeas registran alzas en un día de subidas en el conjunto de las Bolsas del Viejo Continente. Pasado el mediodía, GSK sube un 1,1%, por un 1,3% de Novartis, un 1,8% de Roche, un 0,7% de AstraZeneca o un 0,3% de Novo Nordisk, entre otras.
Entre las españolas, Grifols, con amplia actividad en EE UU, sube casi un 1% y se aproxima a máximos anuales, por un 1,53% de Laboratorios Rovi y un 1,8% de Almirall. En el caso de Grifols, sus representantes siempre han defendido que es la compañía mejor posicionada del sector en EE UU y no temen ningún impacto por los aranceles. “En EE UU tenemos una integración vertical absoluta; producimos todas las medicinas del ciclo completo, con lo cual, esos productos no tienen ni que entrar ni salir del país. Pase lo que pase con los aranceles, estamos bien, y en otros sitios del mundo también estamos muy integrados verticalmente”, dijo su CEO, Nacho Abia, en un encuentro con este periódico a mediados de mayo.
De todas maneras, pese a la crisis arancelaria, algunas de las principales farmacéuticas del Viejo Continente han anunciado fuertes inversiones en EE UU. La última ha sido AstraZeneca, que la pasada semana anunció una inversión de 50.000 millones de dólares (unos 42.900 millones de euros) en Estados Unidos hasta 2030 para ampliar su presencia manufacturera y en I+D en el país. Otras como Sanofi, han afrontado adquisiciones multimillonarias en EE UU, en este caso, la compra de Blueprint Medicines, para ampliar su cartera de tratamientos en enfermedades raras, por 9.100 millones.
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