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España alcanza la madurez en la Eurocopa de Suiza: “Ya no nos pueden las prisas”

La selección española femenina de fútbol supo gestionar las expectativas y sufrir en el partido de los cuartos de final ante las anfitrionas del torneo

Las jugadoras de la selección española celebran el tercer gol del combinado español durante el partido del Grupo B de la Eurocopa 2025. EFE/ Ana Escobar

Que la benjamina de la selección española femenina de fútbol responda en la rueda de prensa posterior al partido contra Suiza “aunque no vayamos ganando [España] en la primera parte, no nos dejamos llevar” significa que algo está cambiando —y ha cambiado— en el combinado nacional en las últimas fechas.

Pasa —o pasaba— que, a veces, para intentar explicar actuaciones como la de la selección española femenina de fútbol en los Juegos Olímpicos [se marcharon a casa sin medalla y con más dudas que aciertos] se hacía alusión, entre otros motivos, a su eléctrico crecimiento: una evolución demasiado rápida y a la que parecía que todavía le faltaban algunos grados de cocción. Parecía que su forma de jugar al fútbol le iba a sacar de cualquier aprieto, pero les faltaba callo.

En la anterior Eurocopa, celebrada en 2022 en Inglaterra, las anfitrionas eliminaron a España en un ambiente ensordecedor —los seguidores locales, más de 30.000 copaban las gradas del estadio del Brighton— y cayendo por 2-1 en la prórroga tras haber bordado el fútbol en la primera mitad y haberse adelantado en el marcador gracias a un gol de Esther González (54’).

Ante Suiza, España partía como clara favorita. Sin embargo, era importante no obviar las circunstancias del encuentro, muy parecidas a las del partido de la Eurocopa de 2022 descrito en el párrafo anterior: más del 90% del estadio del Young Boys [Berna] iba con las suizas, que habían pintado el partido como una especie de David contra Goliat y hacían rugir a su afición cada vez que se aproximaban a la portería de Cata Coll o desbarataban una ofensiva española. Sin embargo, España se mostró imperturbable e inmune a cualquier presión, como si la cosa no fuera con ellas.

“Hemos madurado mucho y se está notando”, confesaba Cata Coll, en zona mixta, tras el partido contra las suizas. “En situaciones de adversidad, nos crecemos. Tenemos más experiencia, más paciencia. Ni nos cansamos ni nos venimos abajo”, apostillaba. El partido de los cuartos de final se fue torciendo hasta el punto de parecerse a aquellas veces en las que está escrito —haciendo caso omiso a la lógica deportiva— quién va a ganar. Mariona Caldentey falló un penalti en el minuto nueve y todo lo que parecía que iba a ser gol acababa fuera o en la madera. El reloj corría en contra de España y cada minuto que pasaba era gasolina para las suizas. Las dirigidas por Montse Tomé cada vez tenían más motivos para la desesperación.

Pero jamás cayeron en ella, demostrando que parecen haber alcanzado un grado de madurez inusitado hasta ahora, tal y como revelaron varias de sus jugadoras tras el encuentro. Además, supieron gestionar las expectativas: llegar al minuto 66 de partido con empate a cero en el marcador cuando todo el mundo daba por hecho que irías ganando con holgura.

En este sentido, el contraste con los Juegos Olímpicos —la experiencia más reciente en una gran cita— es bárbaro. En París, España cayó en la desesperación y en la frustración más veces de las esperadas.El Mundial de 2023, en el que España protagonizó dos remontadas [contra Suiza en los octavos de final y frente a Países Bajos en las semifinales], habría que excluirlo de la ecuación porque forma parte del inventario de milagros del deporte: cómo una selección en plena guerra civil logró ganar el tercer Mundial que disputaba a más de 24 horas de distancia de su casa.

“No nos pueden las prisas. Seguimos con el plan, confiamos en nosotras. Todas aportamos, desde el inicio o desde el banquillo”, revelaba Vicky López en la rueda de prensa del campamento base de la selección en Lausana. “Tuvimos paciencia. En la primera parte, el equipo tuvo ocasiones que, si llegan a entrar, el partido se acaba antes. Sabía que el gol iba a llegar”, aseguró Claudia Pina todavía en el estadio. Son los partidos como el de Suiza los que hacen campeón a un país.

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