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Las manifestaciones propalestinas en Colombia arremeten contra el gremio empresarial más criticado por Petro

Las protestas se han dirigido a las sedes de la ANDI, que denuncia falta de respaldo del Gobierno

Diego Stacey

Las manifestaciones en contra de la masacre en Gaza ahora tocan de cerca al sector empresarial de Colombia. El rechazo a los vínculos comerciales con Israel, cuya ofensiva en la Franja ha matado a más de 66.000 personas, ha focalizado las protestas propalestinas esta semana en varias ciudades del país, como Bogotá, Medellín y Cali. Las marchas se concentraron en las sedes de la Asociación Nacional de Empresarios de Colombia (ANDI), el gremio empresarial más grande del país y al que el presidente Gustavo Petro ha criticado en varias ocasiones e incluso llamado “esclavista”. La elección del blanco de las protestas muestra la profundidad de la grieta que se ha creado entre algunas bases de la izquierda nacional y el sector privado, enmarcada en la campaña política de cara a 2026.

Las protestas fueron convocadas por el capítulo local del Movimiento Global a Gaza, como respuesta a la interceptación en la noche del miércoles (hora Colombia) de la Global Sumud Flotilla, que navegaba con rumbo a Gaza y en la que se encontraban las activistas colombianas Luna Valentina Barreto y Manuela Bedoya. El anuncio fue difundido por políticos cercanos a Petro, como la exministra de Ambiente Susana Muhamad; y los precandidatos del Pacto Histórico, Iván Cepeda y Daniel Quintero.

El Movimiento enumera varias razones para manifestarse contra la ANDI. Una es que señala a la asociación de tener vínculos con la Misión Económica y Comercial de Israel, adscrita al Ministerio de Economía israelí, aunque no aclara si estos son lazos más estrechos a los que pueden tener otras empresas que no forman parte de este gremio. Por otro lado, los activistas mencionan la posición de los empresarios en contra del fin de las exportaciones de carbón al Estado judío. El tercer argumento del Movimiento para individualizar al gremio es que entre sus socios se cuentan varias empresas de la familia Gilinski, como el Grupo Nutresa. Gabriel Gilinski, presidente de la junta directiva del gigante de alimentos, viajó a Israel a finales de agosto y se reunió con el primer ministro, Benjamín Netanyahu, cuando ya se había declarado una hambruna en Ciudad de Gaza.

El presidente de la ANDI, Bruce Mac Master, ha rechazado categóricamente el “hostigamiento” y el “asedio” a las sedes de la agremiación. “Rechazamos las declaraciones donde se dice que la Asociación normaliza el comercio con el sionismo. Son afirmaciones que estigmatizan un sector como el productivo que aporta a la generación de empleo en el país”, sostuvo el líder gremial en un comunicado difundido el jueves. “La ANDI no es una empresa, no hace negocios. La oficina comercial de Israel ha mantenido hasta ahora operaciones en Colombia por autorización del Gobierno de Gustavo Petro”, dijo MacMaster a este diario.

El presidente Gustavo Petro ha convertido al líder gremial en blanco de sus críticas contra el sector privado. En una publicación de X, en marzo, aseguró que la ANDI “se lanzó, para destruir el Gobierno, por literal odio étnico, y a defender el esclavismo y atacar la dignidad de los trabajadores”. El economista interpuso una tutela y ganó el pleito para que el presidente se retractara. Pero Petro reiteró su posición: “Mis expresiones del 19 de marzo, no referían a que Bruce Mac Master hubiese incurrido en los ilícitos de discriminación o esclavismo en el sentido literal. Utilice un recurso lingüístico, propio del discurso político”.

Con este antecedente, el presidente reiteró sus críticas al gremio este jueves. “Los que más critican, por ejemplo la ANDI, es porque han puesto la ganancia por encima del ser humano y han puesto la codicia por encima de la vida”, dijo en un discurso, en referencia al apoyo incondicional a la causa palestina que ha reiterado en todo tipo de foros, como su última intervención como jefe de Estado ante la ONU en la Asamblea General celebrada a mediados de septiembre. Son argumentos que comparte el Movimiento en su convocatoria. “La élite empresarial de Colombia es cómplice del genocidio. La ANDI afirma que su relación es económica y no ideológica, mientras sus socios sostienen sus emporios empobreciendo y saqueando a los pueblos del mundo como Palestina”, señala el colectivo propalestino en una publicación de Instagram.

La marcha del jueves frente a la sede principal en Bogotá inició de manera pacífica con unas decenas de manifestantes. El semblante del plantón cambió con la llegada de un contingente de personas de la Universidad Pedagógica, institución que cuenta con un movimiento estudiantil muy activo y que hace pocos días se declaró “Espacio Libre del Apartheid Israelí”, es decir, que se abstiene de prestar cualquier tipo de apoyo a Israel. A partir de entonces, algunos manifestantes causaron daños en varias infraestructuras cercanas y la concentración tuvo que ser disuelta por la policía antidisturbios.

Decenas de empresarios, gremios y sindicatos apoyaron a la ANDI, que ha calificado las manifestaciones de un “asedio” y un “hostigamiento”. El Consejo Gremial Nacional repudió “el uso de lenguaje estigmatizante”; la Cámara de Comercio Colombo Americana lamentó el uso de la entidad como “blanco por asuntos ajenos”; y la Confederación de Trabajadores de Colombia rechazó que los funcionarios de la Asociación “vean amenazada su seguridad y bienestar”.

Relación comercial en suspenso

La relación comercial con Israel ha sido un aspecto de amplio debate desde hace meses en Colombia. El Gobierno ordenó en junio de 2024 el freno a las exportaciones de carbón a Israel, casi a la par de la publicación del informe Economía de un genocidio, realizado por la relatora especial de la ONU para los Territorios Palestinos Ocupados, Francesca Albanese. La experta apuntó entonces que las mineras Glencore y Drummond, con grandes minas en el norte de Colombia, “se han beneficiado de la economía israelí basada en la ocupación ilegal, el apartheid y ahora, el genocidio”. Un año después, las multinacionales seguían exportando carbón, lo que obligó al Ejecutivo de Petro a emitir en agosto un nuevo decreto para suspender las cláusulas de excepción.

Pero Petro pretende ir más allá. Aparte de hacer a Colombia uno de los pocos países que ha roto sus relaciones diplomáticas con Israel —esta semana ordenó la expulsión de toda la delegación exterior—, también busca cortar con los lazos económicos y comerciales. Por eso, el Gobierno ha iniciado el trámite formal para finalizar el Tratado de Libre Comercio (TLC) con el país de Oriente Próximo, que fue firmado en 2013, pero que entró en vigor hasta 2020. El Ministerio de Comercio pidió en una carta firmada el 30 de septiembre a la Cancillería denunciar unilateralmente el acuerdo. Si sale adelante, la suspensión tendrá efecto en seis meses.

Durante las manifestaciones, también fueron vandalizados establecimientos de multinacionales como Starbucks, Zara o Adidas. Son compañías que hacen negocios con Israel y por eso son objeto de boicot en varias partes del mundo, incluida Colombia. Varias sedes de la popular cadena estadounidense de café en Bogotá están marcadas por grafitis que leen “Starbucks Genocida” y “Palestina libre”.

El alcalde de la capital, Carlos Fernando Galán, pidió al Ejecutivo que se pronunciara ante los disturbios. “Yo quiero ver que el Gobierno nacional rechace los hechos de violencia en el marco de las protestas que apoyaron. Si guarda silencio, deja mucho que pensar”, dijo este viernes en una entrevista con Blu Radio. Hasta el momento, Petro no se ha referido a las protestas de esta semana en el país, pero en sus redes sociales ha manifestado su apoyo a la huelga general en Italia por Palestina: “En Colombia todo gesto de solidaridad entre pueblos, la prensa tradicional lo sataniza. Solidarizarse no es un crimen”.

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Sobre la firma

Diego Stacey
Periodista de la sección Internacional. Anteriormente trabajó en 'El Tiempo', en Colombia. Es licenciado en Comunicación Social por la Universidad Javeriana de Bogotá y Máster de Periodismo UAM-EL PAÍS.
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