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Carolina Corcho apuesta a los movimientos sociales, las mujeres y las regiones para competir con Quintero y Cepeda

La médica psiquiatra compite ser la candidata única del Pacto Histórico de Gustavo Petro

Juan Miguel Hernández Bonilla

Carolina Corcho (Medellín, 42 años) lleva más de un año haciendo campaña para ser candidata a la presidencia de Colombia. Desde que dejó su cargo como ministra de Salud de Gustavo Petro, en abril de 2023, empezó a recorrer regiones apartadas del país para hacer pedagogía sobre las reformas sociales. Salió del Gabinete en medio de polémica, porque no estaba dispuesta a ceder en los puntos centrales de la reforma a la salud que Petro ha convertido en su gran bandera. Conservó la cercanía con sectores del progresismo, que hoy sustentan su búsqueda para suceder a Petro en el poder.

Durante varios meses, la médica antioqueña estuvo alejada de los micrófonos. Sin embargo, no abandonó las reuniones y los encuentros con las bases de los movimientos que respaldan al presidente. Hizo una campaña silenciosa, en las plazas de pequeños pueblos y en las redes sociales, que ahora apuesta a que se vea reflejada en las urnas, con votos, el próximo 26 de octubre. Contra todos los pronósticos, el pasado viernes quedó inscrita como la única mujer en la consulta que hará el Pacto Histórico, el partido de unidad del petrismo, para elegir su candidato presidencial. Competirá contra la experiencia y el prestigio de Iván Cepeda y contra la audacia política y las maquinarias de Daniel Quintero, en una tercería inesperada.

“Logramos la personería jurídica del Pacto y mi inscripción como candidata presidencial, a pesar de no ser la candidata de la cúpula de la izquierda”, dijo al celebrar su inscripción. La exministra, que llegó a la vida pública después de años de militancia en organizaciones de izquierda del sector salud, apostó desde ese momento a caracterizar su apuesta como una más popular que las del senador y el exalcalde de Medellín, con el que busca desmarcarse de ellos sin atacarlos. “No llego como la candidata de las élites, ni de las cúpulas partidistas. Soy la candidata de la base social y popular, de los movimientos sociales, de las mujeres, de los jóvenes y de los campesinos. Trabajo por un renovado proyecto político y una izquierda democrática”, concluyó esa tarde rodeada de simpatizantes.

En diálogo con EL PAÍS, la psiquiatra confirma que irá hasta el final. Responde así a las solicitudes que le han hecho varias figuras del progresismo para que se unan a Cepeda, el candidato favorito de las estructuras petristas por su larga trayectoria en la militancia y su carácter sereno y de unión, y detengan a Quintero, a quien ven con desconfianza y ha sido llamado a juicio en un caso por corrupción. Según las denuncias del exsenador Gustavo Bolívar, el antioqueño está buscando el respaldo de clanes políticos ajenos a la izquierda para ganar las elecciones. “La decisión de mi precandidatura va más allá de mí. Fui inscrita por más de 100 organizaciones populares y sociales, y de sectores académicos. Así que iré hasta el final”, dice la por años activista por la salud.

Afirma, además, que si hay algo delictivo en las prácticas electorales de sus contrincantes, debe ser la justicia la que actúe. “Tienen que tener denuncias concretas en los organismos de control. Lo demás son especulaciones”, argumenta, y afirma que en el Pacto Histórico no van a aceptar transacciones ilegales. “Tenemos veedurías internacionales para evitar la compra de votos en la consulta”. Si no queda elegida, hará compaña con el ganador, por un acuerdo en el que, revela, quien obtenga el segundo lugar en la consulta podrá disputar la cabeza de lista al Senado, un puesto que prácticamente asegura cuatro años en el Legislativo. “El tercero no puede aspirar a nada más”, zanja.

Corcho cree que elegir el candidato en las urnas es una manera de democratizar el partido y de refundar la política de izquierda. “Es el momento de que una mujer progresista asuma la presidencia”, dice, convencida. Asegura que sus principales propuestas serán la continuación del Gobierno de Petro, sobre todo la puesta en marcha de las reformas sociales: “Si la reforma a la salud no se aprueba, la volvemos a presentar cuando sea presidenta. Si no, no habrá solución a la crisis del sistema”. Sus críticas contra los senadores que se han opuesto al proyecto de ley son las mismas a las que tenía cuando salió del Gobierno: “Necesitamos un nuevo Congreso de la República que responda a pueblo y no a las EPS [las empresas afiliadoras, públicas o privadas]”.

La política antioqueña, que desde la sociedad civil fue coautora de la ley estatutaria de salud de hace una década, y de la que regula las residencias médicas, insiste en que si llega a la presidencia buscará implementar la reforma pensional y la laboral, que se aprobaron en este Gobierno. Cree también que las prioridades legislativas del próximo presidente deben incluir reformas política, a la justicia, a los servicios públicos y una reforma agraria integral.

Aunque Corcho no ha conseguido el respaldo público de figuras importantes del petrismo, como los congresistas, sí tiene el apoyo de figuras públicas en las redes sociales, que cada vez cobran más influencia en las decisiones. La actriz Margarita Rosa de Francisco, por ejemplo, expresó que votará por ella: “Cuando descubrí a Carolina me impresionó, despertó en mí las mismas sensaciones que Gustavo Petro. Es una mujer articulada, muy formada y con un fuerte liderazgo social. Ella ha construido ese liderazgo en territorio”, dijo en una entrevista de televisión. Activistas de redes sociales fieles al proyecto petrista, con miles de seguidores, también la acompañan.

La precandidata confía en que el presidente Petro no tiene ninguna preferencia entre los tres candidatos y que respaldará a quien sea escogido por voto popular. “Él no tiene candidato, ha sido enfático en que este proceso tiene que ser popular, no habrá decisiones de bolígrafo. Es garante del Pacto Histórico y de la gran coalición que permita las mayorías políticas; si se inclinara por alguno se dinamita el proceso”.

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Sobre la firma

Juan Miguel Hernández Bonilla
Periodista de EL PAÍS en Colombia. Ha trabajado en Materia, la sección de Ciencia de EL PAÍS, en Madrid, y en la Unidad Investigativa de El Espectador, en Bogotá. En 2020 fue ganador del Premio Simón Bolívar por mejor reportaje. Estudió periodismo y literatura en la Universidad Javeriana.
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