El Banco de la República envía una nueva señal de prudencia y mantiene el precio del dinero en 9,25%
La junta del emisor apoya su decisión en las tensiones fiscales, los vaivenes comerciales globales y los síntomas de presión en la última lectura de la inflación básica

El Banco de la República ha enviado en la tarde de este jueves una nueva señal de prudencia sobre la marcha de la economía colombiana al mantener estable el precio oficial del dinero. De esta forma, la tasa de referencia sigue en 9,25%, tras una votación dividida de cuatro a tres. La medida se apoya, en especial, en el freno del descenso en la inflación básica en junio. Este indicador, que descarta el peso de los alimentos y de bienes de precios regulados como la energía, se estancó en 4,8% el mes pasado. La decisión ha tomado por sorpresa a las apuestas del grueso de los analistas del mercado financiero, que veían espacio para bajar al 9%, al igual que el Ministro de Hacienda, Germán Ávila, quien ha vuelto a manifestar sus reparos: a su juicio, los últimos datos macroeconómicos del país habrían permitido una rebaja más profunda, de hasta 50 puntos básicos. Uno de los miembros de la junta votó a favor de una rebaja de 0,25. Otros dos apostaron por 0,50.
“La decisión adoptada por la Junta Directiva mantiene una postura cautelosa de la política monetaria, que reconoce los riesgos identificados sobre la convergencia de la inflación”, señaló el gerente del Banco, Leonardo Villar. “La economía se está comportando muy bien. Y el crecimiento esperado para 2025 es de 2,7%. Está creciendo de manera más rápida de lo que se había esperado, pero también es algo que nos hace pensar en ser cauteloso sobre impulsos adicionales”, añadió el director de la máxima autoridad monetaria.
La sensibilidad de la economía colombiana, marcada por una serie de indicadores con señales contradictorias, aún despierta inquietud. Así lo ha demostrado la junta en cada decisión desde diciembre de 2023, cuando empezó el proceso de descenso de la tasa a partir del techo alcanzado en 13,25%. Un asunto que no ha sentado bien, como es costumbre en el Ejecutivo: “El Gobierno Nacional quiere manifestar su desacuerdo e incomodidad con la decisión tomada por cuatro miembros de la Junta Directiva del Banco de la República, en el sentido de mantener la tasa de interés en 9,25%. El Gobierno propuso una reducción de la tasa con el fin de atender las dinámicas de la economía y está sustentado en que hemos logrado una reducción significativa de la inflación”, se quejó el ministro Ávila, con silla y voto en el órgano rector del banco.
Ante esa postura, los banqueros centrales han tenido que resolver cada debate con fórceps. “En esta coyuntura, consideramos que era prioritario enviar una señal clara de apoyo al crecimiento del sector manufacturero, tal como lo impulsa el Gobierno. Esto se habría logrado mediante una reducción en la tasa de interés, la cual estimularía la reactivación del sector productivo”, explicó Ávila. Ahora, el país afronta la segunda mitad del año en suspenso tras una decisión que refuerza la narrativa de un proceso largo y farragoso.
Basta con revisar la hemeroteca para constatar que todo ha sido a cuentagotas. Los tipos de interés solo se ajustaron cinco veces en 50 puntos básicos a lo largo de 2024. Paralelo a estas reducciones, Colombia ha logrado reducir la tasa de inflación a 4,82%. El objetivo último del banco central es alcanzar el 3%. Cifra que, de momento, los analistas no prevén lograr en 2025. Al volver la vista atrás, queda claro que la disciplina monetaria ha arrojado resultados positivos. La historia, sin embargo, tiene dos caras, pues también ha afectado la capacidad adquisitiva de los colombianos y limitado su acceso a diversos productos crediticios.
Por eso, el Gobierno de izquierdas ha abogado por medidas más expansivas. Ese es su caballo de batalla para estimular una economía que hasta ahora alcanza su crecimiento potencial del 3%. El presidente Petro ha empuñado la tesis de que la disminución de la inflación no se debe solo a la política de tasas, sino a otras medidas del Ejecutivo orientadas a atajar, por ejemplo, el precio de los alimentos. Ha criticado, además, que la política monetaria cautelosa solo beneficia a los bancos, que han recibido corrientes de capital debido a los buenos retornos de invertir en renta fija en Colombia.
El ministro de Hacienda insistió tras la decisión en desmontar los enfoques económicos clásicos en Colombia. Argumentó que el incremento al salario mínimo no ha impactado la inflación ni el desempleo, que volvió a bajar en junio y se ubicó en 8,6%. “En esta reunión les expresé a algunos miembros de la junta directiva que, a veces, coloquialmente, se es más papista que el Papa. Es decir, mientras el mercado y las expectativas de los agentes económicos apuntan a la conveniencia de realizar una reducción, algunos miembros de la junta persisten en mantener un enfoque conservador y contraccionista”, explicó.
Las proyecciones previas de Bancolombia auguraban, al igual que la mayoría de entidades financieras, una reducción de 25 puntos. Laura Clavijo, directora de investigaciones de la entidad, justifica que, a pesar de que en las últimas semanas hubo un deterioro en la prima de riesgo país, derivado de los agobios fiscales y ajustes a la baja en algunos pronósticos, nada de eso se ha reflejado en una depreciación del peso colombiano. Por el contrario, durante buena parte de julio la tasa de cambio con el dólar mostró un comportamiento sostenido en la banda de los 4,000 pesos por cada billete verde. Un factor que debería ayudar a limitar mayores presiones inflacionarias.
En todo caso, aún hay varios asuntos por despejar. Los pronósticos del Banco de la República sitúan la tasa de inflación para este año en 4,7% o 4,8%. El mayor temor es, quizás, la incertidumbre fiscal. Un limitante que el gerente Villar mencionó dentro de los factores que pesaron en la discusión de la junta. Pero, en línea con su talante cauto, prefirió no profundizar. Y ante una pregunta sobre los resortes políticos en las deliberaciones del Banco, respondió: “Con el debido respeto que merece el señor presidente de la República, es importante recordar que la junta directiva del Banco de la República toma sus decisiones basándose en información y criterios técnicos, siempre en favor del bienestar de la Nación y conforme lo establece la Constitución. No responde a criterios políticos ni, mucho menos, a intereses de corto plazo”.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Sobre la firma
