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Leyva y la conspiración
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

Leyva y la conspiración

Tras la revelación de este diario, Colombia se divide entre quienes ven la gravedad del complot del excanciller para tumbar a Petro y quienes lo reducen a los dichos desesperados de un fanfarrón. Las investigaciones judiciales ya comenzaron

ALVARO LEYVA AUDIOS
Catalina Oquendo

No existe un feriado tranquilo y sin noticias explosivas. No puede ser posible, es Colombia. Y la del fin de semana, revelada por este diario, lo que se conoce como una chiva, sacudió y seguirá sacudiendo la clase política colombiana de todos los colores. El periodista Juan Diego Quesada accedió a audios y testimonios de personas cercanas a la Casa Blanca que demuestran que el excanciller Álvaro Leyva buscó en Estados Unidos la complicidad de Trump para tumbar a Petro. El ex ministro de Exteriores del gobierno de Petro recababa apoyos para hacer caer al presidente de Colombia y poner en su lugar a Francia Márquez, reveló el domingo EL PAÍS.

En uno de los audios se escucha a Leyva decir: “Hay que sacar a ese tipo. (...) Eso no se puede hacer sino con un acuerdo nacional en el que tiene que estar el ELN, el Clan del Golfo”. En otro, mientras conversa con un interlocutor no identificado, dice: “Estuve en Estados Unidos y con un tipo de primera fila: Mario Díaz-Balart. Los Díaz-Balart son los que están detrás del secretario de Estado”. Y en uno de los fragmentos más delicados, habla de Márquez y lee un chat que le envió a la vicepresidenta tras el Consejo de ministros televisado, cuando ella criticó abiertamente algunas decisiones presidenciales. “Yo estoy encima de ella”, se le escucha decir a Leyva.

La respuesta inicial de los políticos colombianos fue el rechazo cerrado al complot y el llamado a respetar la institucionalidad y el mandato de Petro. Pero, además de la esperada respuesta de Leyva, antes locuaz y con largas pastorales que tildaban de drogadicto a Petro, la expectativa ha estado puesta en la vicepresidenta Francia Márquez. En la tarde del domingo ella respondió con un comunicado negando la conspiración, pero para Petro no fue suficiente. Francia no mencionaba si habló o no con Leyva o si sabía de las intenciones del excanciller.

Según una de las fuentes que habló con Quesada, Leyva sugirió que ella estaba jugada. “Nos dijo que tenía todas las herramientas para ejecutar un plan y sacarlo. Su lugar lo ocuparía Francia Márquez. Contaba con evidencias de que Petro no podía seguir ejerciendo el cargo y que en caso de que esto saliese adelante, el presidente no tendría capacidad de respuesta. La ayuda de los americanos era muy importante”, contó una de las personas que se reunió en abril con Leyva. El excanciller buscaba llegar a Marco Rubio, secretario de Estado.

Desde Sevilla (España), Petro subió la apuesta y dijo que la vicepresidenta y los demás mencionados debían dar más explicaciones a la justicia. En el país se activó una oleada de críticas contra ella, incluso desde sectores de izquierda donde la tildan de desleal. Este martes, Márquez pidió a la fiscal general que “se investigue a profundidad los hechos que sugieren un supuesto plan para atentar contra nuestra democracia”. Agregó que tiene la conciencia tranquila y que esos señalamientos son “infames”.

En otro de los audios, Leyva mencionó a la candidata presidencial Vicky Dávila: “No va a ser presidente, [Pero] puede ser interlocutora para uno decir usted en que está, es Vicky (...). Tras el escándalo, ella lo buscó y, usando un doble sombrero de política y periodista, lo grabó para que él dejara claro que ni ella, ni Miguel Uribe, quien lucha por su vida tras sufrir un atentado y Leyva menciona al paso, tuvieron algo que ver. “Nunca, nunca, jamás, jamás, jamás”, le respondió Leyva y aseguró que él “no es un golpista”.

La existencia del complot había sido advertida por Petro semanas atrás y le entregó la información a la fiscal general, pero no se conocían los detalles ni los audios. Se sabía también la animadversión y distancia entre el presidente y su vicepresidenta, pero no las razones ni los alcances.

Con el paso de los días, el país se ha dividido entre quienes ven la gravedad de que un excanciller haya buscado a Estados Unidos para tumbar al presidente; quienes atacan incluso de forma más férrea a la vicepresidenta y hasta le piden renunciar; los que consideran que los dichos de Leyva son solo de un fanfarrón despechado de poder y no tiene alcance real; y quienes, desde sectores cercanos al presidente, hablan del hecho como el inicio de un golpe de estado como el que sufrió Salvador Allende, con quien Petro se ha comparado en otros momentos.

También, como la campaña de 2026 ya comenzó, están los candidatos como Daniel Quintero que quieren aprovecharse del río revuelto. Aunque el artículo de EL PAÍS no dice ni se infiere en ningún aparte, el exalcalde de Medellín, imputado por corrupción, dijo que las grabaciones revelaban que el “atentado a Miguel Uribe era parte de un plan para hacerle un golpe de estado al presidente”. Y aunque el periodista le señaló la falsedad, Quintero la sigue sosteniendo.

El Leyvagate -o leyvada como lo llama Petro- sigue avanzando. Aún falta la larga carta de explicaciones que rompa el silencio del excanciller. La Fiscalía anunció que la apertura de una investigación. Desde Presidencia también van con todo. El martes en la tarde, este diario reveló que un abogado de la Casa de Nariño también impondrá una denuncia contra el excanciller.

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Sobre la firma

Catalina Oquendo
Periodista de la edición América de EL PAÍS. Comunicadora y Magister en Relaciones Internacionales. Ha recibido el Premio Nacional Simón Bolívar 2024 en crónica; y el Premio Gabo 2018, con el trabajo colectivo Venezuela a la fuga. Ha sido corresponsal de EL PAÍS en Colombia, edita Lideresas de Latinoamérica y escribe la Newsletter de Colombia.
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