Petro asegura que Francia Márquez debe dar explicaciones ante la justicia al aparecer en los audios secretos de Leyva
El presidente desconfía de su vicepresidenta después de que su nombre apareciera en unas grabaciones publicadas por EL PAÍS


Gustavo Petro ha asegurado este lunes que la vicepresidenta, Francia Márquez, debe dar explicaciones públicas y ante la justicia después de que en unos audios, revelados por EL PAÍS, Álvaro Leyva hablase de la necesidad de tumbar al presidente de Colombia “en no más de 20 días” y colocar en su lugar a Márquez. En una de las grabaciones se le escucha decir a Leyva: “Francia está jugada”.
“Todas las personas que nombra allí, de las cuales yo no sé si lo que él cuenta es verdad o no, pues deben dar explicaciones y no solamente políticas públicas, sino ante la justicia”, ha dicho desde Sevilla, donde asiste a la IV Conferencia Internacional de la ONU sobre Financiación al Desarrollo. Incluso ha ido mucho más lejos: “No es más que una conspiración [de Leyva] con el narcotráfico y con la extrema derecha aparentemente colombiana y norteamericana para derrocar el presidente del cambio en Colombia”.
Márquez, ante el revuelo que generó la revelación de este periódico, salió el domingo a aclarar que ella no formaba parte de ningún plan para tumbar al presidente y que respetaba la institucionalidad. Sin embargo, Petro desconfía de ella y da por hecho que conocía los planes de Leyva. El excanciller, que llegó a ser en 2022 y 2023 una de las personas de más confianza del presidente, viajó a Estados Unidos en busca de la complicidad de Donald Trump para llevar a cabo su misión, según fuentes republicanas a las que ha tenido acceso EL PAÍS y las propias palabras de Leyva en los audios.
Leyva trató de acercarse a Marco Rubio, secretario de Estado, a través de dos congresistas republicanos, Mario Díaz-Balart y Carlos Antonio Giménez, representantes por Florida. Tanto el excanciller como uno de sus hijos tienen muchos contactos con políticos de Miami. La Casa Blanca, sin embargo, no le otorgó la mínima importancia a Leyva, que les aseguró que podía conseguir hacer caer a Petro mediante un acuerdo nacional en el que debían estar implicados “actores armados y no armados”. Él no ha explicado si llegó a hablar con el ELN y las disidencias de las FARC, como asegura en sus audios que debía hacerse para implicarlos en el derrocamiento de la máxima autoridad del país. Resulta muy conocida su buena relación con el guerrillero Iván Márquez; de hecho, fue asesor de las FARC durante las negociaciones de paz con el Gobierno de Juan Manuel Santos.
Las escuchas han provocado una ola de indignación en la clase política colombiana, que en un gesto de madurez democrática ha rechazado las acciones de Leyva. Los precandidatos Vicky Dávila, Luis Gilberto Murillo, Susana Muhamad y Juan Manuel Galán, así como todo el Gobierno en bloque y figuras de la talla de Álvaro Uribe y Humberto de la Calle, dos nombres fundamentales en la historia del país, han pedido explicaciones al político conservador, que todavía no se ha pronunciado públicamente. Este periódico ha tratado de recabar su versión sin éxito, antes y después de la publicación.

En las grabaciones, se plantean periodos de tiempo que resultan imposibles para derrocar a un presidente de forma constitucional. En el muy garantista sistema colombiano se puede formular un juicio político con una acusación de la Cámara de Representantes, que se encargaría de la investigación y pasaría el caso al Senado, el ente que lo juzgaría. El proceso se puede dilatar meses o incluso años, y como ejemplo está al que fue sometido el presidente Ernesto Samper, que fue archivado después de años de discusión.
Leyva también menciona que podrían involucrar a Miguel Uribe Turbay, el político que se encuentra luchando por su vida en un hospital tras sufrir un atentado. El expresidente Álvaro Uribe (no guarda parentesco con el miembro de su partido) ha pedido explicaciones: “Nuestro precandidato presidencial Miguel Uribe Turbay es un demócrata integral, un combatiente con las ideas y con los argumentos, una persona franca y genuina, no un golpista. Esperamos que el doctor Álvaro Leyva aclare. Lo mismo frente a nuestra compatriota y candidata independiente Vicky Dávila, cuyo carácter y franqueza merecen el respeto de todos los colombianos”. Dávila, antigua directora de la revista Semana, ha sido de las primeras en desmarcarse: “No tengo nada que ver con estas ideas del excanciller Álvaro Leyva que menciona EL PAÍS. No estoy de acuerdo con que tumben a Petro, siempre lo he dicho, en público y en privado”.
Han sido numerosas las muestras de apoyo a la democracia, a pesar de que el país vive una gran polarización, a la que contribuye Petro. Humberto de la Calle, un político respetado que fue jefe negociador del Gobierno en ese mismo proceso de paz en el que participó Leyva y culminó con éxito, ha condenado el contenido de la publicación: “Muy graves las revelaciones que trae EL PAÍS de Madrid sobre las operaciones de Álvaro Leyva para tumbar al Presidente Petro. Hay que rechazarlas. Una cosa es la crítica y otra la conspiración. El periodo de Gustavo Petro es intocable”.
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