Petro desafía al poder de Antioquia al invitar a los jefes de bandas criminales con los que negocia la paz a su manifestación en el centro de Medellín

El presidente Gustavo Petro ha vuelto a desafiar al poder tradicional del departamento de Antioquia. El mandatario colombiano de izquierda lideró una manifestación en la plaza de La Alpujarra, el centro administrativo de Medellín, el sábado en la noche. Distintos sectores políticos han cuestionado el evento porque invitó la tarima a varios jefes de las bandas criminales más peligrosas de la región, como alias Douglas, alias Tom, alias Lindolfo y alias Carlos Pesebre. El Ejecutivo mantiene con ellos una de las mesas de negociación de su política de paz total. Los cabecillas salieron por unas horas de la cárcel de Itagui, donde cumplen condenas por diversos delitos, para ocupar un puesto junto al presidente, quien habló ante miles de seguidores. El Gobierno ha justificado la presencia de los delincuentes, al lado de funcionarios públicos, políticos y líderes sociales, por su condición de voceros de paz.

“Les pido a estos antiguos dueños de la violencia en Medellín que cesen toda violencia”, dijo el presidente durante su discurso. También señaló los que a su juicio son logros parciales del proceso: “Sabemos que cumplieron cuando dijeron acabar fronteras entre bandas. Sabemos que cumplieron cuando dijeron que no más matar, tregua. Sabemos que en algunos barrios dijeron, por un tiempo transitorio, cesar la extorsión”. Petro, quien ha insistido en esa negociación pese a la falta de un marco legal que defina lo que les puede ofrecer, propuso una especie de amnistía para quienes dejen definitivamente de delinquir -algo que dependería de cambiar las normas en el año largo que le queda de mandato. “Mi propuesta consiste en que la fiscal general de la Nación y yo, como presidente de Colombia, vayamos a la cárcel de Itagüí a examinar, bajo las normas legales existentes, las posibilidades de beneficios jurídicos a cambio de la dejación completa y definitiva de las armas, del asesinato, de la sujeción de juventudes, hombres y mujeres de los barrios, y de la extorsión y la ayuda al traqueteo”.

De las grandes ciudades, Medellín es la menos afecta al presidente. En las elecciones de 2022 perdió allí en primera y segunda vuelta, en la que solo obtuvo el 33% de los votos. La más reciente encuesta de Invamer señala que allí su imagen favorable es solo del 15% y su desfavorable es del 81%.

La presencia de los delincuentes en la tribuna, y la propuesta del presidente de darles más beneficios, despertaron el rechazo de los políticos más poderosos del departamento más rico de Colombia. El alcalde y fallido candidato presidencial de la derecha contra Petro en 2022, Federico Gutiérrez, cuestionó la manifestación entera en su cuenta de X: “Petro nos puso la lápida. Lo que hizo ayer en Medellín, sacando de la cárcel a los peores criminales, poniéndolos no solo a su lado, sino poniéndose de su lado, no es un acto político, sino un premio a la barbarie”. Su preocupación parte del discurso de Jorge de Jesús Vallejo Alarcón, uno de los jefes de los combos delincuenciales y quien atacó al alcalde y a varios concejales de la capital antioqueña. Además, otro de los jefes criminales que asistió, Freyner Ramírez o Carlos Pesebre, ha sido acusado desde hace años de orquestar un plan para asesinar a Gutiérrez, quien como alcalde entre 2016 y 2019 lideró una fuerte ofensiva contra las pandillas. Fico, quien obtuvo la mayor votación en la ciudad en la primera vuelta de 2022 con el 49%, es altamente popular: en la misma encuesta de Invamer, el 79% de las personas aprueba su gestión, frente al 19% que no lo aprueba.

El gobernador de Antioquia, el uribista Andrés Julián Rendón, se sumó a las críticas: “Dime con quién andas y te diré quién eres. El presidente Petro vino a la capital de Antioquia a rodearse de criminales. Esto es una afrenta, una humillación a las víctimas, una traición al Ejército y a la Policía, dijo el político de derecha en X. El exgobernador y exalcalde centrista Sergio Fajardo se sumó a las críticas: “El presidente mostró en Medellín su espíritu autoritario, destructor y vengativo”. El también candidato presidencial calificó la manifestación como “el evento público con mayor dosis de violencia simbólica” en los tres años de mandato de Petro.

El expresidente Álvaro Uribe, antioqueño y principal opositor de Petro, fue más allá. Este lunes vinculó la manifestación con el intento de asesinato al precandidato presidencial opositor Miguel Uribe Turbay, que cumple dos semanas en una unidad de cuidados intensivos. En un documento titulado Balas verbales y letales. Y Miguel en la clínica, el jefe del Centro Democrático cuestionó las declaraciones de Petro: “Las balas verbales se convierten en balas físicas en un momento de la patria en que las instituciones están amenazadas y las vidas acechadas y en peligro”. El antiguo gobernador critica en general la política de paz total: “Cuando la referencia de la paz es la exhibición de quienes han asesinado, los ciudadanos reciben el mensaje de que el crimen es válido. Colombia no puede seguir el camino de confundir la paz y el perdón con la exaltación de criminales”.

Además de darle visibilidad y micrófono a los jefes de las bandas locales, Petro desafió al poder al llevar a la tarima al exalcalde Daniel Quintero, gran opositor de Gutiérrez, Rendón, Fajardo y Uribe, y quien enfrenta proceso penales por presuntas irregularidades en su mandato. El también precandidato presidencial, celebró la acogida de la reunión: “Lleno total en Medellín para escuchar al presidente Petro, ¡Resistimos!“, escribió en X. Este lunes, después de que varios conejales anunciaran denuncias al presidente por participar indebidamente en política y promover la campaña de Quintero, el exalcalde insistió: Vamos a resetear la política en Colombia y lo haré de la mano de Petro. Sin precio y sin miedo”.

En la movilización del sábado también participaron cinco ministros, un grupo de congresistas oficialistas y líderes sociales, campesinos e indígenas. El debate por los jefes pandilleros y el precandidato presidencial ha opacado su presencia.